Juan Martorano
Coño tocayo, me va a disculpar que escriba estas líneas en este día, que es especial por el cumpleaños 62 del Comandante Chávez. Pero es de él que tomo la inspiración, y de una obra de Enrique Dussel denominada “la ética en el discurso”, en el que creo, debo llamarte profundamente a la reflexión.
Creo que el proceso revolucionario, que se alimenta de la crítica y la autocrítica siempre serán necesarias, saludables. Soy uno de los que cree que no debemos darle jamás descanso al debate de las ideas, bajo una metodología y una concepción ordenada y organizada.
¿Pero por qué en estos momentos atacar al Presidente Maduro? ¿Por qué aferrarse a cualquier argumento manido para tener centimetraje mediático? ¿Te olvidaste de los círculos de estudio y de formación política en el que tú y el hoy Presidente Maduro participaban, allá en El Valle?
Si algo hay que reconocerle a Nicolás Maduro, es que es un hombre que escucha. Y si algo a muchos no nos cabe la menor duda, es que él no busco ser Presidente de la República, ni muchos quisieran estar en sus zapatos. La tarea que le toca a Maduro no es nada sencilla, ya que suplir a un hombre de la talla de Hugo Chávez, al que le hubiese tocado, esos zapatos le hubiesen quedado grandes.
Si Nicolás Maduro fuese un hombre débil de carácter y sin ningún tipo de formación revolucionaria, le hubiese sido muy sencillo “agarrarse unos reales” e irse al carajo. Pero luego de 39 meses de asumir con todos los hierros, la tarea y la responsabilidad que Chávez le dejó, ha resistido, resiste, y estamos seguros que resistirá las embestidas y las agresiones que el imperio pretende contra esta novel revolución.
Sin ánimo de pecar de jalabola, creo que Nicolás Maduro preferirá un millón de veces inmolarse antes que traicionar el legado y la tarea que le dejo encomendada el Gigante Eterno e Inmortal, Hugo Chávez.
¿No será que tu problema de fondo es que ves al Presidente Maduro por debajo de ti? ¿No será que tú asumes poses de” intelectual”, y como Maduro es un obrero, lo consideras un poco cosa para ti? Sin negar el estudio y la formación, que serán siempre necesarias, pero, no estamos en momentos de las poses intelectualoides, sino de la elevación de la conciencia, y de la verdadera unidad, para poder salir del atolladero en el que nos encontramos.
Me parece camarada, que bajo la mascarada de la crítica y la autocrítica, tus comentarios y declaraciones no ayudan en nada a esa unidad revolucionaria. No es que la gestión de Maduro pueda ser objeto del escrutinio de la gente, del pueblo, y que se le pueda criticar, pero ¿Por qué no hablamos también de tu gestión al frente de la Alcaldía Metropolitana? ¿Fue eficiente? ¿Por qué perdimos en el año 2008 dicha Alcaldía y hasta el sol de hoy no la hemos recuperado?
Pero aún más: Si te hubiese tocado a ti asumir las responsabilidades que hoy tiene el Presidente Maduro: ¿Cómo hubieses encarado tú esta tormenta? ¿Qué hubieses hecho? ¿Será que la lealtad a un proceso revolucionario depende de estar o no en un cargo público?
Pues ahí me veo en la necesidad de citar al camarada William Izarra, quien señala algo que comparto totalmente: “Un revolucionario que se fundamenta en la idea del socialismo aunque esté fuera del mando y dirección no vacila en continuar su lucha”. Pues bien, tú nunca has estado, estas, y esperemos que no estés fuera del chavismo ni de la revolución. Y coloco “esperemos que no estés”, porque en el chavismo nadie sobra y todos somos necesarios, y si quedases fuera, es porque tú mismo decidiste excluirte de este proyecto político.
Creo que esa actitud tuya de victimizarte por una supuesta “inhabilitación política” y de criticar que tu gestión sea investigada no te queda nada bien. Señalas que se debe investigar a Cadivi y a ex ministros del gabinete. Pero, y disculpa si te interpelo, pero: ¿3.500 funcionarios y funcionarias presos y presas por el delito de corrupción no te dicen nada? ¿No ha habido esfuerzos por parte de este proceso revolucionario de combatir una herencia nefasta de la Cuarta República como lo es la corrupción? Solo te las dejo como interrogante y como reflexión.
También dicen por allí la sabia conseja popular que “quien no la debe, no la teme”. Todos los que han estado en la función pública, deben estar sometidos siempre al escrutinio público. ¿No te parece?
Y me disculpas si en este argumento soy duro, pero creo que fusilarte expresiones de Foucault y hacerlas pasar como creaciones y reflexiones tuyas, no me parece nada ético ni te queda nada bien. Si vas a hacer una crítica u observación, y tienes algún fundamento teórico para ello, por lo menos cita a los autores que apoyan tu argumentación, y no te los plagies.
Estoy de acuerdo en que debe haber un debate fraterno entre camaradas dentro de este proceso revolucionario, incluso irreverente y hasta duro de ser necesario, pero en estos momentos de agresiones y de guerra no convencional, cuando se requiere de mancomunar esfuerzos y de un mando único, lanzar puñaladas traicioneras, tratar de dar declaraciones ambiguas y que siembren dudas en el Alto Mando Político y Militar de la Revolución es ser sencillamente un traidor a estas ideas y al proyecto político legado por Hugo Chávez y continuado, pese a las dificultades u acechanzas, por Nicolás Maduro.
Ojalá reflexiones, y pienses bien lo que haces. No se trata de que no se hagan observaciones, propuestas, críticas a la gestión gubernamental, todo lo contrario, hay que hacerlas, pero estas deben hacerse con la irreverencia revolucionaria en la discusión, pero con la lealtad en las acciones revolucionarias, cosa que algunos no han tenido en este momento.
Es bueno que releas a Dussel y revises “La ética en el discurso”. Te lo dejo como tarea.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano