Hace algunas semanas, en esta misma web, pero en el apartado de Problemas, el amigo José Luis Pérez Mallo, tuvo la gentileza de publicarme un final didáctico de alfil y caballo contra caballo, cuyos pormenores y comentarios podréis ver en el enlace anterior.
Bernhard Horwitz
Imagen cedida por cortesía de Javier Cordero
A raíz de dicho final, José Antonio, uno de los tertulianos con los que habitualmente guerreamos para tratar de intentar dar con la solución a los problemas que van apareciendo de forma regular, me planteó la cuestión de los finales entre dos piezas menores contra una. En aquel momento intenté explicar lo poco que yo podía conocer sobre el tema y, al final, una vez estudiada la cuestión, y como sea que el volumen de la información sobrepasaría los límites de espacio en los que suelen moverse estos blogs, me decidí a hacer un pequeño artículo sobre el tema, tomando como base uno de los célebres finales de la excelente pareja de compositores Josef Kling y Bernhard Horwitz, que consiste en una posición de dos alfiles contra caballo, que los propios compositores consideraron que era una de las pocas “fortalezas”, sino la única, que podía acabar en tablas.
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