El juvenil, en primer plano, muestra un plumaje inmaculado, como un tablero de ajedrez. El adulto al fondo presenta un evidente plumaje desgastado, demostrando las huellas de la estresante época reproductora y con una muda incipiente, sus plumas son una mezcla abigarrada de gris, negro y blanco. Aquí los vemos por separado.
Con el correlimos común Calidris alpina sucede un tanto de lo mismo, en los grupos se observan adultos y juveniles, aunque estos últimos, como sucede con el tridáctilo, ya son mayoría.
Y van apareciendo especies nuevas, hoy la primera aguja colipinta Limosa lapponica, un juvenil con un plumaje de libro.
Y un pequeño grupito de vuelvepiedras Arenaria interpres.
Poco a poco, la migración va llegando a su punto culminante.