John McLaughlin: Reflejos de tres décadas

Publicado el 23 agosto 2012 por Bitacorock

Se cumplieron en mayo último (nada menos que) 33 años de la primera de las dos visitas que, hasta el momento, John McLaughlin realizó a la Argentina, más concretamente, al Luna Park de Buenos Aires y, en esa ocasión, en espectacular doble programa con el brasilero Egberto Gismonti. Parte de ese inusual acontecimiento que la platea rockera local vivió en 1979 ya la rememoramos hace años, en uno de los primeros artículos de Bitácora Progresiva, al cual remito al lector interesado en los detalles.
Hoy, con los dos ejemplares en mano de la revista “Pelo” que cubrieron la ilustre visita, más y más pormenores han salido a la luz, desde el análisis de los conciertos en voz de los músicos argentinos que los presenciaron hasta jugosas entrevistas a cada uno de los miembros de la One Truth Band y la Academia de Danças, incluidas las dos estrellas McLaughlin y Gismonti.
Excelente ocasión, entonces, para retroceder tres décadas en el túnel del tiempo y volver a vivir lo que John McLaughlin dejó estampado con su voz en los viejos grabadores a cassette que “Pelo” llevó consigo para su encuentro de 2 horas con el Gigante. Después de todo, somos muchos los que seguimos aguardando un “sí” de este flamante septuagenario aún sobre los escenarios para salir volando adonde quiera que se presente nuevamente en Buenos Aires.

"Pelo" Año X
Nº 113 - Junio 1979

 

EL REFLEJO DE LA VIDA INTERIOR

La experiencia de reportear a un hombre, un músico como John McLaughlin resulta inolvidable. Todo lo que se ha dicho sobre su manera de ser, sobre la tranquilidad y equilibrio de su mente y espíritu es verdad. No es un personaje afectado ni un santón paternalista; lejos de emanar un aura mística, transmite la tranquilidad casi beatificante de quien alcanzó la madurez como individuo. Este es John McLaughlin, esta es su idea de la vida y la música, dos conceptos indivisibles que surgen de sus respuestas.


¿Cómo fue la experiencia en Brasil?  


¿En Brasil? Me sentí muy bienvenido. Eso fue lo que sentí. Me pareció positiva la experiencia de tocar mi música en un país desconocido.


Te lo preguntamos porque nos da la impresión de que estás un poco cansado de la gira. ¿Es una enfermedad, o un estado de ánimo?


Lamentablemente estoy enfermo. Pero no es nada serio. Un resfrío fuerte. Eso es todo.


¿Qué música tocás en los conciertos?


¿Qué temas? Hay muchos del álbum nuevo... También de Shakti... No estoy muy seguro, pero creo que incluimos algo del álbum "
Electric Guitarrist". También tocaremos... Realmente no estoy seguro de nada. Lo sabré recién esta noche. Quizá cambie de idea y toque alguna otra cosa a último momento.

¿Qué te impulsó a volver a la guitarra eléctrica?


Se trata de una motivación meramente musical. Si analizamos la música de Shakti, se puede observar que no es armónica. De ninguna manera quiero decir que sea inferior, pero no es armónica. Y la música armónica es parte de mis raíces (dice la palabra en castellano y con acento inglés). Lo necesito para elaborar mi trabajo. El jazz es armónico.


¿Tu música de ahora continua el concepto de Mahavishnu Orchestra?


(Tarda en responder) No precisamente, porque desde que terminó la Mahavishnu Orchestra hasta la formación de este nuevo grupo pasaron tres años de música puramente acústica. Ahora cambié, sin duda.

¿Cuál es el concepto musical de esta nueva banda, con la que grabaste "Electric Dream"?

Resulta imposible definir eso oralmente; hay que hacerlo por medio de música. No puedo decir cuál es la dirección que sigo, pero sí puedo mostrarla con música. ¿Entienden?


¿Significa que no podés definirte como guitarrista, ya sea de jazz o de rock? ¿Cómo te definís?


¿Me piden que me defina? No puedo definirme. Podría decir que soy músico de jazz, pero no sé si tomar esa decisión. Además, estudié música hindú durante muchos años. No sé exactamente que soy. Sé que no soy guitarrista de rock, por ejemplo. Pueden calificarme como quieran, no es el nombre lo importante. Cualquier rótulo que me pongan estará bien.


¿Cómo fue tu experiencia filosófica con el álbum?


Bella, bellísima. Algunos de ustedes ha tenido una experiencia así? Resulta muy difícil explicar qué se siente. Es como tratar de explicarle a un ciego cómo es el color rojo. ¿Qué les puedo decir? Es imposible explicarlo.

¿Cuál era tu estado emocional como para necesitar esa experiencia filosófica?

Mi interior estaba muy confundido y... había un montón de cosas que no entendía. Mirando en retrospectiva, veo todo muy claramente. Pienso que es un problema fundamental de la educación. La educación occidental. Para mí hay tres preguntas básicas que todo hombre se hace, ninguna de las cuales encuentra respuesta en el sistema educativo contemporáneo: ¿Quién soy?, ¿qué soy? y ¿por qué existo?


¿Ni siquiera las religiones de occidente pueden contestar esas preguntas? ¿El cristianismo, por ejemplo?


Sí, claro. Ahora me doy cuenta. Pero ocurre que desde muy chico hasta los diecinueve años jamás recibí una buena formación religiosa. Ni siquiera sabía lo que era la religión. En la escuela me decían que nacemos, simplemente que nacemos. Pero a mí eso no me demuestra quien soy, o para qué estoy aquí. Entonces, mi primera experiencia con cualquier tipo de religión fue en la India. No sé porqué, pero eso fue lo que pasó. Fui allá por casualidad. Fue por eso que estudié la religión oriental, y sólo ahora entiendo quién era Cristo, qué tipo de hombre fue. Y por la  fe que tengo en la religión oriental, entiendo ahora todas esas preguntas, antes enigmáticas. Y, por supuesto, creo que es posible lograr un conocimiento. ¿Saben lo que es el conocimiento? Para mí el conocimiento es lo válido de la vida. El conocimiento nos muestra qué somos y afecta todo lo que somos y lo que hacemos. Para mi es, entonces, la flor de la vida y el propósito de la existencia es hacer florecer esa flor. Se puede llegar a él por medio de Cristo, de Buda, del que uno quiera, del que a uno le guste, lo importante es llegar a encontrar la luz. Ahora veo lo mal que andaba yo. Estaba loco (silbido). A cuantos conozco que no saben quiénes son, qué son y ni siquiera para que están! Eso es para chiflarse (silbido). La educación aquí tiene coma objeto proporcionar información. ¿Qué es esto? Te lo enseñan. ¿Cómo funciona? Te lo enseñan. ¿De qué está hecho? Te lo enseñan. ¿Para qué sirve? Te lo enseñan. Pero el concepto principal, para mí, es el de la persona como ser humano, no el de las cosas. Esas deficiencias despertaron en mí el deseo de descubrir todos los misterios de la vida, de estudiar religión.

¿Encontraste las respuestas que buscabas?

No se puede decir que encontré las respuestas. Para mi ahora no hay respuestas, porque no hay más preguntas. No sé si me entienden.


¿Estabas igualmente confundido musicalmente?


La música es parte de mi vida, y mi estado de ánimo afecta muchísimo mi manera de tocar. Ser y hacer es lo mismo. Ser y tocar es lo mismo. Eso lo ví a través del conocimiento, porque el conocimiento afecta todo lo que uno hace y lo que es, y lo que uno hace se ve reflejado en nuestros movimientos y el conocimiento afecta eso. Uno pinta o toca o baila según lo que es. La música refleja nuestras experiencias en la vida interior.


¿Cuál es tu situación espiritual ahora que dejaste al gurú? 


¿Mi situación espiritual? Soy (risas). 


Mejor dicho, ¿por qué lo dejaste?


Lo consideré necesario por dos razones. Primero porque sentí la necesidad de asumir la responsabilidad de mis propios actos. Quizá sea difícil de explicar, porque ustedes no saben lo que es ser seguidor de un predicador. El predicador, por lo general, exime a sus seguidores de muchas responsabilidades, lo cual puede resultar ventajoso. Pero yo decidí que ya era hora de asumir totalmente las responsabilidades que me correspondían. En segundo lugar, no quería limitarme a estudiar una sola religión. No quería separarme del resto. Me dí cuenta de que estaba limitando mi vida a un aspecto de la religión. Si se es musulmán, no se puede ser cristiano. Y yo no quiero confinar mi vida a una sola forma a esta altura, porque no quiero evadirme de nada. Sé que todas las religiones tienen sus cosas positivas. Yo mismo no quiero clasificarme de una sola manera. No es mi costumbre.

¿Lo mismo te ocurre con la música, verdad?

Si... Qué se yo. ¿Quién sabe? Quizá algún día encuentre a un hombre o a una mujer que estén (silbido)... y que necesiten encontrar conocimiento. Quizá me decida a ayudarlos. Pienso seguir en busca de nuevas luces toda la vida, porque tengo mucho por recorrer. Pero no quiero asegurar nada, porque no sé cual será mi destino, no sé con certeza qué me ocurrirá. No descarto posibilidades ni aseguro nada. Siempre seguiré estudiando distintas religiones. Son todas muy bellas. Tuve una experiencia en un monasterio. Muy linda pero muy difícil de explicar. Y... no sé, quizá algún día regrese.


Volviendo a la música, ¿qué recordás del rock de las primeras épocas en Londres, en los años sesenta?


No se puede hablar exactamente de rock. De allí nació mucha gente: los Beatles, los Rolling Stones, en fin. Fue una experiencia muy linda la de los Iondinenses, porque había sólo dos clubes, en donde todo el mundo tocaba. Había muchas bandas y los músicos pasaban de una a otra. Estaba Alexis Corner [sic], que lo tenía a Jagger coma primera voz y a Charlie Watts coma baterista. En realidad Alexis Corner tuvo a todos en su banda. También lo tuvo a Jack Bruce y a John Mayall, quien, a su vez, tenía su propia banda. Todos eran amigos y todos tocaban con todos. Era muy interesante por la fluidez y las fusiones. Eso dio lugar a lo que se conoce como el Movimiento de R & B, que era una combinación de, digamos, Mingus y Muddy Watters. Mingus era una figura muy fuerte. Para mí Mingus fue un verdadero artista del jazz, un músico lleno de vida. Muddy Watters vivió adelantado a su época. Tenía mucha visión. Después surgieron los Rolling Stones, que tomaron su nombre de una canción religiosa. Pero tocaban muy mal, desafinadísimos. Jagger tenía un no sé qué. Tenía... (gesto y risas). A la gente le gusta los tipos con energía como él. Pero la energía de él era más bien coraje. Era capaz de decir lo que se le daba la gana. Insultaba al público y todos: "Viva!". Al público le encantaba eso, porque lo veían como un acto de valentía por parte del músico. Era una situación muy fluida porque en una semana los músicos cambiaban de banda sin ningún problema. Una noche tocaban en una banda de free jazz y al otro día en un grupo de R & B. Era un intercambio de conocimientos y técnicas constante. Pienso que la razón principal eran las características del medio. Estaban muy cerca uno del otro. Ahora, eso ya desapareció. No sé si ocurrirá lo mismo en algún otro lado, pero en Inglaterra ya no pasa eso.


¿No sigue vigente ese espíritu?


Lo que cambió es la situación. Ya todo es industria, cosa que antes no existía. Los músicos, por ejemplo los Stones y Georgie Fame, tocaban cinco horas una noche y el dueño del club les pagaba con gaseosas. No importaba la ganancia. Lo único que querían era tocar y tocar. Ahora, en los últimos 15, 16 o 17 años, la situación cambió. Después de un tiempo, los músicos quieren, enseguida, firmar un contrato de grabación, y todo eso lo estimula la industria misma. Se pone en juego la calidad de la música, el estilo. Ya son pocos los que tienen talento. La industria los arruina. Antes, lo único que importaba era la música. Claro que a todos les interesaba sobrevivir, pero no era la gran industria que es ahora. Al hablar de industria, me refiero a las compañías, a los promotores. Ahora todo cambió.


¿Estuvieron los Beatles en medio de esa gran industria?


¿Los Beatles? Los Beatles fueron un grupo de música pop. Así los considero yo. La música pop se desarrolla en el club en donde toca la banda siempre. Si la gente va siempre, es que le gusta escucharlo. Que les gusta el "Yeh, yeh".


¿Que trascendencia les asignás a Cream y a Hendrix dentro de esa misma década?


Musicalmente no habla diferencia con el resto de los contemporáneos. Se puede hablar, en cambio, de un... de un... de un estilo más profundo. Pero se comercializó. A partir de ahí empezó el juego de la industria: promotores, compañías, distribuidores. La diferencia no era mucha, pero la promoción hizo que pareciera algo distinto. Y, desde luego, los músicos hicieron dinero. Cuando Hendrix fue a Inglaterra, no Io conocía nadie. No lo reconocían. Era material que había que descubrir.


Hablemos un poco de tu familia, de tus hijos. ¿Cómo aplicás toda esa concepción filosófica a su educación? ¿Tendrán ellos los mismos obstáculos en su educación y los mismos interrogantes? 


Por supuesto que los tienen. Yo no interfiero para nada en su educación... digamos práctica. Pero trato de hacerles llegar el verdadero sentido de nuestro paso por la vida, de prepararlos lo mejor posible. ¿Me entienden? Pienso que es importante hacerle tomar al niño la necesidad del conocimiento. El niño necesita la luz, para no ser tonto, o loco. No loco, sino estúpido. Necesita vivir de una manera armónica con todo, con todos. Pienso, entonces, que es muy importante hacerle ver a un niño desde un principio, que lo más importante en la vida es eso y no el gran éxito, ser un "triunfador" o alguna de esas imbecilidades.


¿Qué edad tienen tus hijos? 


¿Mis hijos? Uno 20, otro 18 y el más chico 13 años.


¿Cómo te manejás con el "show bussines" en Estados Unidos desde que te llamó Tony Willlams para integrar el Lifetime en 1959?


Me toleran.


Mirando en retrospectiva, ¿cuál es la importancia de la Mahavishnu? 


¿En qué sentido?


Para vos y la música contemporánea.


Bien, en ese sentido pienso que fue un grupo importante. No sé. No lo vi en esa época. Para mí es música de otra época. Sin embargo creo que tuvo algunos efectos, puesto que contribuyó al desarrollo de la música instrumental. Antes había... Ahora la música instrumental es más popular y es gracias a esa ayuda. En algunos países, sin embargo, la actitud hacia la música de ese tipo es negativa. En Estados Unidos, por ejemplo, hay dos músicos buenísimos: Miles Davis y John Coltrane. Apenas se los escucha por radio y nunca aparecen en televisión. Eso es una indicación de la mala actitud que aún existe en los Estados Unidos hacia la música contemporánea. En Londres, por ejemplo, es distinto. Escuché hace poco poemas de un poeta negro, Leroy Jones. Una música buenísima, brillante. En Estados Unidos no se escucha ese tipo de cosas. Las cosas están cambiando ahora, pero a un ritmo muy lento. Quizá en Europa, en Sud América o en Australia uno ve su material en TV o lo escucha por radio, pero no en Nueva York. Allí es todo lo contrario. Es una vergüenza.


Queremos que hables del trabajo de tu esposa, un tema nuevo para nosotros.


¿Mi mujer? Es música clásica. Toca muchos temas de música contemporánea. Entre otros, toca música de los autores más jóvenes, que aún no se conocen mucho.


¿Hay alguna relación musical entre ella y vos?


Tocamos juntos. En casa.


¿Sólo en casa? 


Si, por ahora. Quizá algún día... No sé... (risa)


¿Tus hijos tocan música? 


Todavía no. 


¿Qué te gusta hacer además de la música?


¿Qué me gusta? Ah, muchas cosas... Me gusta jugar al ajedrez, claro. Me encanta el ajedrez. Bucear. Nadar, mucho. Andar a caballo. Tuve la increíble experiencia de volar en planeador. Sin motor. Sólo alas. Fue una experiencia muy linda. Quisiera volver a hacerlo.


Se necesita mucho coraje para eso, ¿no?


¿Para qué? ¿Para planear? Nooo... ¿Por qué? (risas)


¿Qué libros te gusta leer?


¿Leer? Cualquier libro de cualquier autor, siempre que tenga los mismos conceptos que yo en cuanto a la vida y el universo. No importa su religión. Sólo me importa sentirme identificado y entenderlo, cualquiera sea el tema.


¿Hacia dónde creés que va la sociedad actual?


Hay un solo camino para que la sociedad sobreviva: el iluminamiento. Si, el iluminamiento. Saber qué somos. ¿No? Ese es el único camino.


¿Qué querés rescatar, en concreto, presentando todavía temas de Shakti?


La esencia acústica de Shakti está todavía vigente. Las piezas de Shakti no están re-arregladas, de hecho, para una banda eléctrica. Son sólo para guitarra y violín.


A pesar de no haberse confirmado todavía, qué pensás acerca de un posible concierto con músicos argentinos que se va a dar el lunes. No lo tomes como una afirmación. No hay nada seguro.


Yo también escuché los rumores. Pienso que es bueno tocar en cualquier momento, en cualquier lugar. ¿Van a tocar todos los músicos juntos? ¿Como un grupo? Bien. Es fácil que salga bien, pero es importante organizar a los músicos, organizar todo, de manera de lograr una desorganización organizada.


Quiero aclarar que es sólo una posibilidad.


Claro. Yo no sé lo que pasará. Es sólo posible. No puedo asegurar qué es lo que ocurrirá. Quizá a último momento se cambie todo. No quiero entusiasmarme porque lo que tenga que pasar va a pasar. Hasta el día antes no lo sabré. En Nueva York quedaría un mal concepto de nosotros si aseguramos algo que después no cumplimos.


Pero aquí es distinto por el respeto y la admiración que los músicos argentinos sienten por vos.


Me parece muy bien. Pero ¿qué diferencia puede significar con respecto a la posibilidad de hacer o no el concierto? Lo sé. Y debo decir que noté mucha calidez por parte de los argentinos. Me hicieron sentir muy feliz. Fue todo muy lindo.


¿Tuviste tiempo de conocer la ciudad?


Muy poco. Además estuve enfermo.

¿Cómo surgió la relación con Gismonti? ¿Tenés algún interés en la música brasileña?

Lo admiro mucho. Me parece un músico muy bueno y su grupo es muy lindo. La música de Sudamérica tiene mucho que ofrecerle al mundo. Quisiera que la música sudamericana se difundiera en mayor medida por Europa y Norteamérica. Pero hay un problema: Brasil es un país demasiado grande para la música sudamericana. Es muy difícil para los músicos dejar el país, y para muchos es imposible. Y eso no ayuda. Algunas cosas, sin embargo, están cambiando.

En este momento prevalecen el punk y la música disco. La pregunta es: ¿qué vendrá después? ¿Qué tendencias se impondrán? ¿Volveremos a lo pasado; surgirán nuevas fórmulas?

Pienso que surgirá un nuevo estilo. Pero no lo consideremos sólo desde un punto de vista musical, sino también sociológico. Para mí el punk es una expresión sociológica, una expresión de descontento sociológico de la juventud. No es música. Usan instrumentos para darle esencia a lo que sienten. Lo veo como un fenómeno sociológico. En realidad no puedo considerarlo música. La música disco, por otra parte... En fin, pienso que a la gente le va a gustar siempre bailar y el día que no exista más la música disco, crearán otra forma. La música disco no tiene nada de malo. El problema es que se transformó en parte de la gran industria y la han puesto en todos lados. La música disco pertenece sólo a la pista de baile, pero incluso aquí, cada vez que enciendo la radio, escucho temas de música disco, y eso no me gusta. Yo quiero oír música argentina. Hay gente que no le gusta la música disco de ninguna manera, pero hay gente a la que si le gusta y esos son los que nunca van a escuchar a John Coltrane o a Miles Davis. Piensan que no hay nada de inteligencia en la música que ellos hacen. Mucha gente, pienso, lleva una vida realmente trágica. Casi todos. Eso es lo que pienso. Yo tengo mucha suerte, porque puedo tocar todo lo que siento. Pero hay gente que no tiene esa suerte. Es la gente que llega a la pista de baile, se mueve y hace todo lo que dicta la costumbre: hacé esta, hacé lo otro. Y se enloquecen. Se vuelven locos. Y son muchos los que llevan esa vida infeliz. La dependencia es todo para ellos. Bailar me parece fantástico. No tengo nada en contra de la música disco. Me parece fantástica, pero no quiero escucharla en la radio. La radio es un medio ideal para traer música de todas partes: de Rusia, de Grecia, de Yugoeslavia, de Sudamérica, de África, de China, de Noruega. No importa de dónde. Es música. Pero está la industria de la música disco. Eso está muy mal.


¿Creés que aparecerá un nuevo Miles Davis, o un nuevo McLaughlin?


¿Tan viejo soy? (risas). Sí, sin duda habrá alguien que aparezca con algo nuevo y bueno. Como siempre ocurre. Sólo es cuestión de fe y de un poco de paciencia. Siempre surge alguien.


¿Qué métodos recomendás para el aprendizaje de guitarra?


¿Qué método? Trabajar diez horas par día.


¿Sólo eso?


Por lo menos eso.


¿Y vos practicás diez horas por día?


No. Ahora no, pero lo hice durante años. Y cuando ustedes se vayan me voy a poner a trabajar (risas).

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