Jota Jota ya no es un interino

Publicado el 15 diciembre 2010 por Marianofusco

Rodaron muchos nombres por la cabeza de Passarella desde que decidió cortar el inmóvil ciclo de Cappa. Primero apuntó a que Bielsa encabezara un proyecto serio de los que pocos entrenadores como el Loco pueden tejer, pero se encontró con la negativa del, por ahora, seleccionador chileno. Antes había pensado en Gallego, uno de sus ex ayudantes, pero, sin demasiado empeño en persuadir al Tolo, quien esperó una llamada directa que nunca llegó de su (¿ex?) amigo para negociar, se comió otro no más. Con ese panorama, decidió dejar a JJ López y a no apurar la decisión. El interinato del ex volante derecho se vio tremendamente reforzado por el superclásico ganado a Boca, a base de un derroche de actitud encomiable.

Gracias a esa victoria ante Boca y un abanico de opciones inviables para el momento, Passarella dejó que Jota Jota continuara. Y el equipo cambió la cara. No es que apareció el tiki-tiki que quería Cappa y que tampoco pudo hacer aparecer, pero River pasó a ser un conjunto más aguerrido, más compacto, mejor recubierto para no regalarse defensivamente y guarecer con mayor solidez su propio arco. Sin brillo para llenar los ojos, la concentración y el ánimo fueron los principales puntos que reforzó el ex técnico de Talleres.

Consiguió ganar después de esa racha de siete partidos sin ganar, el equipo empezó a cerrar su arco y hasta rompió la serie de partidos sin ganar afuera del Monumental. Más importante, el equipo salió de la Promoción, un componente anímico vital para la cabeza del plantel. En contraste con la metodología de Cappa, JJ prefiere parar la práctica para dar indicaciones, reforzar la parte física y prolongar las concentraciones. Su logro más destacable es la consolidación de un equipo. Eligió un sistema y se aferró a ese 4-3-1-2 en el que lateral se desprende para ser casi un volante más. Tomó una base de jugadores y, salvo por tarjetas o lesiones, eligió no tocar la alineación, algo que Cappa no consiguió en las 13 fechas anteriores. Así, la defensa liderada por Ferrero y Maidana creció, Román tomó importancia en el juego aéreo, Pereyra empezó a mostrar su filo para el desborde, Lamela prolongó esos destellos de crack y consiguió sus primeros goles en Primera y Acevedo recuperó el nivel sobresaliente que demostró en Independiente.

Hubo momentos de zozobra, como cuando Carrizo tuvo que decir presente para salvar los tres puntos contra Olimpo o la goleada aplastante de Estudiantes. Pero fueron los menos. Tras la paliza del Pincha, se repuso con loas ante Lanús.

Ahora, ¿habrá sido el típico efecto revulsivo del cambio de DT, que libera presiones y renueva ánimos? Fueron seis partidos, con cuatro triunfos, un empate y una caída. Con Sabella sin intención de manchar su imagen en Estudiantes y firme en su idea de cumplir su contrato con el campeón, a Passarella le quedaron pocas alternativas: tomó la apuesta de que continúe Jota Jota. La chance se la ganó con resultados, el plantel lo estima mucho y conoce la historia del club. El equipo terminó cuarto (lo agarró en mitad de tabla) y afuera de Promoción. Habrá que ver si fue un simple efecto placebo o Jota Jota, soldado passarelleano que hasta asumir era el coordinador de las Inferiores, tiene la receta para frenar el desangre de River.