Joe DiMaggio. Ejemplo de humildad

Publicado el 30 mayo 2013 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

Giuseppe Paolo DiMaggio, conocido mejor como Joe DiMaggio, nació el 25 de noviembre de 1914 en una pequeña ciudad californiana llamada Martínez, ubicada en el Condado de Contra Costa. Octavo de nueve primogénitos de Giuseppe y Rosalie, un humilde matrimonio de inmigrantes italianos que tuvieron que salir de su Sicilia natal en el año 1898 en busca de un futuro mejor. Al año del nacimiento de Joe, la familia se trasladó a la localidad de North Beach, situada al norte de la ciudad de San Francisco, conocida por su alta población de inmigrantes italianos. El oficio de Giuseppe, padre de Joe, era la pesca. En ocasiones intentaba estimular a sus hijos para que continuaran su legado, aunque Joe jamás se interesó por ello. Sin embargo, esta labor tan humilde fue quizás el germen del carácter de Joe, quien nunca se sintió atraído ni por los focos de los periodistas ni por obtener ingentes cantidades de dinero.

La vida de Joe estuvo ligada al béisbol desde pequeño. Su hermano mayor Vince fue beisbolista y llevaba al pequeño Joe a los campos de San Francisco, en donde éste rápidamente adquirió una gran habilidad para este deporte. En el año 1930, DiMaggio dejaría los estudios de bachillerato cursados en el colegio Galileo para dedicarse enteramente al béisbol. Competiría en primer lugar en la liga local, ganando el campeonato, para posteriormente recalar en los Seals de San Francisco de la Liga de la Costa Pacífica por recomendación de su hermano Vince. En este equipo semi profesional, DiMaggio registraría buenos números, destaca especialmente una racha de 61 partidos consecutivos conectando por lo menos un hit. Con buenas actuaciones, Joe llamaría la atención de los clubes de la Liga Mayor de Béisbol (MLB), pero serían los Yankees de Nueva York los que finalmente se harían con sus servicios tras pagar 25.000 dólares.

El 3 de mayo de 1936 Joe DiMaggio vestiría por primera vez el jersey de los Yankees de Nueva York en un partido contra los Browns de San Luis. Hacía dos años que Babe Ruth se había retirado y la hinchada de los Yankees necesitaba una nueva estrella. El equipo que conformaba aquellos Yankees estaba compuesto por nombres de gran entidad, como lo eran Lou Gehrig, Tony Lazzeri, Red Ruffing o Lefty Gomez. Joe inmediatamente dio buenas sensaciones en su nuevo equipo ayudándolo a alcanzar las Series Mundiales por primera vez en cuatro años. Sin embargo, no le valió con eso y en la serie contra los Gigantes de San Francisco tuvo una estelar actuación, incluyendo una valiosa atrapada en el jardín central. Esta actuación, junto a la de sus compañeros, le valió a los Yankees para conseguir el campeonato en lo que suponía la primera temporada de Joe DiMaggio en las grandes ligas.

En el año 1939, DiMaggio fue coronado  por primera vez como Jugador Más Valioso de la Liga (MVP) gracias al porcentaje de bateo que alcanzo, que fue de .381 (el porcentaje de bateo se adquiere de dividir las veces que se está en disposición de batear entre las veces que efectivamente se consigue conectar la pelota). El 15 de mayo de 1941 Joe comenzaría a dejar su sello en la historia. A pesar de que el equipo perdiese 13 – 1 contra los White Sox de Chicago, Joe conectaría un hit al jardín izquierdo que daría lugar a una racha de conectar hits en partidos consecutivos que nunca ha vuelto a ser igualada conocida comúnmente como “La Racha”. DiMaggio seria seguido muy de cerca por todos los aficionados al béisbol del país que verían como conectaría hits en un total de 56 partidos consecutivos. La racha finalizaría el 17 de julio cuando ante Cleveland se iría sin conectar ningún hit. Aun así, tras terminar esta racha, Joe conectaría hits en los siguientes 17 partidos consecutivos. Esa temporada coronaria a Joe DiMaggio con su segundo título de Series Mundiales y su segundo MVP.

A pesar de los éxitos deportivos que estaba consiguiendo, DiMaggio no era ajeno a los acontecimientos que rodeaban a su país y, tras finalizar esta temporada, decidió participar en la Guerra Mundial que estaba aconteciendo. Si bien su participación en la Guerra no fue la de combatir en el frente sino la de entrenar físicamente a los soldados, su presencia en los territorios en guerra durante tres años supuso una inyección de moral para los soldados. Tras el fin de la Guerra Mundial, DiMaggio volvió a los Yankees para completar una gran temporada. Tras conseguir unos altísimos porcentajes de bateo, sería nombrado MVP por tercera vez en su carrera y lideraría a su equipo para conseguir un nuevo título de Series Mundiales, esta vez ante los Dodgers de Brooklyn. Al año siguiente no conseguiría el título, pero si lo haría en los siguientes tres campeonatos, los de 1949, 1950 y 1951, aunque ya no conseguiría un nuevo MVP. Sin embargo, una lesión de tobillo sufrida desde el año 1948 lastraría su carrera deportiva, obligándolo a forzar su retiro en 1951. Joe ingresaría en el salón de la fama del béisbol en 1955.

La vida de Joe fuera de los terrenos de juego también fue sonada, puesto que en 1954 contraería matrimonio con la célebre actriz Marylin Monroe, en el que sería conocido como el “matrimonio del siglo”. A pesar de que este matrimonio duro poco tiempo, un total de nueve meses, Joe siempre tuvo un importante afecto por la actriz, incluso dio el discurso más importante en el entierro de esta. DiMaggio llevó siempre una vida tranquila y alejada de los focos mediáticos, aun después de que se conociese su relación con la actriz. Tras unas complicaciones debidas a su adicción al tabaco, Joe DiMaggio ingresaría en el hospital de Hollywood, Florida el 12 de octubre de 1998, en donde permanecería varios días siendo tratado. Finalmente, Joe fallecería el 8 de marzo de 1999, dejando atrás una época prolífica en la historia del béisbol y en especial de los Yankees de Nueva York. Siendo como siempre fue, Joe DiMaggio se fue como una persona humilde y honrada, sabiendo en todo momento cuales fueron sus orígenes y no perdiendo esa normalidad ni cuando ganaba títulos de Series Mundiales ni cuando se le relacionaba con la mujer más famosa de la época.

ANDER JAVIER AGUIRRE CARRIÓN