Hace un par de semanas leí la entrada en el blog del político Josep Antoni Duran i Lleida, titulada El progressisme de la ministra Pajín. Hablaba del ideologismo y la pseudo progresía antieuropea de la ministra Pajín, dicho sea así de diáfano, que niega el pan y la sal a "els col·legis que facin ensenyament diferenciat".
Es un texto de claro y sereno razonamiento, políticamente incorrecto (según la -digamos-"corrección" dominate que circula por el hemiciclo en el que se desenvuelve) y desde luego un texto personal, es decir, algo vital, salido de una pluma bien asociada a su cabeza y su corazón.
Al estar escrito en catalán, y suponiendo que buena parte de los lectores de este blog prefieren el castellano, quise esperar a encontrar el texto en esta última lengua para reproducirlo o mencionarlo.
Ayer, José Apezarena, publica en su blog en Confidencial Digital Durán Lleida y el ‘progresismo’ de la ministra Pajín, (con un remite digital que -por desgracia- con los días se desvanece), un comentario que de suyo merece la pena replicar aquí, no sólo para evitar ese problema de desvanecimiento digital.
Por mucho que sepamos de sobra que el asunto de la ministra Pajín clame a Europa y atente contra la convención de la Unesco sobre discriminación, y por mucho que sea conocido su torpe pero eficiente empecinamiento, entiendo que conviene recordarlo al menos con insistencia pareja a la de Pajín.
Hacerlo con el comentario de Apezarena tomando pie de Duran i Lleida es un lujo aconsejable, que a buen seguro nos podemos permitir leer:
Con el título “El progresismo de la ministra Pajín”, Durán Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, ha escrito un artículo sobre la educación diferenciada y los proyectos de la ministro de cercenar ese derecho elemental.
Tras recordar una cosa obvia, que es católico, y añadir que ni ha sido si será del Opus Dei, al que muestra su respeto como a las demás instituciones en la Iglesia (afirma que él se sentiría más cerca de la Comunidad de San Egidio), el diputado catalán proclama con claridad meridiana la libertad de los padres para llevar a sus hijos a escuelas donde se imparta educación diferenciada.
El proyecto de ley de la ministra Pajín sobre discriminación anuncia que los colegios que escolaricen las chicas y los chicos por separado no podrán ser concertados. Durán Lleida responde que no está de acuerdo por cinco razones.
-Primera. El convenio sobre la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de 14 de diciembre de la UNESCO, y el convenio sobre la discriminación hacia la mujer de 18 de diciembre de 1979 de la ONU -suscritos por el Estado español-, no consideran discriminatoria la creación o el mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza separados para los alumnos de sexo masculino y para los de femenino, siempre que la calidad de la enseñanza sea equivalente.
-Segunda. Es contrario a la Constitución porque limita el derecho de los padres a elegir escuela en función de su ideario. Así se desprende de la Constitución, del desarrollo legislativo de su artículo 27, y de la jurisprudencia constitucional.
-Tercera: De acuerdo con el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, es una competencia de la Generalitat, no del Gobierno.
-Cuarta: Cuando pactamos con el PSOE la ley de educación, quedó claro, con acuerdo del portavoz socialista, entonces Rubalcaba, que estaba perfectamente admitido que se pudieran concertar los centros que escolaricen por separado chicas y chicos.
-Y quinta. La ministra Pajín, muy “progresista ella”, debería saber que el asesor del presidente de EEUU, Barack Obama, cree que esta escolarización es positiva para el rendimiento escolar. En Suecia, también desde el año 1994, con un gobierno socialista se llegó a la misma conclusión.
Con esta medida, Pajín quiere introducirnos en el debate que más gusta a cierto sector del PSOE: dividir a la sociedad en temas que no preocupan a la ciudadanía, que sufre mucho más por la falta de trabajo o por la angustia de la situación económica.
Termina diciendo que el debate que provoca la propuesta Pajín pone de relieve su incompetencia como ministra. No hay que olvidar que Rodríguez Zapatero la nombró para quitársela de encima como secretaria de Organización del PSOE porque lo hacía muy mal.
Lo dicho. Gracias a ambos escritores por la sincera claridad de sus escritos, cosa que -en los tiempos que corren- es mejor no dar por descontado. Ni una ni otra.