Demostrar que los jóvenes con síndrome de Down no son "sujetos pasivos con discapacidad" sino "sujetos activos con capacidades", capaces de acompañar a personas mayores con movilidad reducida, es el objetivo de una prueba piloto que se ha presentado hoy en Barcelona.
Esta iniciativa, que impulsan la Fundación Catalana Síndrome de Down (FCSD) y la fundación Abertis, en colaboración con la Generalitat, dará trabajo durante un año a dos cooperantes con síndrome de Down que, durante cuatro horas por la mañana y cuatro por la tarde, asistirán a siete ancianos.
Los cooperantes ayudarán a usuarios con dificultades para moverse a llegar hasta el hogar de ancianos del barrio de Trinitat Vella de Barcelona y a volver a sus casas.
No obstante, el presidente de Abertis, que se hará cargo del sueldo de los cooperantes, ha anunciado que prevén ampliar el convenio a medida que otros hogares de ancianos lo pidan y ha informado de que el proyecto también se desarrolla en Madrid y se implantará en Santiago de Chile, São Pablo y París.
La directora de la FCSD, Catalina Trias, ha insistido en rueda de prensa en "cómo ha cambiado la realidad de las personas con discapacidad" desde hace 30 años cuando, según la representante de FCSD, "tenían poca esperanza de vida y una calidad de vida muy pobre".
David Cruz, uno de los dos cooperantes, ha asegurado a Efe: "desde el momento en que te levantas, hasta que sales", el trabajo es "muy agradable y gratificante", "te sientes muy bien y ves cómo te lo agradece la gente", algo que, para él, "no tiene precio".
Cruz ha señalado que la relación con los usuarios suele ser "muy buena", aunque ha confesado que "siempre hay alguna persona que ha ido al médico y le duele y ese día debes estar más receptivo".
La otra cooperante, Montserrat Rabassa, que a pesar de llevar un año sin trabajar había colaborado en proyectos con adolescentes, ha apuntado a Efe que han recibido una formación gratuita antes de comenzar la asistencia.
En este sentido, la portavoz de la fundación FCSD ha explicado que el perfil de trabajador debe ser alguien "con interés y ganas de ayudar", mientras que los ancianos son personas "con dificultad para desplazarse" y a los que "les costaría más salir de casa si no las fueran a buscar y las acompañaran".
Maria Cristina Valdivia ha destacado a Efe que no podría salir de casa sola, pero que gracias a esta iniciativa, se siente "útil, más libre y mejor".
"Ellos también pueden trabajar, son capaces y lo hacen muy bien y además tienen cariño, que es lo más importante", ha declarado Valdivia en relación al hecho de que los cooperantes sean personas con síndrome de Down.
Por su parte, el director general de Acción Cívica y Comunitaria del Govern Ramon Terrassa, ha remarcado que esta es una iniciativa en la que "todo el mundo gana", ya que, como ha indicado el representante de Abertis, las personas mayores romperán su aislamiento y mejorarán su socialización y los cooperantes tendrán un puesto de trabajo a la vez que refuerzan su autoestima.
Esta prueba piloto se respalda en el programa Cooperante Viario, un proyecto en funcionamiento desde 2012, en el que doce personas con discapacidad anotan las infracciones que cometen alumnos y padres a la salida de las escuelas y, posteriormente, imparten una clase de seguridad vial a los mismos estudiantes explicándoles los errores que cometen.
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