La visita estuvo muy pero que muy bien. Tuvimos una guía, se podían hacer fotos y encima te invitan a un café. La biblioteca del escritor deja a cualquiera con la boca abierta. Es más grande que mi casa, me atrevería decir. La visita sirve para acercarse más a este escritor tardío y tan interesante. El famoso Nobel tenía una forma muy peculiar de contar historias y tratar los más diversos temas.
Saramago se mantuvo en activo hasta el final de sus días. Una mañana se levantó, desayunó y se metió en la cama consciente de que su hora había llegado.
Uno de los lemas del escritor es: El tiempo apremia.
El autor de Ensayo sobre la ceguera fue autodidacta, trabajó de cerrajero, funcionario y periodista antes de dedicarse enteramente a la literatura, porque ya saben lo que pasa con ella, que es muy difícil en estos tiempos que corren poder vivir sólo de publicaciones. A los 60 empezó a escribir y no paró. Tengo ganas de leer Cuadernos de Lanzarote, anotaciones a modo de diario en el que juntaba anárquicamente todos sus pensamientos.
Abajo os dejo un corto en el que colabora el escritor y Emilio Aragón. Un corto muy cuco de tan sólo 8 minutos que merece la pena ver.
Y más abajo, un resumen del documental sobre la vida de José y Pilar. Hay que verlo.
¡Qué buenas estrellas cubrirán esta noche el cielo de Lanzarote¡
PD: A modo de curiosidad, todos los relojes de toda la casa de Saramago, marcan las 4 y 5, hora en que José conoció a Pilar. (Todos los relojes menos el de la cocina)