Jordi Hereu.- “Viviría allí donde hubiera una plaza, un mercado y un bar”

Publicado el 20 abril 2014 por Cultibar

Alejado casi totalmente de la vida política, Jordi Hereu i Boher (Barcelona, 14 de junio de 1965) vuelve a vivir Barcelona como habitante. Durante cinco años (2006-2011), Hereu presidió el ayuntamiento de la capital y "se pateó" la ciudad, "que era lo que me gustaba verdaderamente del cargo". Ahora lo vuelve a hacer "más libremente", y en ella ve "una de las mejores ciudades del mundo, con sus barrios, sus plazas y sus mercados, una ciudad que sigue siendo ciudad". "Y con sus bares", admite, aunque reconoce ser bastante casero y poco amigo del alcohol. Da igual. Le hemos sacado de la oficina para que nos hablara de sus bares favoritos.

Cuestionario Cultibar

Acaba la frase
Barcelona es.... la mezcla más fascinante del mundo.
El futuro de Barcelona pasa por... preservar su nivel de vida. Debe seguir siendo una ciudad.
En 20 años me veo en... disfrutando como siempre de mi ciudad.

Destaca
Homenaje a Cataluña, de George Orwell.
Una película: Cinema Paradiso
Carne a la brasa con patatas al horno y cualquier plato de pasta fresca. Unos spaghettis de la pasta más fresca, por ejemplo.
Un buen Priorat.
Una cerveza: No soy muy cervecero.
Nada coctelero.
"Tal faràs, tal trobaràs"
Una afición: Pasear entre los campos de la Armentera (en el Alt Empordà). Sobre todo, viendo la naturaleza trabajada por el hombre. Me encanta.
Un grupo musical: Soy demasiado ecléctico. Me gusta la música de todo tipo. En mi coche puede sonar de forma aleatoria desde funky negro hasta Supertramp, pasando por Ennio Morricone o "La dansa del vestit" de Txarango, por mi hija. Evidentemente, también Llach o Raimón, crecí con ellos.
Un barrio de Barcelona: No puedo elegir. Lo mejor de Barcelona son sus barrios. Si tengo que decir alguno diría Les Corts y Sant Andreu, porque los conozco mejor (fue regidor de ambos distritos antes de ser alcalde), y Sant Gervasi, que es donde nací.
Un lugar de Cataluña: El Alt Empordà.
Un lugar de España: Dos ciudades cantábricas: San Sebastián y Santander. Tienen un mar diferente, pero sigue siendo mar. Me unen más cosas.
Un lugar del mundo: Londres. Si algún día dejo Barcelona, sí que me veo viviendo en Londres.

Barcelonés de nacimiento y concepción, Hereu trabaja ahora como consultor en una empresa de servicios jurídicos y legales con sede en Pau Claris, a la que se acaba de cambiar tras pasar por otra semejante sita en la calle Casanova. Y es ahí, donde acaba la calle que rinde tributo al héroe catalán de 1714, donde encuentra su ambiente hostelero el otrora alcalde de Barcelona y vecino de Sant Gervasi. " Os voy a llevar a almorzar a un bar en el que siempre me han tratado como en casa ".

Frecuentado también por otros ilustres de la ciudad como comentan los amigos de En Ocasiones Veo Bares, el Bar Michigan sorprende con normalidad y aloja diurnamente a los empresarios y trabajadores del barrio de Galvany -por encima de la Diagonal- que buscan los diez minutos mañaneros para desconectar. "Aquí venía a por la tortilla del almuerzo. Las hacen muy buenas, y a mí siempre me cae un suplemento...", ríe.

Aparece el camarero con dos raciones de tortilla de pimiento y chorizo, y otra extra de cebolla, y saluda a Hereu. "¡Hace tiempo que no le veía!". "He cambiado de oficina, pero no estoy lejos, volveré, por el regalito extra, claro...". La cordialidad es patente. "Son muy majos y, aunque de China, siguen haciendo perfectamente el producto de aquí". Aprovechamos para preguntar por la proliferación de bares regentados por chinos y no encontramos discusión alguna. "Trabajan mucho y duro, y no se puede generalizar. Los que yo conozco son gente trabajadora y se adaptan bien a las necesidades del cliente, como creo es el caso de éste. Se debe confiar en la gente que lo hace bien".

Casero de pro, el ex alcalde reconoce no salir casi nunca si no es para acompañar a su hijo a los partidos de baloncesto y almorzar con los otros padres allí donde jueguen los niños. Insistimos. "Sí que a veces salgo a cenar con los amigos, a la tortillería Flash Flash, por ejemplo". Le pedimos que siga enumerando. "Para comer excelente, y está aquí al lado, el restaurante Mil921 o el Bar Mut, un institución con una pasada de cocina". Sin preguntar, cierra el día. "Para acabar, al Luz de Gas, claro".

Un día completo que Hereu no dudaría en cambiar por cualquier jornada en casa con los suyos, pero que valora por lo que aporta a la ciudad. "Las relaciones de la gente son imprescindibles. Son el tipo de cosas que hacen ciudad, como lo son plazas, mercados y bares, el eje de toda urbe. Es el espacio público que necesitamos como sociedad, donde interaccionar, vivir y sentirnos seguros. Nunca viviría en una ciudad sin centro y donde siempre dependieras del coche. No me gusta. Hace a la sociedad más individualista".

Hablando y escuchando acabo el almuerzo y traen el café. En caso del ex alcalde, té chino, "que aquí hacen muy bien". Nos levantamos y Hereu se despide. "Hasta otra y muchas gracias. Muy bueno". La jefa le guiña un ojo y replica cruzando el marco de la puerta: "Adéu Jordi, ¡pero vuelve!". La interacción es vida. Viva el espacio público y la mezcolanza bien entendida. Gracias alcalde.

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