José Ignacio Sánchez Galán aprovechó su discurso de investidura para proponer su propio modelo energético español. Empezó con exponer los ejes centrales de su propuesta para avanzar hacia un modelo energético seguro, sostenible y competitivo, en torno a los siguientes cinco objetivos principales:
- garantía de suministro, con el fin de asegurar la cobertura de la demanda;
- reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, según los compromisos de nuestro país en materia de cambio climático;
- eficiencia económica, tanto en inversión como en costes, que mejore la competitividad de la economía;
- reducción de la dependencia exterior, disminuyendo la vulnerabilidad en términos de riesgos de precio y geopolíticos;
- garantizar la contribución al crecimiento de la economía española, ya que el modelo energético puede y debe tener un impacto positivo sobre la balanza comercial, así como sobre el desarrollo industrial y la creación de empleo.
Después de exponer las condiciones del entorno global y europeo, así como el contexto energético español y su marco regulatorio, el Presidente de IBERDROLA ha proyectado su propuesta de balance energético para 2020, una vez analizadas previamente las distintas tecnologías de generación desde el punto de vista de seguridad de suministro, de competitividad y de impacto medioambiental. Afirma que es un modelo energético más barato, más sostenible, con menos emisiones y creador de más empleo que el plan oficial del gobierno. Es un modelo equilibrado con una contribución similar de las tecnologías térmica (24%), eólica (21%) y nuclear (18%), y una aportación del 12% de la hidroeléctrica y del 5% de la solar, quedando el 20% restante cubierto básicamente por cogeneración y biomasa. Ignacio Sánchez Galán estima que es un modelo más barato (-20%), que requerirá menos inversiones (-20%, hasta 36.000 M€), más sostenible (-20% de emisiones) y creador de empleo estable. El modelo cumpliría con el objetivo Europeo de que en 2020 el 20% de la energía debe venir de las renovables, mientras lo previsto en el plan español es el 20,8%.
Hablando de inversiones, Ignacio Sánchez Galán, estima unas necesidades de inversión de más de 19.000 millones de euros en las redes de distribución, tanto para llevar a cabo las inversiones recurrentes como para desarrollar las redes inteligentes, y de cerca de 11.000 millones para las redes de transporte de electricidad, las interconexiones con los países vecinos y la evacuación de la energía de las nuevas instalaciones renovables que se construyan.
La estructura propuesta supondría una mejora sustancial respecto a la planificación energética oficial prevista para 2020. No sólo desde el punto de vista medioambiental -con unas emisiones un 20% menores y casi la mitad que la comparable de 1990- sino también desde la perspectiva económica: los costes serían un 20% inferiores y en igual medida (20%) se recortarían las inversiones -hasta los 36.000 millones de euros-, un factor especialmente importante en estos momentos de escasez de recursos financieros y del que se podrían beneficiar otros sectores de la economía española.
Ignacio Sánchez Galán ha asegurado que se mantendrían o crearían, además, cientos de miles de empleos estables, dado que la mayor parte del esfuerzo inversor se destinaría a industrias españolas, al apostar por tecnologías con un fuerte componente de contribución nacional.
El Presidente de IBERDROLA ha estimado, además, unas necesidades de inversión de más de 19.000 millones de euros en las redes de distribución, tanto para llevar a cabo las inversiones recurrentes como para desarrollar las redes inteligentes, y de cerca de 11.000 millones para las redes de transporte de electricidad, las interconexiones con nuestros vecinos y la evacuación de la energía de las nuevas instalaciones renovables que se construyan.
Terminó con un llamamiento a la reflexión y, en su caso, a la toma de las correspondientes decisiones regulatorias, dado que en la actualidad más de la mitad de los costes incluidos en la factura eléctrica no están relacionados con el suministro de electricidad, sino con decisiones administrativas.
Ignacio Sánchez Galán habló de las interconexiones con países vecinos pero no de la necesidad de una política energética común europea, en particular en lo que se refiere a la energía nuclear, que tiene un impacto transnacional en materia de seguridad. Cuando hay intereses nacionales de por medio, Europa es menos Unión.