Juan L. Mira: “Cuando escribo no hago caso a ningún tipo de moda”

Publicado el 08 julio 2016 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

El autor melillense inicia una nueva etapa con una comedia ácida: Diario de un suicida en potencia

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Por: Alberto Berenguer   Twitter: @tukoberenguer

Juan L. Mira, autor de Melilla

Se define como “Creador de mundos paralelos”.  Si tuviese que poner la vista en el próximo siglo, ¿qué mundo paralelo crearía?
Me conformaría con imaginar uno en el que pudiéramos vivir un poco mejor. No somos conscientes de lo que está pasando a nuestro alrededor.

Actualmente está trabajando en dos proyectos inmediatos. Por un lado, una trilogía futurista repleta de vampiros por nombre La Zona y por otro lado, una historia de fantasía titulada Dhaymus.  ¿Tienen ambas algún tipo de similitud?
No, para nada. La única similitud entre ambas historias es que contienen muchas escenas de acción. La Zona cuenta como los humanos viven en ciudades amuralladas sirviendo como ganado para 15 razas de vampiros que dominan el mundo y como un grupo de aquellos humanos tratan de escapar. Por otra parte, Dhaymus, es una historia de acción ambientada en una especie de Edad Media.

La Zona: lágrimas de esperanza es la primera parte de su trilogía. ¿Por qué se decidió por las tres entregas? ¿Fue una decisión comercial al estar de moda el formato?
Cuando escribo no hago caso a ningún tipo de moda. Siempre escribo para mí y el único requisito que me autoimpongo es que me guste la historia que estoy contando. De lo contrario corro el riesgo de aburrirme y abandonar el manuscrito. La Zona en realidad comenzó como guión cinematográfico y desde un principio la ideé como una trilogía porque todo lo que había imaginado no iba a poder encajar en ese formato. Con el tiempo vi que podía mejorar el relato si lo transformaba en novela… En realidad tengo todo pensado para que conste de nueve partes en total, pero esto es secreto ja, ja, ja.

Hay muchos motivos que conllevan a que un escritor no repita en un género: inquietud, superación, diversión, descubrimiento… ¿No cree que de esa manera puede ausentarse una parte de sus lectores afines a un género en concreto o cree que es una buena manera de abarcar una mayor variedad de lectores?
Pues en realidad creo que ambas cosas. Yo me limito a no pensar en eso y escribir la historia que me llama en ese momento porque es como me divierto y lo que necesito para mejorar día a día. Quizá esto sea debido a que me gusta leer casi todo tipo de géneros literarios.

La mayoría de autores confiesan sentirse más cómodos en un género literario. ¿Pretende huir de los encasillamientos y la monotonía narrativa?
Uf! Totalmente. No quisiera que nadie dijera de mí que soy escritor solo de thrillers o de dramas. Me encanta la variedad y creo que eso hace tu trabajo mucho más rico. Por ejemplo, Stephen King (y que conste que no me estoy comparando con él) es mundialmente conocido como el Rey del terror, y sin embargo ha escrito otro tipo de géneros como dramas o thrillers.

¿Qué aportará nuevo al género vampírico con La Zona: lágrimas de esperanza, la primera entrega de la trilogía?
¡Los lectores van a tener 15 razas de vampiros! ¿Acaso se puede pedir más? Ja, ja, ja. En realidad pretendo que se diviertan con la novela tanto como me estoy divirtiendo yo al escribirla. Creo que es una historia fresca que mezcla un par de géneros como el de terror y el de acción y la pueden encontrar muy divertida.

Varios seguidores del blog nos han pedido información sobre su próximo proyecto Dhaymus. ¿Podría adelantar algún detalle para satisfacer la inquietud de los lectores? ¿Continuará con la autoedición?
Pues quiero ver si la siguiente novela (La Zona) funciona en alguna editorial tradicional porque considero que su distribución sería mucho más efectiva a la hora de llegar a los lectores. Con respecto a Dhaymus todavía no puedo adelantar mucho. Solo decir que Dhaymus Viljanen es el nombre del protagonista absoluto de la novela y que la historia transcurre en mitad de una guerra contra las Mujeres Aladas.

Y, siendo de Melilla, ¿qué ha supuesto para usted la autoedición y las plataformas digitales como escritor? ¿Cree que la distancia ha reducido sus posibilidades literarias con respecto a otros escritores españoles residentes en la Península?
No pienso que el hecho de ser de Melilla haya puesto trabas a mis posibilidades como escritor. Pensé en lanzar mi novela en modo de autoedición porque no quería esperar la respuesta de las editoriales. Tenía muchas ganas de que la gente pudiera disfrutar cuanto antes de la novela.

¿Conoce a otros escritores melillenses?
Claro. Conozco a varios poetas y escritores de teatro. Hay dos compañías de teatro en la ciudad que llevan ya muchos años haciendo un buen trabajo. Y espero que la cultura literaria en Melilla cada vez vaya a más.

Usted es un claro ejemplo de que es necesario dejar reposar una obra, ya que han pasado más de 10 años para que su novela Diario de un suicida en potencia, la cual está promocionando actualmente, haya visto la luz a lo largo del 2016. ¿Por qué fue necesaria esa pausa y qué le impulsó a retomarla después de tantos años?
No siempre dejo reposar tanto mis historias. En el caso de algunas, como Diario de un suicida en potencia tuve que hacerlo porque no me convencía nada lo que tenía escrito. Al principio estaba escrito en primera persona, los personajes eran bastante planos y la historia no terminaba de cuadrar. Tengo alrededor de unos 20 proyectos comenzados en diferentes fases de escritura y a veces me ocurre que dejo una historia durante mucho tiempo aparcada hasta que de repente veo un resquicio de luz y se abren las puertas de golpe. Con Diario de un suicida en potencia fue tan simple como contar la historia en primera persona para que el resto ya se desarrollara por su propio pie.

¿Le sucedió con otros manuscritos en su adolescencia?
Me ha sucedido con Dhaymus. Terminé esa novela por completo en 1999, pero al releerla hoy en día comprendí que necesitaba volver a escribir la historia por completo dejando tan solo su estructura básica para poder avanzar.

Marcos es el protagonista de Diario de un suicida en potencia. Un treintañero autodestructivo inmerso en un caos diario que cae en el mundo del alcoholismo y las drogas para buscar salidas. Una narración en primera persona que está cautivando a miles de lectores, ¿se esperaba esta buena acogida?
No, en absoluto. Cuando escribí esta comedia ácida no tenía ni idea de lo que iba a suceder porque entiendo que no le puede gustar a todo el mundo este tipo de género tan específico. Pero la verdad es que no me puedo quejar porque hay muchísimas personas que al leer la novela me escriben para felicitarme, diciéndome que se sienten identificados con el personaje, que se han reído mucho, ¡e incluso me piden una secuela!

¿Cree que parte del éxito radica en su original narración: directa, de la calle y sin excesivas florituras?
Sí. Creo que eso es precisamente lo que le gusta a la gente: el personaje es tal cual y no se calla nunca lo que piensa.

¿Le resultó complicado ponerse en la piel de una personalidad tan autodestructiva como la de Marcos?
Mucho. La verdad es que al principio me costó bastante, pero una vez dentro se le coge cariño al personaje y llegué a reírme con él… y también a sufrir un poco porque es un desastre y dan ganas de gritarle que no haga ciertas cosas.

Algunos lectores comparan su estilo narrativo con el de Javier Jorge, autor de La última raya. ¿Conoce al autor? ¿Ha leído la novela? ¿Qué le parecen las comparaciones?
Pues voy a ser sincero y decir que no he tenido el placer de conocerlo ni a él ni a su obra hasta este mismo momento, pero es cierto que me ha llamado mucho la atención la sinopsis de su novela. Con respecto a las comparaciones, la verdad es que trato de huir de ellas y tratar de ser original, pero siempre se pueden encontrar algunas similitudes con otros autores. Supongo que si escribiera un thriller alguien podría decir que me parezco a Henning Mankell (aunque no le llegaría ni a la suela de los zapatos), y así con cualquier tipo de género.

Después de hablar de visiones futuristas, de proyectos a corto plazo y de su presente más inmediato, hablamos ahora del pasado. ¿Cuándo se dio cuenta que le gustaba escribir?
A los 8 años. Me gustaba leer desde los 6 añitos, pero a esa edad se me ocurrió que yo también quería contar historias.

¿Había afición por el mundo de las letras en casa? ¿O alguna figura próxima que anima esa afición?
Sí, mucho. En casa siempre ha habido alguien leyendo. Pero la persona que más influyó en mí fue mi abuelo, que me regaló mi primer libro y me llevó de la mano por el maravilloso mundo de la literatura.

¿Cuál ha sido el último libro que ha leído? ¿Cumplió con las expectativas?
Pues Colorado Kid, de Stephen King. La verdad es que me esperaba otra cosa, pero me ha sorprendido para bien y es una lectura muy amena.

Por último, ¿qué diría a los lectores sobre su novela Diario de un suicida en potencia para convencerles a que se animen a leerla?
Ésa pregunta es fácil. Simplemente decirles que si quieren pasar un rato genial, repleto de risas, Diario de un suicida en potencia es su novela. Puedo asegurar que no deja a nadie indiferente.