José Artime, el Hermano Dantón, fue un luchador infatigable durante toda su existencia, perdió un brazo en la guerra de España y, no obstante, siguió defendiendo aquello en lo que creía, llegó a .Francia por el camino del exilio tras haber combatido defendiendo la legalidad republicana Con el final de la guerra de España, su vida en el exilio comenzó con el internamiento en el Campo de Concentración de Vernet, en el Sur de Francia. De allí salió en 1944 en lo que se conoció como "el tren fantasma", vagando por las vías de Europa varios días y noches, hacinado, en condiciones terribles, hasta llegar el campo nazi de Dachau. Sobrevivió al campo nazi y tras ello la Francia libre, la Francia liberada, le acogió finalmente. Le visitamos en su casa de Toulouse en 2004 y pudimos escucharle, enérgico y emocionado, recordando aquellos años terribles, y aunque estaba menguado de fuerzas, todavía tenía suficiente coraje de paisano luanquin para darnos un abrazo.
Su voluntad, materializada por Kathy, su entrañable y querida compañera fue trajo sus cenizas para que estas se repartieran simbólicamente en dos lugares, unas las depositamos en su Luanco natal, en la playa de Moneo, y el resto se entregaron en el Campo de Vernet. En ese acto de volver sus cenizas al mar se entregó su mandil de Maestro a la Logia Rosario de Acuña.
Queda con nosotros el ejemplo honesto y heroico de un hombre que vivió una época terrible, quizá la más terrible de las épocas de Europa, para que generaciones como la nuestra no sufrieran y supieran también evitar ese mismo dolor a quienes nos sigan en el futuro. Te recordamos, Hermano DANTON.
Víctor Guerra. MM.:.