Revista Arquitectura

Josep Llobet: una casa en la costa catalana 1/2

Por Jaumep

Gracias a Josep Llobet por su interés máximo, por el entusiasmo. Gracias a los propietarios por abrirme la casa con total amabilidad. Gracias a Natalia Ojeda por darme las imágenes tan bien procesadas.Todas las fotos, incluida la del Teatro Atlàntida: Jaume Prat
Josep Llobet: una casa en la costa catalana 1/2

     Nos hallamos en unparaje indeterminado unos cuantos kilómetros al norte de Barcelona, en unterreno en pendiente a unos tres o cuatro kilómetros en línea recta del mar,perfectamente visible des de aquí. En el lado oeste de un terreno accesible desde su punto más bajo, ubicado a sur, coincidiendo con la buena orientación, hayun torrente seco durante la mayor parte del año, poblado por una vegetacióndensa de cañas de río y por algunos árboles, pinos en su mayoría. Hay algúnotro dentro de la propia parcela. Muy cerca, algunas buenas casas construidaspor Coderch, Tusquets o Bonet Castellana.    Esta es lahistoria sobre cómo habitar un lugar cuidadosamente elegido. Sobre cómomantener, día a día, visita a visita, esta sensación de descubrimiento de unpaisaje, del gozo del mar allí cerca. De un proceso de ida y vuelta que empiezaenamorándose de unas sensaciones, buscando el terreno donde hacerlas posibles,habitarlo mediante algo parecido a un refugio que contenga todo lo que losusuarios consideren necesario, y, después de todo este proceso complejo, poderrecuperar y, a ser posible, potenciar, este sentimiento inicial. No hablamos deuna casa: hablamos de un hogar, trabajado intensamente por sus propietarios.    Los propietariosnecesitaban un intermediario, alguien con sensibilidad suficiente como paraentender sus deseos. Encontraron al arquitecto Josep Llobet y el procesoempezó.    Es muy fácilhablar del trabajo que un arquitecto realiza para construir una casa de tantacalidad. De sus siete anteproyectos, de las negociaciones con el ayuntamiento,de un proyecto de ejecución dibujado con una precisión enorme y de unadirección de obra exhaustiva, de esas en las que resulta absurdo contarvisitas. Todo esto está, y forma parte de nuestro trabajo.    En lugar de estohablaré de los propietarios. Éstos se han exigido un nivel de trabajo parecidoal del propio arquitecto. Han debido entender todos los anteproyectos,imaginárselos, traducirlos y hacer un esfuerzo para guiar al arquitecto yafinar su trabajo hacia la dirección que todos querían. No se hacenanteproyectos por deporte: se hacen por necesidad.   Esta es una casagrande, una casa cara, una casa hecha para gente que tiene un cierto niveleconómico. Es fácil hacer la reflexión hasta aquí y parar. Lo que hace faltaremarcar es que esto no es suficiente para explicarla. Reivindicar el trabajo,reivindicar las ganas que todo salga bien. Reivindicar el esfuerzo común, lalucha. Y explicar que esto no tiene absolutamente nada que ver con un niveleconómico. Sí tiene que ver con una cierta cultura, con unas ganas de vivirbien totalmente independientes de un presupuesto. Y es bajo este prisma quehace falta mirar la casa. Josep Llobet: una casa en la costa catalana 1/2
   Antes que nada, undiálogo entre los propietarios y el arquitecto. Un acuerdo que, cuando cuaja,se dibuja bien y se pasa a construir en un proceso activo y abierto que noabandona este diálogo en ningún momento. Y que continua con la dirección deobra y la casa terminada, ya sin la presencia del arquitecto que ha ayudado aconcebirla. Ahora hace falta confirmar, descubrir, corregir, inventar lasclaves para habitarla. El proceso no acabará en toda la vida útil de la casa:el habitar es un hecho activo y consciente. Ha de ser así cuando se quierehacer del habitar un hecho humano. Cuando queremos vivir en unas condicionesdignas, cuando queremos usar la arquitectura como tal y no como si habitásemosrefugios precarios equiparables a madrigueras sin sentido ni intención. Parasobrevivir no hace falta arquitectura. Tan sólo un espacio seco, un pomo en lapuerta y una buena estufa que gaste poquito.

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Croquis evaluando posibilidades de diseño.

     La generación delespacio, de los espacios, se hace a partir de movimientos. De fijar miradas. Delos desplazamientos por la casa, de la posición relativa de los ojos cuandoestamos sentados. Los espacios se escapan, constantemente. Casi todos lospuntos de la casa donde te puedas sentar invitan a esa mirada dinámica,inestable, pero, a la vez, con un componente lúdico, calmado, que da a lavivienda su carácter de refugio, de lugar vivido, introvertido. La acotación,la delimitación, no se hace a través de cuatro paredes y de unas ventanas bienpuestas: se hace con el paisaje, se hace acomodando los ojos, acotando unterritorio que no tiene nada que ver con los límites de propiedad que loshabitantes han pagado.

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La biblioteca con ventanas a la altura de la vista.

     La casa es, en elsentido literal del término, sensacional: entra, se configura, vive, respira através de los sentidos. Los usa como puro material de construcción.

   En el principioestá la elección del lugar, que los propietarios hicieron conjuntamente con elarquitecto. He descrito la parcela al inicio del artículo, y, ligada a estadescripción física, hay una serie de consideraciones legales muy hábiles: ellímite oeste de la casa no se delimita por una distancia arbitraria que el ayuntamientoy los promotores han decidido dejar hasta el límite de la parcela, sino que lohace contra el límite que marca la distancia mínima respecto del torrente. Cosaque quiere decir, además, que nadie les edificará al lado. Al otro lado deltorrente, la ladera de la montaña está protegida: las condiciones de la casa nohan, por tanto, de variar.

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El porche de acceso abierto contra el torrente.

     A sur la pendientecae de manera súbita. La cota de la calle debe de estar sus buenos seis metrospor debajo del nivel del suelo de los espacios de estar. El nivel inferior (elde acceso) se abre exclusivamente a oeste, contra el torrente, acotado por laverdadera pared que forman las cañas de río que lo circundan. Todavía a sur, elpaisaje cercano queda formado por unas cubiertas anónimas: las casas ya estánconstruidas y queda perfectamente comprobado que no taparán ninguna vista.

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La casa des de la parcela superior, todavía sin edificar.

     La parcela fueconsiderada demasiado grande por sus propietarios, que la segregaron y sequedaron con la que cumple las condiciones antes descritas. Con unaconsideración adicional: la parcela resultante era la más difícil de construir.De esta dificultad se hizo virtud y se usó a favor del proyecto.
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Luego viene la forma.
   En el párrafoinicial aludía a la sensación de descubrimiento permanente que la casa regala asus visitantes y habitantes cada vez que entran.    Su espacio, suconfiguración, es totalmente centrífuga. La casa se organiza a partir de uncentro vacío, con todo el programa necesario para hacer vida organizado en unasola planta, a la que se llega por unas escaleras que la comunican con unaplanta semienterrada que sirve a la anterior conteniendo espacios de llegada,el garaje y toda una serie de almacenes y espacios técnicos.

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Planta sótano (acceso en pendiente hacia la calle). Todos los espacios con luz natural.


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Planta de estar: todo el programa principal, jardín y vistas.


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Planta de cubiertas.

     La casa se disponeen el terreno como un panóptico deformado, extendido a partir de este centro,con una serie de habitaciones cerradas respecto de este centro (puertascomplejas a través de espacios sirvientes, que las independizan de la partesocial) para los diversos usuarios y una serie de espacios de estar comunes conuna relación más franca con este centro, pero jamás directa, y abiertos aljardín, un espacio más o menos llano que, a partir de una distanciadeterminada, cae suavemente hasta una piscina desbordante que se quiere mezclarcon el horizonte, con el mar. Bajo ella, un muro de contención y la calle,invisible des de la casa.
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   Importante: elespacio habitable no es, ni quiere ser, el espacio cubierto y climatizado. Estoda la parcela habilitada para serlo. Y, sobretodo, es todo el espacio que seabre a las visuales que genera.

   La diferenciaciónentre los espacios interiores cambian en función del espacio donde nosencontramos. En las habitaciones y en la cocina hay ventanas: el paisaje seenmarca, el interior es un interior, una especie de cabañita dentro de la casa.
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   Los espacios decirculación alrededor del patio son espacios interiores muy claramentedelimitados respecto del exterior que forma este patio. Un exterior delimitado,acotado, un exterior que introduce la naturaleza salvaje en el corazón de lavivienda. El patio se cierra con unos vanos de cristal fijo enormes y no estápensado como un espacio de estar: es más una reserva para la vista, unorganizador, un no-lugar concebido para el confort visual de los habitantes. Undato clave: las puertas de salida no son exactamente puertas, sino ventanas dealuminio pivotantes a las que, conscientemente, no se ha hecho ningún esfuerzopor esconder las guías en el suelo: no hace falta. Mejor de esta manera,convirtiendo el acto de salir al patio en una decisión consciente.

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   Los espacios deestar (comedores y diversos espacios con sofás), en cambio, las ventanascorridas que protegen el interior tienen las guías embebidas en el pavimentopara que la transición interior-exterior sea totalmente franca, directa. Ymadura: Llobet entiende que no es necesario ningún artificio para abrir elespacio completamente al exterior. Con el 50% que da un sistema de ventanascorridas completamente abierto es suficiente.
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   La casa acabatomando su forma a través de siete anteproyectos y un proyecto definitivo. Laclave para entenderla es el proceso que va del cuarto anteproyecto al proyectofinal.

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Primer anteproyecto: todavía tres plantas, ortogonalidad, uso del límite de propiedad como una espalda contra la que apoyar la casa. 

     El cuartoanteproyecto es el primero de todos que configura y fija definitivamente elprograma: de sur a norte, espacios de estar, habitación principal, doshabitaciones para hijos, una de invitados a nor-este y una serie de espaciossirvientes a los anteriores, organizados, y esta es la novedad de esteanteproyecto, alrededor de un patio que acompaña la escalera de acceso des delpiso inferior de acceso. Ninguna de estas piezas va a alterar su posiciónrelativa.

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Cuarto anteproyecto. Las piezas toman su posición definitiva. Aparece el patio. Programa en una sola planta servida por una inferior de acceso.

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Sexto anteproyecto. La casa se ha desortogonalizado y toma, paulatinamente, su forma definitiva. 

     La otra clave paraentender la casa es el trabajo paralelo de Josep Llobet (junto con PedroAyesta, Laia Vives y, sobretodo, Pep Llinàs) sobre otro proyecto: elexcepcional Teatro Atlàntida de Vic. El diálogo entre la casa y el teatro estan importante para el proyecto definitivo como el propio diálogo entre elarquitecto y los clientes. Una apreciación importante: las similitudes entrelos dos proyectos no están explicitadas por Josep Llovet; son de cosechapropia, pero, cuando se las comenté, éste se mostró interesado en ellas y lasaceptó como consecuencia de un trabajo coherente. Analicémoslas.    

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Llinàs-Llobet-Vives-Ayesta: Teatro Atlàntida, Vic. El dibujo es muy complejo. En blanco en el centro, el pasaje que cruza todo el edificio, que nace tangente al conservatorio, edificio novecentista exquisito, pequeño, de Manel Joaquim Raspall (arquitecto vallesano autor, entre otras cosas, de la Plaza de Toros Monumental y del Molino en Barcelona)

     El tránsito delcuarto anteproyecto a la casa construida es, sobretodo, un trabajo sobre lasvisuales de la casa. Un trabajo que llevará a Llobet a desortogonalizarla, atrabajar una serie de líneas oblicuas que tienen a ver con la adaptacióntopográfica y, sobretodo, con la voluntad que, desde todos los espaciosabiertos al centro (desde las puertas de las habitaciones singularmente, desde lallegada de la escalera, obviamente desde los estares) se pueda llegar a ver elmar: la casa es totalmente permeable a la vista.
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   Estas visuales sonel hilo conductor de la planta.    En el teatroAtlàntida de Vic, el equipo de proyecto gana (inapelablemente, aunque se apeló,pero esto es otra historia que mejor no cuento) el concurso no por la calidadde los espacios interiores del programa (bellísimos todos ellos), sino por laintroducción de un pasaje interior que liga el acceso superior con el inferior.Este pasaje, una calle más de Vic, usado y querido por los ciudadanos, daacceso a todas las partes del programa.

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Teatro Atlàntida. EN el centro del volumen, el pasaje que se prolonga hacia la izquierda de la foto hasta el conservatorio viejo, que saca la nariz justo al lado de la caja escénica.

     Lo que es el flujode ciudadanos al teatro Atlàntida lo son las visuales a la casa. Una de ellas(la visual mayor, que, de un modo absolutamente afortunado, no tiene nada quever con ningún eje organizador) atraviesa longitudinalmente todo el edificio deuna punta a otra, desde una vidriera colocada en la parte norte hasta otra enlos estrés. Si nos situamos en el otro lado de esta vidriera (curiosamentefija: Llobet se mostró dudoso de esta decisión, que, en todo caso, tomarásentido o se rectificará en función de la manera de habitar la casa de lospropietarios) circuitamos la casa alrededor del patio hasta llegar al estar yal jardín, o hasta tomar la escalera y salir, con unos movimientos parecidos alos que el pasaje del Teatro Atlàntida impone. El grado de complejidad es,aquí, mayor, por la introducción de esta visual limpia que atraviesa toda lacasa, innecesaria en el Teatro Atlàntida, tanto por la escala del edificio comoporque éste se abre al espacio exterior de un modo totalmente diferente. Másdetalles próximamente.
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   Un corazón y unasvisuales. La parte principal del programa se tenía que desarrollar en una solaplanta. La configuración del terreno no la permite. La sección y la planta sefueron acomodando y deformando en función de estos parámetros. La planta acabatomando una forma de huso que Llobet contaba de un omdo muy gráfico desplazandosus manos por encima del plano: “la casa se va clavando progresivamente en elterreno”. El dinamismo que acompaña su funcionamiento es, también, un dinamismocompositivo. Puedo imaginarme perfectamente a Llobet, en la mesa de su estudio,haciendo esbozos sobre la planta reproduciendo exactamente estos movimientos.    Hay otro mecanismocompositivo clave para entender tanto los movimientos como la propia planta. Enrealidad, las piezas principales de la planta son perfectamente ortogonales.Éstas se conforman por paquetes invariables (las dos habitaciones de los hijos,la principal, invitados etcétera), que van danzando entre ellos en un ritmoentre musical y pictórico, aglutinadas, entrefundidas por los espacios decirculación. Las piezas se orientan hacia donde se cree conveniente. Losespacios de circulación las organizan en función de unas visuales. La planta yaestá hecha.

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Detalle de planta: dormitorios de los hijos. Pieza (como todas) perfectamente ortogonal, deformada en las transiciones. 

     Josep Llobet(desvelando una interioridad) me pidió que el artículo no fuese neutro y sacaselos defectos de la casa. Sin miedo. Sólo he sido capaz de encontrar uno, y, unavez lo he encontrado, ni tan sólo estoy seguro de que sea un defecto. Explico yjustifico: antes he descrito las plantas de esta casa como un negociado entrelos propietarios y el arquitecto, cristalizadas y construidas cuando hayacuerdo. El movimiento de desplazamiento y deslizamiento final entre lashabitaciones de los hijos y las de los padres deja, en la versión construida dela casa, un espacio completamente vacío, inútil, tapiado, entre estos dossectores de la planta. Si el espacio tuviese dos metros más de anchura sería unestar fabuloso. Pero no se ha querido así: el patio perdería su carácter y seimpondría otro modo de circuitarlo, con más pasillos que quizá no harían falta.Y la ley de las visuales no se cumpliría. Hubiese habido, pero, otro modo deapropiarse de este espacio: análogamente al corte que separa la habitaciónprincipal de la biblioteca. Las dos piezas giran entre ellas y acaban oblicuas,dispuestas en un ángulo agudo que crea un trapecio que tendrá poco más de metroveinte de base menor. Este trapecio se trata como un vacío, como un patio sintierra que da al garaje y se aprovecha para crear un auténtico lucernariovertical, una ventana abierta contra un muro de hormigón sin otra vista que latextura de esta pared, que introduce en el recibidor una nueva calidad de luz,bella, matizada, tranquila, reposada, que la propietaria ha decidido valorardisponiendo, allí, un mueble muy querido por ella (una pieza preciosa de maderataraceada, quizá de cien años de antigüedad).
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   En el otro ángulode la casa tampoco se ha querido, quizá para evitar repeticiones y restarintensidad a este gesto, repetir el gesto.  
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   He afirmadorepetidas veces que los arquitectos no se equivocan cuando proyectan. Portanto, los defectos no pueden ser defectos. En este caso, esa especie derecámara secreta dentro de la planta, inaccesible, nos habla de la relación conlos propietarios. De un arquitecto comprometido que ha construido la casa tal ycomo se ha acordado. La arquitectura de la casa no se ha querido perfecta: seha concebido como un juego de equilibrios entre lo que quiere el arquitecto ylo que quieren los propietarios. De un arquitecto comprometido que haconstruido la casa tal y como se ha acordado. La arquitectura de la casa no seha querido perfecta: se ha concebido como un juego de equilibrios entre lo quequiere el arquitecto y lo que quieren los propietarios. Y la planta es laexpresión de este acuerdo, a veces tenso, otras feliz. Finalmente satisfactoriodes del momento en que hablamos de una casa que es, con toda seguridad,arquitectura.    Una segunda cosaque llama la atención respecto de la planta es un corte en medio del patio.Allí donde aparece una puerta corrediza. Formalmente es débil. Funcionalmentees de una precisión exquisita: abierta, la casa para los propietarios y sushijos. Cerrada, la casa funciona exclusivamente para los propietarios. Y lapuerta garantiza el buen comportamiento energético de la casa, y minimiza elconsumo permitiendo cerrar una buena parte: se estira y se encoge a placer, sinnecesidad de ningún otro recurso.
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   En sección: unaplataforma plana a cota superior del terreno. Un jardín que cae como se hadescrito. Una escalera que baja hasta la planta de acceso. Y, sobretodo, unacolección de episodios que entregan la casa contra el terreno en función de suposición relativa, dejando una casuística de sótanos y espacios habitablesabajo, complejizando el programa. Lo que en planta son las visuales, en secciónes la luz. Ésta atraviesa toda la casa y apenas hay espacios (y, cuando están,son sirvientes) sin buena luz natural. A veces encontrada y potenciada en obra.

   La suma deprocesos lógicos de composición de la planta y la sección no dan, en absoluto,la volumetría de la casa. Ésta se ha retorcido, torturado, trabajado (como entodo buen proyecto) análogamente a la planta y la sección y tiene que ver conlas dos, pero con un plus importante: la composición y el movimiento de lascubiertas.
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Bellísimo dibujo de alzado para estudiar la ventana de la biblioteca (fachada revestida de zinc superiormente para aislarla térmicamente) que demuestra el grado de control que Llobet impone a la casa. 

     La casa es unasuma de cubiertas inclinadas, fundidas para que parezcan una sola. Un volumenúnico curiosamente muy parecido, también, al Teatro Atlàntida de Vic. No pormimetismo, en ningún caso, sino por repetición de los mismos procesos: estamoshablando de dos edificios que comparten uno de los arquitectos del teatro. Hay,pero, una variante importante, fundamental: la cubierta antes mencionadaquiere, en dos de las tres fachadas (la sur y la oeste, donde se abren granparte de los espacios de estar antes mencionados), desligarse del volumen,crear caja, proteger el edificio mediante voladizos enorme. A norte y a oestese enrasa con las fachadas de la cas. El material de las fachadas y de lacubierta no se corresponden: la cubierta es, siempre, autónoma.
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   Las cubiertas vangirando en función de donde se abren los espacios de estar. Las oberturasprincipales, las ventanas o las balconeras, corresponden a las líneas de limahoya. Des de allí suben, mayoritariamente en una sola pendiente, hasta el otroextremo de las piezas, siempre (importante) iluminadas por dos orientaciones: asur o a oeste des de abajo, a norte o a noreste cenitalmente, mediante pequeñasoberturas muy complejas que describiré más tarde.

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Sección por los dormitorios. Luz baja a la orientación del sol, luz zenital a norte. Notad el detalle de la colocación de la caja de persiana, con una reja en su parte inferior para provocar ventilaciones cruzadas. 


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Sección por el estar y el vestíbulo. Luz baja a sur, luz cenital a norte. Debajo, el aparcamiento.

     Los espacios deesar no reciben luz cenital: se conciben como porches direccionados hacia elmar, abiertos a sur hacia una serie de porches exteriores y a norte hacia elrecibidor y el patio que lo prolonga.
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   El recibidor es,como no podía ser de otro modo, el espacio con más complejidad de luz: luz de nortea través de las vidrieras francas, abiertas al patio. Luz de norte cenitalencima de la escalera, acompañando su subida (o bajando la luz hacia lossótanos, siempre llenos de luz cruzada), luz de ese lucernario vertical antesdescrito, luz de sur, sin incidencia solar, a través de los porchesclimatizados y abiertos que forman los estares.
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   Todos estosrecursos funcionan perfectamente. Desplazándonos unos pocos metros cambiantodas las condiciones, y, por tanto, las sensaciones que recibimos de la casa. Parececasi como si la construyésemos a cada momento, a cada mirada, transformadaconstantemente según nuestra posición relativa.    Los habitantes dela casa todavía están haciéndose amigos suyos, y encontrando, constantemente,nuevas formas de usarla, de habitarla, imprevistas durante el proyecto: laarquitectura devuelve todos los esfuerzos que se le han dedicado, con creces.
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