Si a eso unimos que este disco fue el último con la discográfica Ariola, (separación no cruenta), pero del cual no se editaron singles y la promoción fue casi inexistente, pues nos encontramos antes uno de los discos más desapercibidos para el gran público del compositor.
Realmente no es un disco destacable dentro de su trayectoria, el cual se debate entre ese Pop tan geniuniamente Juan Pardo, con la música melódica que fue su constante a partir de los 80 y que duraría hasta que el cantante dejó el mundi de la música cuando creyó que era el momento.
Así pues, esa encrucijada de saber por donde tirar es lo que puede que haga el disco irregular.
Temas que destacaría sería Mi Herida, Y Que Importa o Pajarillo (con fuerza y buen Pop) o Adiós (estribillo de merechos alzados total), y en menor medida Amor Mío y Olympia.
Personalmente no es lo que más me gusta de Juan. Del músico en solitario me quedo con bastante de su discografía de los 70, más Pop y Folk en muchos casos. El cambio posterior, mucho más melídico ya no me interesó. Aunque también es cierto que no podíamos esperar que con cincuenta años estés haciendo Pop para adolescentes.
Un disco de transición.