Juan Carlos Abril. Lecturas de oro

Publicado el 02 febrero 2015 por Santosdominguez @LecturaLectores

Juan Carlos Abril.Lecturas de oro. Un panorama de la poesía española.Bartleby. Madrid, 2014.
En Lecturas de oro, que acaba de publicar Bartleby, Juan Carlos Abril reúne una selección de materiales críticos y reseñas dispersas publicadas en distintas revistas.
Referidas a libros aparecidos entre 2002 y 2014 de autores nacidos entre 1965 y 1988, se trata de un panorama ordenado a partir de un prólogo en el que el crítico reflexiona sobre su oficio y de un artículo inicial –Hacia otra caracterización de la poesía española actual- que sirve de pórtico al volumen y fija las coordenadas de la navegación por el mar cambiante y diverso de la poesía española actual.
Escritos con una actitud abierta y sin prejuicios críticos porque “la poesía buena- explica Juan Carlos Abril- no responde a ningún a priori estético sino a la calidad del resultado, es un camino de llegada y nunca de salida” estas páginas son el reflejo crítico de unas lecturas hechas desde la independencia de criterio.
Lecturas que evitan los indeseables compartimentos estancos que suele provocar en algunos ambientes académicos la aplicación rígida de la teoría de las generaciones. Lecturas que reflejan la diversidad de voces poéticas y plantean la necesidad imprescindible de repensar las periodizaciones de la poesía española contemporánea y las líneas de fuerza que la atraviesan.
Porque si es verdad que los árboles a menudo impiden ver el bosque, no es menos cierto que con frecuencia la excesiva generalización de las visiones de conjunto no dejan  percibir lo verdaderamente importante: las peculiaridades de cada una de las voces diversas que coexisten en la poesía española.
Lo demás es una cuestión que solo interesa a quienes, con mejor o peor intención, con propósitos más o menos confesables, se dedican a elaborar clasificaciones de grupo a costa de tergiversar la realidad, de deformarla y de simplificar su complejidad esencial mutilando sus límites.
Es verdad que el ímpetu gregario de algunos poetas les mueve a la emulación y a la integración en un grupo que les daría la identidad literaria que no acaban de encontrar en su propia obra, pero la tarea del crítico es también esa: la de saber separar las voces de los ecos, aquel cansino coro de grillos que no ha dejado de mover los élitros desde Machado hasta ahora.
Porque lo que importa de verdad en cada poeta, incluso en cada libro, es lo que lo distingue del conjunto, no lo que tiene de parecido con otros poetas o con otros libros. Y a eso, exactamente a eso, es a lo que se dedica Juan Carlos Abril en este volumen recopilatorio.
Santos Domínguez