No sabemos si JRR Tolkien, el famoso autor de la trilogía de “El señor de los anillos”, del no menos famoso “El hobbit” y de otros libros menos conocidos, era amigo de los gatos. Por lo que hemos podido descubrir, las opiniones al respecto están divididas.
Desde luego, ningún gato tiene un papel relevante en sus escritos, pero sí los menciona en unas cuantas ocasiones. Por ejemplo, Frodo, cuando decide cantar en el salón de la posada en Bree (a pesar de las advertencias de Aragorn), menciona a un gato en la segunda estrofa: “El posadero tiene un gato beodo / que toca el violín de cinco cuerdas. / Arriba y abajo mueve el arco, / arriba chirría, abajo ronronea, / en el centro sierra”. Y sabemos que Bob, un hobbit de Bree, tiene un gato. Una de las adivinanzas que plantea Bilbo a Gollum en el corazón de la montaña dice así: “Sin patas tumbado en una pata, dos patas sentado contra tres patas, cuatro patas algo consigue”. Y la solución es: “Pez en una mesita, hombre sentado en taburete, gato come las espinas”.
Sin embargo, hemos encontrado otra pequeña información. Al parecer, en una entrevista realizada a JRR Tolkien en 1966, habló de la reina: Beruthiel regresó a su ciudad en el interior, y fue a peor. Era de esas personas que odian a los gatos, pero los gatos saltaban encima de su regazo y la seguían, ¿sabe que los gatos notan si alguien no les soporta? Tengo un amigo al que le ocurre. Me temo que Beruthiel no los trataba muy bien, les enseñó a espiar y a aterrorizar a sus enemigos.
Y, por último, Tolkien escribió un poema gatuno titulado “Gato”, que dice así:
El gato gordo en la esterilla / parece que sueña / con tiernos ratones / que le satisfacen como la crema, / pero puede que, liberados, / sus pensamientos le lleven / a recorrer orgulloso, / los lugares donde sus parientes, / esbeltos y ágiles, / rugían y luchaban o, / en profundas madrigueras de Oriente, / saboreaban presas y tiernos hombres. / El león gigante / con garras de hierro / y despiadados dientes / en mandíbula sanguinolenta; / compañero de estrellados ojos, / patas rápidas y silenciosas / que salta sobre la carne / en bosques oscuros, / cuán lejos está ahora, / fiero y libre, / y cuán dócil es él. / Pero el gato gordo en la esterilla, / domesticado y acariciado, / no olvida.
Poema de Tolkien
El original está maravillosamente rimado (ver dibujo de autor anónimo con poema en inglés). Esta traducción es una mera aproximación, pero creemos que nos da una pista acerca del sentir de JRR Tolkien acerca de los gatos.