EL BULTO AJENO
Dormí anoche tan oscuramente,
tan impolítico y sumergido
en una nada fisiológica,
que al despertarme creí estar equivocado,
como si hubiera asomado la cabeza
a un asunto que no era yo.
Extraviado en un bulto ajeno
sentí un terror que no era mío.
Y alzaba los brazos y reclamaba a gritos
todos mis documentos personales.
APUNTES DE ÉPOCA
Frecuencia de tiroteosen las inmediaciones de nuestro cuerpo.Las noches llegan como amenazas secretas.Explosiones, aullidos de ambulancias y neumáticos,pasos que se precipitan.Espasmos de una gestación avanzada.La vieja épocapierde el ritmo cardíaco, boqueaen el estanque seco de su propia historia.Detrás de las puertascerradas a doble llabve, pasador y moral sin dientestodo el mundo conteniendo el aliento.
Timbales y música a volumen crítico.El baile de los muchachosdel otro lado de la pared.Desde aquí no hay mucho que explicar:acumulo muecas, examino ideologíaspero en conjunto ignorosi son libres o felices,qué heroísmo reclaman, qué sueños conciben.A veces hay un accidente en el tocadiscosy entonces los muchachscon puños y pies golpean las paredespara escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.Con la rabiosa fe sin porvenirde la mosca luchando en la mermelada.
La calle, esta mañana,sólo ofrecía opciones mortales.De los edificios descendíanentre bocanadas de humo y odiosufrimientos de hombres, de mujeres y de objetos manufacturados.Morir sin esperanza era el único credoy el mundo terminaba en los tachos de basura.No era un momento surrealista, pueden creerme.Y juro que los automóviles revelabansu verdadera naturaleza criminal.
Joaquín O. Giannuzzi en Antología poética (Visor Libros, 2006).