Josué

Publicado el 23 julio 2010 por Fragmentario

Momento de la entrega

Que esto quede como un signo en medio de ustedes. Porque el día de mañana sus hijos les preguntarán: ‘¿Qué significan para ustedes estas piedras?

Libro de Josué

Todos sabemos, desde ayer, quién es Josué. Un delincuente de veinte años que mantuvo de rehenes a treinta personas en un banco de Pilar. A la prensa le preocuparon más sus alias: el Cheto, el Chilenito. Vende más, se sabe, en la épica del hampa televisado y entrevistado por Guillermo Andino. Se habla de Josué, se lo exhibe como trofeo de un operativo policial que -por suerte- salió bien. Pero ahora que los rehenes ya no son rehenes, ahora que la policía cumplió su trabajo, ahora que el bien ganó y los malos están presos, ahora que el dinero vuelve a las arcas de los bancos que monopolizan el negocio del robo directo o a crédito, quedan algunas cosas sin resolverse.

¿Cuáles? Por ejemplo, que Josué tiene veinte años y no estudia ni trabaja. Que, además, es seropositivo. Que es pareja de Jésica y padre de Leila, una nena de diez meses (en medio de la toma, Josué se comunicó con ellas para recordarles que las amaba y luego entregarse).

Josué no volverá a aparecer en televisión, pero su historia no está terminada. En cinco o diez, o quince años, cuando esté libre, seguirá siendo joven, pobre, desocupado, portador de VIH, padre de una niña, y tendrá que vivir y sobrevivir en el sistema económico que así lo quiso. Lamento arruinarles, caballeros, el sabor de la victoria.