Jon & Vangelis - Private Collection (1983)

Publicado el 18 julio 2018 por Syntheticman @vozdelosvientos

Uno de los momentos críticos en la historia del rock progresivo más clásico se produjo cuando, tras el lanzamiento de “Tales from Topographic Oceans”, el teclista Rick Wakeman anunció su salida de la banda inglesa Yes. Con ella, una de las formaciones punteras del género se quedaba sin el que era uno de los instrumentistas más icónicos de siempre y lo hacía en el momento en que la popularidad del grupo se encontraba en el punto más alto desde que arrancaron su carrera. Sucedió en plena gira de presentación del disco y dejaba a la banda coja justo antes comenzar los ensayos para su nuevo trabajo.
Se comenta que fue Jon Anderson quien decidió invitar a Vangelis a uno de los conciertos de Yes que iba a tener lugar en París con la excusa de charlar un rato después y sondear la posibilidad de incorporar al teclista griego como sustituto de Wakeman. Vangelis, que llevaba un tiempo pensando en la posibilidad de dejar París para establecerse en Londres, aceptó probar y participó en un buen número de ensayos con la banda. Sin embargo, parece que su intención nunca fue la de volver a ser miembro de un grupo y mucho menos aún, de uno tan grande como Yes que le obligaría a alejarse de sus proyectos en solitario y a viajar constantemente por el mundo para tocar. Esa etapa era parte del pasado y quedó enterrada cuando disolvió Aphrodite's Child para centrarse en su carrera en solitario de modo que tras esas semanas de ensayo, Vangelis se despidió de la banda no sin haber forjado una buena relación con varios de sus miembros, en especial con Jon Anderson. No pasó mucho tiempo antes de que el teclista decidiera devolver la cortesía al cantante invitándole a cantar una pieza en su disco “Heaven and Hell” en la que sería la primera de varias colaboraciones de Anderson en discos de Vangelis, ya fuera como vocalista o como instrumentista.
La química entre ellos era cada vez mayor y así, en 1979, coincidiendo con la salida de Yes de Jon Anderson (junto con Wakeman que había vuelto a la banda algo después de su primera espantada), grabarían juntos “Short Stories”, el primero de los discos publicados bajo el nombre de Jon & Vangelis en los ochenta. En la formación del dúo pudo tener mucho que ver Jannis Zographos, manager del músico griego en la época que también pasó a dirigir la carrera en solitario de Anderson en aquellos meses. “Short Stories” fue un trabajo prácticamente improvisado que se compuso y grabó en menos de un mes. “Entraba en el estudio, comenzaba a cantar y tres horas después teníamos tres canciones terminadas. Con Yes tardábamos tres horas en prepararnos para ensayar apenas una”, declaraba Anderson acerca de la forma de trabajar con Vangelis. “Short Stories” no recibió buenas críticas aunque tuvo un par de canciones que sonaron con cierta frecuencia en la radio. El segundo trabajo del dúo fue bastante mejor y tuvo mucha más repercusión, especialmente cuando Donna Summer grabó su propia versión de uno de los singles. Sin embargo hoy queremos centrarnos en el tercer y último disco del dúo, grabado en 1983 bajo el título de “Private Collection”.
Las cosas habían cambiado mucho desde que apareció el primer disco de la pareja: Vangelis había ganado el Oscar con la banda sonora de “Chariots of Fire” y el estreno en los cines de “Blade Runner” era reciente. Anderson por su parte acababa de publicar su segundo disco en solitario, se estrenaba como colaborador de Mike Oldfield en su disco “Crises” y, lo más importante, preparaba su regreso a Yes para su reencarnación más “pop” con la que volverían al primer plano gracias al single “Owner of a Lonely Heart”. En estas circunstancias, Jon & Vangelis graban un disco maravilloso. En nuestra opinión, y de largo, el mejor de los que crearon juntos. Vangelis firma toda la música y toca todos los instrumentos. Jon Anderson por su parte es el autor de las letras y, logicamente, el vocalista. Como invitado aparece el saxofonista Dick Morrissey, quien ya había colaborado con Anderson en su disco “Song of Seven” y con el propio Vangelis en el archiconocido  tema de amor de “Blade Runner”.

Jon Anderson y Vangelis en los estudios Nemo.


“Italian Song” - El disco comienza con una balada preciosa cantada en algo que suena a italiano pero que podría ser una invención fonética de Jon Anderson puesto que en ningún sitio hemos podido encontrar la letra. En cierto modo recuerda a la magnífica “So Long Ago, So Clear” del disco Heaven and Hell, especialmente por el ritmo y el tipo de arreglos aunque no llega al nivel de excelencia de aquella.
“And When the Night Comes” - El siguiente corte comienza con un ritmo metronómico que anticipa el que escucharemos más adelante en la soberbia “Horizon”. A partir de ahí se va desarrollando una canción maravillosa con referencias cinematográficas (cita literal de “As Time Goes By” de la película “Casablanca” incluida) en la linea de las que ya abundaban en el anterior disco del dúo. Los sintetizadores de Vangelis suenan magistrales al igual que el saxo de Dick Morrisey para completar una gran canción.

“Deborah” - Tanto Vangelis como Anderson tienen una cierta querencia por los temas románticos y no es raro encontrar en sus respectivas discografías algunas piezas excesivamente edulcoradas. Ese sería el caso de esta balada de sabor clásico que rezuma almíbar por todos sus poros. Podemos perdonárselo porque no se prodigan demasiado con este registro pero es un tema que bien podrían haberse ahorrado. Con todo, la sección de piano de la parte final es una preciosidad que salva la pieza.
“Polonaise” - Entre 1981 y 1983, Polonia estuvo sometida a la ley marcial durante un año y medio. Fue un tiempo muy duro con una fuerte represión y centenares de opositores encarcelados, así como varios fallecidos en las calles. Esta pieza fue dedicada a ellos y tiene una fuerte carga emotiva, subrayada por los solemnes arreglos de un Vangelis que ya había dado buenas muestras de su talento para la épica. Las melodías recuerdan en muchos momentos a las que el griego creó para los documentales de naturaleza de Frederic Rossif.
“He is Sailing” - El único single del disco fue esta canción, la más animada de la “cara a” del LP, con una base secuencial, batería electrónica y la voz de Jon Anderson modificada ligeramente con el uso del “vocoder”, recurso que Vangelis ya había empleado en “See You Later” un tiempo antes. Un buen tema que tuvo cierto recorrido en la radio en su momento.

“Horizon” - Lo mejor del disco y, probablemente, de toda la discografía de Jon & Vangelis es esta larga suite que ocupa toda la “cara b” del disco. El comienzo es espectacular, con una nota repetida a modo de secuencia y un patrón rítmico muy personal sobre el que se despliega una melodía sencilla pero poderosísima, todo ello surgido de los sintetizadores de Vangelis. Tras un par de minutos de introducción, entra la voz de Anderson cantando una letra de cierto calado espiritual, en la linea de las que escribía para Yes. Llega entonces el precioso estribillo tarareado por el cantante sobre unos teclados muy en la linea de “Chariots of Fire”. Entramos ahora en un segmento instrumental breve que nos lleva a una serie de repeticiones del tema central, adornadas con toques de campanas y diversas florituras electrónicas. Una verdadera maravilla. Tras ese largo segmento entramos en un pasaje mucho más relejado y ambiental que nos recuerda al Vangelis de “L'Apocalypse des Animaux” y nos lleva a un tema de piano muy inspirado y de aire romántico. Vuelve a intervenir Jon Anderson cantando una melodía que se complementa a la perfección con los teclados, cada vez más clasicistas del compositor griego, especialmente en el tramo siguiente en el que anticipa los sonidos que aparecerían en “Mask”, su siguiente trabajo de estudio. Se recupera brevemente al piano el tema central de la suite y Anderson entona sus últimos versos antes de cerrar una pieza tremenda.

Quizá haya lectores a los que les haya chocado nuestra afirmación de que “Private Collection” era el último disco de Jon & Vangelis puesto que en 1991 apareció “Page of Life”. Lo cierto es que ese trabajo fue grabado en 1986 pero nunca fue del agrado de Vangelis hasta el punto que perdió interés en publicarlo entonces. Posteriormente, en 1998, se publicó una nueva versión del disco con una selección de canciones muy diferente e incluso con diferentes versiones de varias de ellas. Vangelis nunca dio el visto bueno a ese nuevo lanzamiento que ha quedado como una rareza más. Recientemente se reeditó una vez más, esta vez sí con el visto bueno y la supervisión del griego, eso sí, con el “tracklist” original y un tema extra. Algo ocurrió en ese tiempo entre Vangelis y Anderson puesto que nunca más se juntaron para grabar nada pese a que el cantante afirma que trató de contactar con Vangelis en más de una ocasión y éste nunca le devolvió las llamadas.
Como suele ocurrir en estas reuniones entre grandes estrellas en sus respectivos campos, no podemos decir que los discos de Jon & Vangelis se encuentren entre lo mejor de ambos artistas. A lo sumo podemos considerarlos una rareza en la discografía de ambos. Sin embargo, a lo largo de los discos que nos ofrecieron hay momentos notables y discos como este que merece la pena revisar de cuando en cuando.