Jordi Pujol, el untado, crucificado

Publicado el 27 septiembre 2014 por Icaro @ateneo

Cristo Pujol (del griego antiguo Χριστός, Christós Pujoleas y este a su vez del hebreo מָשִׁיחַ, Māšîaḥ [mashiach pujoleash], ‘el Mesías’, que significa ‘untado por todo Dios’)2 3 4 es el título que en el pujolismo se le da a Jordi Pujol  de  Neobacitrín (Barcino , 7 o 6 a. 3%. ).

Los seguidores de Pujol son conocidos como «pujolistas» porque ellos creen y confiesan que Jordi es el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento, por lo cual le llamaban «Jordi  Cristo», que quiere decir, «Jordi, el Mesías».

Cristo Pujol “El Untado”

La palabra «untado» ―del latín únguere― significa ‘elegir a alguien para un puesto o un cargo muy notable y llenarle de pasta para que luego te haga favores’ (como sumo sacerdote o rey, o President).4

La concepción  untado  proviene de la antigua creencia que establece que untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades extraordinarias, incluso sobrenaturales, cuando estas provienen de una autoridad divina y los favores que te pueden caer son de aúpa.

Florencio, el padre de Jordi Cristo Pujol mandó a su hijo Jordi una herencia de cientos de millones y así. de esta manera, poder seguir siendo el Mesías del pueblo español. Untado a diestro y siniestro por socialistas y populares, Jordi Cristo reinó durante casi treinta años en la tierra española hasta que subií a los cielos de la jubilación. Siempre la diestra de su padre, juzgó con mano de hierro la escasa moral de la casta política española y catalana.

Cristo Pujol en la última cena y finalmente crucificado

La última cena fue la última ocasión en la que Cristo Pujol se reunió con sus discípulos (los siete hijos de Marta) para compartir el pan y el vino e ir sacando la pasta de Andorra, antes de su muerte política. En la cena, de pan y tomate, Jordi Cristo se mostró dispuesto para cargar   todas las culpas de la humanidad de sus hijos, esos hijos de…. Marta. El día 26 de septiembre pasó por el Parlament para dar explicaciones y expiar sus culpas, más chulo que un ocho se cagó en la oposición y terminó diciendo:

Perdónalos padre, porque no saben lo que cobro