Una tarde calurosa del mes de Abril un vagamundo estaba caminando por la calle, frente a él estaba un restaurante muy lujoso, el simplemente miraba a través del vidrio de la ventana mientras su estómago crujía del hambre, y dijo:
- Y pensar que anteriormente yo era una persona adinerada y por mi mala administración, hoy soy un pobre vagamundo caminando por las calles de esta ciudad con hambre.
Su nombre era Jorge Rodríguez hacia aproximadamente un año él era un gran empresario, pero gracias a la mala administración de su dinero lo perdió todo gracias a las apuestas él era un ludópata, Jorge era dueño de una empresa de lácteos de la ciudad cuando esta quedo en bancarrota y que ya no podía ser salvada su esposa se separó de él, se divorció de este pobre hombre llevándose la mitad de lo poco que le quedaba, pedía prestamos en diferentes banco, estos se los concedían pero luego como no tenía para pagarlos embargaron sus autos y propiedades, y esto ocasiono que quedara en la calle siendo un vagamundo.
Jorge por fin se separó de la ventana de este restaurante y siguió caminando por la calle y al final de la carretera vio un hermoso parque en el cual nunca había estado, se acercó y vio familias con sus hijos jugando con mucha felicidad, se acercó a un banco para sentarse, en este estaba un niño, intento sentarse pero el niño coloco su mochila a su lado ocupando el espacio que estaba vacío y con una voz arrogante dijo.
- Disculpe pero aquí no hay espacio.
Jorge siguió avanzando y dijo en voz baja.
- Estoy seguro que si fuera el empresario que fui anteriormente me hubiese dejado sentarse a su lado, pero como ahora estoy sucio y sin un centavo recibo este trato tan desagradable.
Dio un suspiro y vio a otro niño el cual estaba sentado un banco él le hizo una seña y dijo.
- Venga señor, aquí si hay espacio para que usted se siéntese.
El vagamundo se acercó con alegría se sentó, y le pregunto.
- ¿Porque permites que me siente junto a ti si estoy sucio?
El niño respondió con voz dulce.
- Usted de seguro tomo una mala decisión y por eso esta así pero yo soy igual que usted aunque mis padres sean adinerados.
El niño saco de su mochila un lonchera y le entrego su merienda a Jorge, el con alegría la recibió y mientras comía lo que había dentro respondió.
- Gracias pues la verdad tengo hambre, te agradezco que hagas esto por mí, pues la verdad antes fui un gran empresario y tuve mucho dinero el cual malgaste por jugar a la lotería apostando, fíjate todo lo que gane con ese mala decisión, también perdí mi familia ya que la hice a un lado cuando empecé a apostar.
El infante acepto con la cabeza y en ese momento lo llamaron sus padres para irse entonces para finalizar dijo.
- Usted es igual a mí, no importa los errores que haya tenido en su pasado usted puede cambiar.
En ese momento Jorge despertó pues todo esto había sido un sueño, despertó asombrado por su sueño y reflexiono, el si era empresario y también un ludópata, pensó en lo importante que era su familia y a lo que le podía llegar a pasar si seguía apostando, podría ser un vagamundo por ejemplo.
Desde ese día dejo de apostar, le pidió perdón a su familia y empezó a enmendar los errores que había cometido, después de este sueño tuvo un gran cambio en su vida.