Joseph Beuys contra el silencio de Duchamp. Entrevista a Joseph Beuys

Publicado el 14 junio 2012 por Lilik

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- Tú has declarado que no hay que sobrevalorar elsilencio de Duchamp. Quisiera entender en qué sentido, en qué posición se sitúa tu trabajo respecto del trabajo de Duchamp.
- En la discusión debe emerger la necesidad de no sobrevalorar el silencio de Duchamp sólo en uno de los aspectos: porque Marcel Duchamp no dijo aquello que no dijo. Aprecio mucho a Marcel Duchamp pero debo rechazar su silencio. Duchamp estaba simplemente en el final, ya no tenía ideas, ya no se le ocurría nada importante. He dicho que aprecio mucho al hombre, pero no su silencio, por lo menos no le doy la importancia que le atribuyen los demás.
Ninguna de nuestras discusiones coincide con la idea de silencio. Hasta ahora hemos dicho que el silencio de Duchamp se ha sobrevalorado. Yo quisiera afirmar también que en Duchamp era en fondo burgués (una actitud que aparentemente se dirigía contra la burguesía, un carácter, como se dice, bohemio, que quería ser el terror de la burguesía) sigue esta corriente. Duchamp ha partido de esto, quería destrozar al burgués, y por este motivo destrozó sus propias fuerzas, que murieron de verdad; aquí el silencio de Duchamp comienza a ser un problema grande. Además todos saben muy bien que Duchamp regañaba siempre a los jóvenes, diciéndoles: "Esto ya lo hemos hecho, ya lo hemos hecho todo, las acciones, el happening … todo es viejo…". Y además, ¿por qué siempre Marcel Duchamp? ¿Por qué nadie ha reflexionado más detenidamente sobre Schiller o sobre Nietzsche?
El contenido del silencio de Duchamp se refiere a querer dejar pasivo al inconsciente, a quererlo cultivar. Éste es el aspecto que liga a Duchamp con el surrealismo. Los surrealistas afirmaban poder vivir de su inconsciente; creían estar por encima de la realidad y sin embargo se encontraban por debajo.
Pensaban que en el inconsciente se pudiese "pescar de lo turbio" sacando fuera muchas imágenes; pero, en mi opinión, las imágenes que emergen actúan sobre nosotros en forma represiva. El hecho de que Duchamp no se interesara por la conciencia, por la metodología, por el análisis ni por los coloquios, digamos, serios, sobre la historia, para mí indica que se encontraba en una fase en la que ya no trabajaba más. Él simplemente reprimió sus ideas. Es éste su silencio: ausencia de lenguaje. Ésta es la palabra exacta. El silencio de Duchamp se debe traducir por el concepto de "ausencia absoluta de lenguaje".
- Pero, ¿antes?
- No, antes tenía su propio lenguaje. Puso en discusión una producción, y tenía que haber participado en tal discusión en vez de retirarse y de creer que ya lo había hecho todo. Siempre se expresó así: "Ya se hizo todo en los años veinte; en los famosos años veinte todos los problemas se resolvieron". Pero no se resolvió absolutamente nada. Si queremos, podemos formular así el problema: Duchamp hizo mucho pero no resolvió nada. Si hubiera bajado a la palestra y se hubiera declarado dispuesto a discutir, sobretodo con los jóvenes, su trabajo se habría vuelto fructífero, en una dirección que realmente hubiera conducido a algo, a conceptos que realmente hubieran sido útiles hoy en día. Ducahmp no obtuvo nada, ni en aspectos políticos, ni en desarrollos dentro de la formación estética. Él dejó de ofrecer su participación. ¿Por qué? Creo que otra vez es necesario recurrir al concepto de "ausencia de lenguaje". ¿Cómo ha podido suceder que el hombre no tuviera ya nada que decir, que quedara sin lenguaje, es decir, incapaz de comunicar? Ésta es una pregunta. Solamente quiero presentarle como una figura que, en general, es muy representativa; desde este punto de vista, dio una información de carácter negativo que puede ser utilizada. Pero, naturalmente, también Marcel Duchamp pudo ejercer la libertad de callar. Yo respeto a esta concepción, está claro.
- En tu opinión, ¿realizó correctamente la primera fase de este proceso de comunicación?
- Sí, en la medida en la que mostró su producción; su pissoir fue realmente una revelación, una creación que en aquellos tiempos tenía seguramente una gran importancia; y hubiera podido utilizarla como objeto de discusión durante su período de silencio.
Algunas personas me han contado, aunque no sé si es verdad, que el propio Duchamp dijo: "En Alemania alguien ha hablado de mi silencio sosteniendo que ha sido sobrevalorado. ¿Qué significa eso?"Yo creo que sabía muy bien lo que yo quería decir. ¿Por qué no?
- En 1964. Habría podido decir: "He leído que mi silencio ha sido sobrevalorado. Explíqueme lo que quiere decir". Habría sido justo. Desde hace algún tiempo tengo en mente un nuevo concepto: el silencio de Ingmar Bergman no está sobrevalorado.
Tengo una copia de todas las películas de Bergman. Pedí que me las enviaran. Su silencio no está sobrevalorado.
- Pero, sin embargo, ¿no podría caber la sospecha de que Duchamp entendiera que la obra de arte es tal solamente mientras la realiza el artista y que después se convierte enseguida en un objeto en manos de los burgueses?
- Pero, ¿Por qué? Si un cuadro de Rembrandt está colgado de una pared, es indiferente en qué pared esté colgado, sea la de un burgués o la de un museo. Si, por otra parte, se encontrara en un almacén, no perdería su valor de obra de arte o, digamos la obra realizada por la creatividad, por ejemplo de Rembrandt. Tampoco significa que todas las
personas deban mirar siempre tal cuadro con admiración; se trata simplemente de una sustancia que se trasvasa en el tiempo, algo así también ha cambiado el desarrollo de la conciencia del hombre.
La obra de arte no tiene necesariamente que estar siempre colgada de una pared. No consigo comprender por qué una obra de arte está peor con un burgués que en un museo. A lo mejor el burgués es peor que el guardián del museo que siempre está atento para que nadie toque la obra de arte, pero, ¿por qué tendría que volverse peor la obra de arte o decaer? Ciertamente no se puede estropear.
Realmente quiero intentar imaginar, desde un punto de vista plástico, cómo podría estropearse y no puedo de ninguna manera: la obra queda colgada en la pared hasta que la devoren las polillas. Pero siempre quedan una fotografía o documentos relacionados con ella.
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* Extraído del "Diálogo sobre el arte, la arquitectura del mundo, con su arquitecto Joseph Beuys". Entrevista con Achille Bonito Oliva, 9 de abril de 1981 en Joseph Beuys, Ensayos y entrevistas, Editorial Síntesis, España.
Fuente: Fundación Descartes