Por F. Navarro (Prensa-Latina)
Cienfuegos, Cuba (PL) Una figura de relieve universal como el naturalista alemán Alejandro de Humboldt (1769-1859) y un estadounidense de bajo perfil, el periodista de filiación anexionista John Thrasher, fueron protagonistas antagónicos en un hito cultural del siglo XIX en la Isla. Humboldt dejó para la historia de la mayor de las Antillas un texto imprescindible, su Ensayo político sobre la isla de Cuba, que vio la luz primero en francés en París (1827) y Thrasher lo tradujo inicialmente al inglés en 1856, a partir de la versión española.La obra reeditada en dos tomos (La Habana, 1930) como parte de la Colección de Libros Cubanos que dirigía el sabio don Fernando Ortiz, fue el fruto de los estudios del explorador berlinés durante sus dos estancias en Cuba, del 19 de diciembre de 1800 al 15 de marzo de 1801 y la otra entre el 19 de marzo y el 19 de abril de 1804.Cuando en 1856 Thrasher da a la estampa en Nueva York el texto en inglés, con un Ensayo preliminar y notas al pie, ambos de su autoría, eliminó de un plumazo un capítulo completo del original francés, nada menos que el dedicado a la Esclavitud en la llamada Perla de las Antillas.El barón de Humboldt, reconocido como el segundo descubridor de Cuba, escribió al inicio de la sección escamoteada por el traductor estadounidense:"Como historiador de América quise explicar los hechos y precisar los conceptos mediante comparaciones y ojeadas estadísticas".En su ensayo "Alexander von Humboldt y la comparación de las esclavitudes en las Américas", el profesor Michael Zeuske, de la Universidad de Colonia, argumenta el rechazo del ilustrado prusiano al fenómeno de la servidumbre y su protesta pública ante la omisión de Thrasher."La traducción siempre es política. No sólo se decide el cómo sino también el qué traducir", así lo explica Ottmar Ette, profesor de la Universidad de Potsdam, Alemania, citado por Esther Andradi en su artículo "Alexander von Humboldt: el viaje del pensamiento".Amplía la investigadora que el barón, muy anciano ya al momento de circular la versión del estadounidense, se puso histérico y escribió cartas acusando la tergiversación del traductor, pero sus protestas cayeron en saco roto."Lo terrible, según Ette replicado por Andradi, es que esta traducción sigue circulando en Estados Unidos. Claro que reforzar un estereotipo siempre es más fácil que revertirlo. Por eso en el país norteamericano aún persiste la idea de que Humboldt era esclavista". ¿QUIÉN ERA JOHN THRASHER?Nació en Portland, Maine, en 1817 y fallecido en Galveston, Texas, el 10 de noviembre de 1879, y el historiador cubano Herminio Portell Vilá afirmó que la madre de Thrasher era natural de la mayor de las Antillas y que el controvertido personaje vivió 17 años en La Habana.En sus inicios se vinculó con relativo éxito a la actividad mercantil, carrera que abandonó en 1849 cuando compró el periódico habanero Faro Industrial.Don Fernando Ortiz lo retrata como un periodista americano que vino a Cuba para aprovechar el río revuelto de las agitaciones en la Isla contra el absolutismo español y encauzarla hacia el anexionismo, en el ánimo de agregar una estrella más a la bandera de la Unión.Agrega que Thrasher fue secretario particular del mayor general del ejército estadounidense John A. Quitman, a quien el general de origen venezolano Narciso López le ofreció el mando de la luego fracasada expedición desembarcada por Cárdenas, 130 kilómetros al este de La Habana, el 19 de mayo de 1850.Ortiz refiere que desde la dirección del mencionado periódico el futuro traductor de Humboldt actuaba con doblez, y cita datos de Portell Vilá que lo señalaban como corresponsal de López en la capital insular y su nombre criptográfico de El Yankee, usado en el ámbito de la conspiración.Durante el segundo intento expedicionario de Narciso López, agosto de 1851 por la occidental provincia de Pinar del Río, que terminaría con su vida en el garrote vil el 1 de septiembre del propio año, Thrasher apeló al sarcasmo y la ironía al publicar los parte de guerra de la breve campaña de cariz anexionista.El capitán general de la Isla, José Gutiérrez de la Concha, dispuso con fecha 16 de octubre siguiente el arresto del estadounidense por considerarlo "el más eficaz de los agentes de las expediciones piráticas", y después sentenciado a cumplir ocho años de encierro en la penitenciaría norteafricana de Ceuta.Indultado por el gobierno de Madrid, salió de la prisión ceutí el 30 de enero de 1852 y, ya en su país, estableció vía diplomática una demanda de 350 mil dólares por los daños y perjuicios ocasionados por la administración colonial a su periódico habanero.Tras instalarse en Nueva Orleáns comenzó a publicar The Beacon of Cuba (El Faro de Cuba), una empresa periodística que desde sus inicios estuvo muy lejos del éxito e intentó venderla al novelista cubano Cirilo Villaverde.Para Fernando Ortiz la conducta de Thrasher con Humboldt no pudo ser más desleal, pues "las mutilaciones del texto no son escasas ni insignificantes".Testimonia que tenía en su poder el ejemplar de la traducción inglesa, en su momento propiedad del sabio alemán, quien con la letra temblona de sus 87 años dejó constancia manuscrita en una de sus páginas de las variaciones realizadas por el periodista.En el breve autógrafo, Humboldt afirmó que el infiel traductor debió hacer las supresiones "sin dudas por razones políticas".Tras reconocer algunos aportes de actualización estadística ejecutados por Thrasher al texto, manifestó públicamente su queja "de que en una obra que lleva nombre se haya omitido todo el capítulo séptimo de la edición española con que terminaba mi Essai politique".* Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Cienfuegos.