Juan jacinto muñoz rengel

Publicado el 26 diciembre 2009 por Carmen


Cuando se habla con novelistas sobre el cuento siempre se refieren a él como un “género con problemas, un género de difícil publicación”. Pero la realidad es otra muy distinta. Si han ido siguiendo las reseñas publicadas en este blog, y me consta que así ha sido, se habrán dado cuenta de que la mayoría han girado en torno a libros de relatos.

El que nos ocupa en esta ocasión es el escrito por Juan Jacinto Muñoz Rengel (Málaga, 1974), De mecánica y alquimia. Un libro que se agarra por dentro y te obliga a leerlo una y otra vez porque, cuantas más lecturas hagas, más extraes de él.

Hablamos, mejor dicho, escribimos con el autor sobre esta colección de relatos, magníficamente hilvanados y narrados. Una obra que hay que leer en el orden en el que aparecen no les contaré por qué. Deben comprarlo para saborearlo.

1.- Está usted considerado uno de los mayores especialistas del cuento en este país, ¿no es mucha responsabilidad para alguien tan joven?

¡Claro que lo sería! Pero de lo que uno no es responsable es de lo que otros puedan decir de él, porque entre otras cosas no siempre tiene por qué ser cierto. De lo único que sí soy modestamente responsable es de haberme preocupado por el género breve desde todas las facetas en las que me ha sido posible, como divulgador, como antólogo, como coordinador de talleres, y como autor.

2.- En otra entrevista que escribió su Golem, según sus propias palabras, decía que comenzó a escribir con 18 años, ¿qué impulso sintió para pasar horas en la soledad del creador?

Imagino que uno se encierra cuando se da cuenta de que nada de lo de ahí fuera lo satisface absolutamente. Si embargo, creo que cuando alguien se excluye del mundo para crear sus mundos propios, no está renunciando a la realidad, sino que lo que pretende es dotarla de mayor sentido, porque de partida la realidad es incompleta.

3.- Le voy a ser sincera. Cuando comencé a leer De mecánica y alquimia, su primer relato me pareció que era flojo en los diálogos. ¿Le gusta más el momento narrativo que el dialogado? ¿Qué importancia le da a cada uno?

Creo que cada uno tiene sus funciones, y ambos son de enorme importancia en el relato. El diálogo se hace necesario cuando la mirada del narrador disminuye su velocidad, desciende de su vuelo sobre la historia, y aterriza en las escenas concretas. En ese momento, cuando las cosas comienzan a mostrarse por sí mismas, es habitual y casi inevitable que los personajes arranquen a hablar.

4.- ¿Me odia ahora?

De ninguna manera. En el momento en el que un escritor se decide a publicar -a hacer pública- su obra, sabe que estará expuesta a las críticas. Es parte del juego, del diálogo con los lectores. Todo autor tiene que saber aceptar las impresiones que pueda provocar en los otros. Y es muy curioso ver cómo el mismo aspecto de un texto, a veces, puede causar justo la reacción contraria en lectores distintos.

5.- Seguiré siéndole sincera. Una vez salvado ese mínimo escollo, su libro me pareció una genialidad, con un pulso narrativo muy sajón, ¿cuánto hay de literatura inglesa, incluyamos al sajón bonaerense Borges, en su forma de narrar?

En mi anterior libro de relatos, 88 Mill Lane, había mucho de ambos, de Borges y de la tradición literaria anglosajona: Stevenson, Conan Doyle, Chesterton, Oscar Wilde, Henry James... En De mecánica y alquimia he tratado de ampliar las voces y los escenarios. He buscado, de una forma intencionada, reunir las diversas tradiciones literarias -desde el gótico a la ciencia ficción, pasando por el género policiaco o el surrealismo-, dibujando un análogo recorrido por las distintas ciudades y países europeos, para en la última parte del libro tratar de ensayar una suerte de hibridación, una tentativa de superación mutante o evolucionada, que a la vez fuese respetuosa con sus marcos referenciales.

6.- Ángel Olgoso me hablaba de la importancia del título en el género cuentístico. A mí lo que me ha dejado perpleja es su magistral manejo de los finales. ¿Están a la par en importancia o destacaría usted alguno por encima del otro?

En los géneros breves cada frase, cada palabra es importante. Pero si tuviera que inclinarme por uno de los dos elementos, lo haría por los finales. Creo que un buen desenlace -y estoy convencido de que Olgoso estará de acuerdo conmigo- es esencial. Un cierre a tiempo, acertado, rotundo, sorprendente, aunque no necesariamente sorpresivo, puede elevar a su clímax el arte del relato.

7.- Por cierto, ¿cuento o relato?

Para mí, son sinónimos. Pero me gusta que se reclame el término "cuentista", y que se le restituya al cuento su verdadero significado, tan eclipsado a veces por algunos subgéneros, como lo son el cuento popular o el cuento infantil.

8.- ¿Puede indicarme, por favor, dónde puedo conseguir uno de esos Golem que pueblan sus historias?

Aunque los investigadores y los cabalistas se han esforzado en buscarlos en las catacumbas de las sinagogas, en realidad, los gólems habitan un preciso lugar entre la glándula pineal y el lóbulo temporal derecho. Ocurre como con las hadas: hay que creer en ellos. No obstante, en estos casos concretos, los baños relajantes con arcilla del río Moldava pueden ser de gran utilidad para estimular la fe.

9.- Elija uno de sus cuentos-relatos y dígame por qué.

Si nos ceñimos a De mecánica y alquimia, mi elección no puede ser otra que "El sueño del monstruo". Este relato, por un lado, hace de puente entre éste y mi anterior libro de cuentos, y por otro lado, cumple al mismo tiempo la función de articular ficcionalmente los relatos históricos y los futuristas de este nuevo volumen. Además, es un alegato a favor de los escritores que por una razón o por otra se encuentran perdidos en el panorama editorial de su momento, y en el texto se establece un constante juego entre géneros literarios.

10.- Su libro es, además, un trabajo de erudición sin llegar a la pedantería, ¿cómo se consigue el equilibrio en ese abismo?

Sin exhibir nunca ningún dato que no sea estrictamente necesario para la historia.

11.- ¿Borges o Bioy Casares? ¿Cortázar o H.G.Wells? ¿La Guerra de los Mundos o Blade Runner?

Borges, a pesar de La invención de Morel. Cortázar, a pesar de La máquina del tiempo. Y Blade Runner, por lo que supuso la irrupción del psicologicismo en la ciencia-ficción, y por mi particular interés en la inteligencia artificial y en los problemas de la mente y de la conciencia.