Pero el número especial vino al final, pues el ganadero tenía reservados para cada diestro un toro con cuajo y hechuras. Toros que salieron bravos y repetidores y que las manos artistas de ambos toreros supieron cuajarles faenas de mucho mérito entre los olés del puñado de asistentes.
Por lo visto esta mañana en “La Morantilla” se nos antoja que esta temporada puede ser redonda para ambos matadores, pues han dejado el sello de su calidad y personalidad ante unos ejemplares que por su bravura había que hacerles las cosas muy bien, tal como ellos hicieron.
En definitiva una espléndida jornada taurina que se cerró con el clásico cocido cordobés.- L.R.G.