Joe Meek, el hombre que sabía demasiado

Publicado el 06 noviembre 2010 por Amo Descubrir Canciones @adcanciones

Por Ariel Pukacz
Joe Meek es uno de los personajes más oscuros que engendró la música popular de la segunda mitad del ultimo siglo del milenio pasado, o sea el rock. Es complicado comenzar a escribir sobre este británico obsesionado con el ocultismo y Buddy Holly. Comenzaré por el principio que a veces es lo más sencillo. Nació a finales de los años veinte en el suroeste de Inglaterra. Comenzó su carrera laboral con un trabajo muy por fuera de lo común: como operario de radar para las fuerzas armadas. Cuando rondaba sus veinticinco años de edad, Meek ya era ingeniero de sonido de los estudios IBC y se dedicaba a grabar músicos de jazz y mediocres artistas pop para las emisiones angloparlantes de radio Luxemburgo de Europa occidental. Aburrido de hacer los balances de audio y otras tareas que resultaban casi de oficina, Meek renuncia para cuando tenía treinta años y decide armar su propio estudio.
Se corrió la bola de que tenía el más equipado de Gran Bretaña y tenía lógica porque Joe Meek veía el estudio de grabación como un instrumento más, una herramienta de trabajo donde experimentar con sonido, un laboratorio. Se adelantó así a los experimentos de The Beatles, las bandas psicodélicas y progresivas y a los grupos de post rock. El estudio, ubicado en 304, Holloway Road, pudo ser equipado nuevamente cuando forma el sello discográfico Triumph junto a William H.B. Coupe, un productor que inyectó dinero en Meek y creía en su visión respecto al sonido. Un detalle es que el estudio estaba montado en la planta alta de una casa y su casera solía quejarse por los ruidos de Meek que no la dejaban dormir, porque ella vivía en la parte de abajo.
Hacia principios de los sesenta comenzó la dupla creativa de Joe Meek con el compositor Geoff Goddard quien traducía las melodías que aparecían en la mente de Meek al lenguaje de la música. La obsesión de Meek con el espacio exterior hizo que compusieran el tema Telstar para el grupo instrumental The Tornados, consiguiendo el primer hit británico en Estados Unidos, adelantándose a The Beatles. El tema contaba con sonidos espaciales como lanzamientos de cohetes que eran simples técnicas utilizadas por Meek. Para ese sonido por ejemplo, tiró canicas en un inodoro e invirtió el audio agregándole eco.
Telstar se tornó en un standard de la música instrumental, específicamente del surf rock y fue reversionado por infinidad de grupos. Otro de sus grandes hits fue Johnny Remember Me, interpretado por el actor de poca monta John Leyton. La banda soporte del actor eran The Outlaws, entre sus filas se encontraba un joven Richie Blackmore que luego pasaría a formar parte de Deep Purple.
Joe Meek llamaba la atención, era un hombre prolijo y excéntrico pero también obsesivo. Solían agarrarle ataques de furia y rompía parte de sus equipos, despedía a músicos y gritaba si no se hacía lo que él quería en el estudio. Los sesionistas de sus grabaciones rotaban con mucha regularidad porque era imposible trabajar con él. Era un paranoico, creía que empresarios del sello Decca microfoneaban y espiaban su estudio para obtener sus técnicas de grabación. Acusó al productor Phil Spector (otro gran loco) de robo cuando este solamente lo había llamado para conocerlo. La paranoia de Meek tiene un sentido, era homosexual en una época en la que serlo estaba penado por la ley. Meek tuvo una relación romántica con Heinz Burt, bajista del grupo The Tornados a quien le inventó una carrera solista de la nada, sólo por ser su pareja.
Meek se dio el lujo de utilizar su estudio para experimentar al máximo y grabar un disco solista en conjunto a un grupo llamado The Blue Men (no confundir con The Blue Men Group) el álbum conceptual se tituló I Hear a New World. Está inspirado en el espacio exterior y en los programas espaciales de la época. Joe Meek no pudo verlo editado en vida, sólo un EP de cuatro canciones. Llegó a imprimir los sobres del LP pero salió a la venta recién en 1991.
Para seguir sumando excentricidades, este hombre tenía una obsesión por lo oculto, se pasaba noches enteras tomando grabaciones en cementerios para luego encontrar con un gran esfuerzo de su imaginación, voces del más allá que no eran más que aullidos de gatos y el soplido del viento. Goddard y Meek participaban de sesiones de Ouija (conocido “Juego de la copa”). En una de esas reuniones espirituales con el mundo de los muertos, vio como su ídolo el guitarrista y cantante tejano Buddy Holly moriría en un accidente de aviación en una fecha en particular. Meek era lo suficientemente conocido como para avisarle a Holly sobre sus visiones pero Holly no le hizo caso. Un año después Buddy Holly moría el día que Meek predijo, en un accidente de aviación.
Años después, Geoff Goddard dejó de trabajar con Joe Meek y dedicó sus años al buffet de un colegio primario. Recibió una jugosa suma por las regalías de Johnny Remember Me, aquel himno gay, que fue reversionado por Bronski Beat. Meek mientras tanto comenzó a tomar anfetaminas, droga que estimuló sus brotes psicóticos y los niveles de paranoia sumado a la persecución que tenía por ser homosexual. En uno de los ataques, asesinó a su casera con un hacha y se pegó un tiro. El mismo día pero ocho años después, de la muerte de su ídolo Buddy Holly.
Joe Meek se tornó un personaje misterioso, tanto por sus técnicas de producción tan lejanas a lo musical como por su personalidad y vida. Lo demuestra la gran cantidad de material sobre él, como el capítulo del libro Personas en Loop del alemán Diedrich Diederichsen que publicó la editorial argentina Interzona. También hay material audiovisual referido a él como el documental británico de 1991 titulado The Very Strange Story of Joe Meek que está en Youtube o A Life in the Death of Joe Meek de 2008. También hay una gran ficción de 2009 titulada Telstar. Y el legado final de tanta locura que son las canciones que compartimos con ustedes.