Te escribiré una novela. Era la primera frase del libro. Luego me lancé a desenterrar mis sentimientos, los que guardaba, puros y relucientes, bajo las ascuas del pecho. Quería exhumar toda aquella fenomenología de palabras y frases y usarlas como un hacha del amor. Quería trastornar todo su mundo de inocencia con un arsenal de adjetivos y verbos que construyesen un universo en torno a ella. De ella. A partir de ella.
Por la taberna comenzaron a cruzar tipos armados hasta los dientes de soledad y abandono. Todos ellos presentaban caretos en los que el tiempo y la miseria moral había esculpido a su antojo, dejándome a la vista una legión de cadáveres llenos de encías medio podridas, bolsas enfermas de insomnio y de fealdad, narices como castillos ruinosos, orejas mugrientas en las que parecían haberse refugiado los murciélagos, pómulos y mejillas infartados por el susto de topar con un vampiro, bigotazos grandes como buques fúnebres, tripas kilométricas y desmesuradas y por cuyas superficies ella y yo podríamos haber caminado con temor al cansancio, manos de cíclope y de ogro con un refuerzo de uñas embestidas por el acoso de la mugre y el cansancio de la vida cuando es dura y tiene visos de cuchillo.
José Ángel Barrueco. Te escribiré una novela. Editorial Origami, febrero de 2012 y marzo de 2014. Prólogo de Esteban Gutiérrez Gómez. Portada de Óscar Cardeñosa.