Director: Todd Phillips
Ay, en fin, qué decir, ha sido toda una semana, ¿eh?, con militares en las calles, gente muerta en más que sospechosas circunstancias, toques de queda, gente fantasma intentando meter miedo (que van a quitar el agua, que van a desabastecer, que no habrá transporte público, que turbas saquearán casas particulares -ante lo cual simples vecinos, vecinos comunes y corrientes se ponen chalecos amarillos dispuestos a quién sabe qué, desafiando el toque de queda y con el beneplácito de las autoridades civiles y militares, que gustan de ver a la población peleando consigo misma-), mucha rabia y repugnancia por muchas cosas que sucedían, y por otro lado, asambleas o cabildos en las plazas de la ciudad, puntos de reunión, música y cacerolazos, saltar y gritar, y esa marcha del viernes que fue una de las cosas más emocionantes que me ha tocado vivir... Entre medio he intentado ver películas, por supuesto, no ver películas es lo mismo que no alimentarme (no veo mierda de superhéroes en todo caso, me pongo del lado de los maestros Scorsese y Coppola, y siguiendo la metáfora, tampoco como carne, los invito a lo mismo), pero qué hacer, en mi casa se hace difícil ver películas y ustedes ya me conocen, no me digan que no, yo no veo películas si no hay condiciones mínimas de comodidad. Como sea, intenté ver una película durante varios días porque me parecía que era la más apropiada para comentar en estos días (días que no se han acabado, aunque la marcha del viernes, en una película gringa mainstream cualquiera, claramente sería utilizada como un bello clímax de reconciliación... que es la mierda que han intentando meternos desde el gobierno, y buenas noches los pastores, pero no señor, a otro perro con ese hueso: esto no ha terminado), pero no se pudo y como los cines volvieron a abrir no me pude resistir, necesitaba cine, ir a un cine, y fui a ver "El Bromas", perdón, "Joker", película altamente anticipada y altamente comentada. Acá estamos, entonces. Me extrañaron, ¿cierto? Je, je, se hace lo que se puede.
"Joker" es, en efecto, una gran película y una de las películas del año. No iría tan lejos de tildarla de obra maestra (la gente en general no sabe usar tildes, pero esa es otra cosa, ¿ó no?), pero sí, es grandiosa y excelente y magnífica, que se va superando minuto a minuto, siempre siendo coherente con su propuesta, oscura y nihilista, la de partir de la figura del Guasón para observar o analizar o abordar los males de la sociedad, de esta sociedad fundamentalmente clasista y sobre todo inconsciente, sociedad artífice de sus virtudes pero que por sus vicios y problemas no asume responsabilidad alguna, y he ahí que tenemos a nuestro Guasón, que no tiene nada de supervillano, el suyo es un retrato incómoda y terriblemente humano, de una persona pisoteada y maltratada, abandonada y humillada, que, en efecto, lo ha perdido todo, una persona a la que, en efecto, ya nada la puede lastimar, una persona que, en efecto, sólo le queda explotar porque la maldita mecha ha llegado a donde todo se acumula y ¡boom! "Joker" es una película sorprendentemente crítica y subversiva, más de lo que el espectador medio puede notar, una película que le escupe a la cara al espectador que, seguramente, saldrá relativamente identificado con el protagonista, aunque en la vida real mire por encima del hombro a gente como Arthur Fleck. "Joker" es incendiaria, apunta para todos lados: la gente no se identifica con seres humanos, sólo con íconos: tienes a un tipo flaco y, cierto, extraño e incluso perturbador, y mejor que nadie lo mire, pero se pinta la cara y hace locuras frente a medio mundo y listo, ahora es un héroe. Encima de eso tienes el asunto de la enfermedad mental, el desamparo y desprecio que sufren esas personas (basta ir a las estadísticas en sus respectivos países para constatar lo hondo del problema de la salud mental en la población, y lo poco que se entiende lo que es "problemas de salud mental"), y, ya les digo, tenemos una película completa y redonda a todo nivel, no sólo por la forma con que aborda el universo en el que se basa sino por el modo en que lo retuerce y retuerce y lo convierte en una bestia rabiosa que denuncia la hipocresía y estulticia y egoísmo de la sociedad, la que a veces es, claro, un abismo, o un brazo traidor que empuja a algunos al abismo.
Ah, bueno, y Joaquin Phoenix está es-pec-ta-cu-lar, pero eso ya lo hemos dicho cada vez que le vemos una película suya por acá. Por cierto, Todd Phillips saca su mejor cine para esta película; sin duda que "Joker" tiene reminiscencias de esas películas que seguramente muchos periodistas de cuarta han nombrado en sus artículos de quinta, pero no cae en la referencia barata y el homenaje insulso, al contrario, todo eso lo hace suyo, lo incorpora a su propia mirada y discurso. (Aunque los clásicos son intocables, qué demonios).
Si hay algo más que decir, se los dejo a ustedes, que siempre son bienvenidos y bienvenidas (y viceversa). Sólo puedo decir esto: "Joker" es una película de primera. Si no la han visto, tienen mi plena garantía de que tendrán una experiencia, cuanto menos, memorable.
Nos veremos cuando nos veamos.