En resumen, Juan Sin Tierra se percató que estaba en pugna contra la nobleza inglesa, contra Francia y además había perdido casi todos sus territorios continentales. ¿Qué más podía pasar? La Iglesia también se le vino encima.
La reyerta llegó debido a que los reyes ingleses, como siempre, tenían la costumbre de nombrar al arzobispo de Canterbury, por lo general también como primeros ministros. Sin embargo, durante el gobierno de Juan, el Papa Inocencio III, quiso hacer valer su opinión y propuso, casi exigiéndolo, a Esteban de Langton, un sacerdote muy reconocido de la época, algo a lo que Juan se negó.
El Papa respondió contactando a sus fieles eclesiásticos en la isla y de pronto no se hicieron entierros, ceremonias, indultos y demás. La vida religiosa pareció quedar paralizada. Finalmente las indirectas fueron en aumento hasta que en noviembre del año 1209 Juan fue excomulgado. Lo que es más, lo destronó y sugirió al rey de Francia una Cruzada para invadir Inglaterra. Como los galeses y escoceses estaban agrupándose en la frontera, Juan se vio obligado a aceptar lo inaceptable y se rindió ante el Papa. Sin embargo a pesar de recibir a Langton y el perdón de estos casos, esperó un tiempo para volver a rebelarse.
Trató de persuadir al conde de Flandes, Otto de Brunswick, una coalición para acabar con Francia y su rey. Pero sus barones y otros nobles nunca siguieron a Juan, pues alegaban que estaba excomulgado y bastante empobrecido. De todas maneras, el rey marchó contra Francia con su pequeña coalición que fue exterminada en la batalla de Bouvines de 1214. Los Capeto triunfaron sobre los Plantagenet. Así para estos años lo único en posesión de Juan era la Gascuña y el puerto de Burdeos.
Pero no todo fue tristeza para Inglaterra; lo que es más, con este triunfo, la nobleza inglesa se había salvado por completo, y ahora veremos porque. Estos barones o nobles ingleses, eran los más molestos con Juan, pues además de perder la guerra y gastar dinero, se había tornado verdaderamente odioso y autoritario. En el año de 1215 le enviaron un ultimátum al rey anunciándole reformas o la guerra. El rey no tardó mucho en darse cuenta que no tenía aliados y que todo el país estaba en contra suya. Los barones formaron su propio ejército, y con el tiempo Londres y otras ciudades importantes los reconocieron. Así entonces el destino estaba sellado. Juan no tenía amigos ya. La principal ciudad se había pasado a los rebeldes, las administraciones y la misma Iglesia había dejado de funcionar. Finalmente el soberano accede a encontrarse con los barones en la pradera de Runnymede, donde firmó la Carta Magna.
Este, fue un documento redactado en 1215 y sui generis para la época por donde se le vea. Hoy en día se le considera el modelo más antiguo o la predecesora de una Constitución Nacional. En general la Carta Magna afirmaba que el rey debía respetar los derechos adquiridos. Entre sus líneas dice: “existen leyes del Estado, derechos que pertenecen a la comunidad. El rey debe respetarlo. Si los viola, la lealtad hacia él cesa de ser un deber, y sus súbditos tienen derecho a sublevarse”. A lo largo del tiempo, la Carta Magna fue muy respetada, al menos hasta el siglo XV, cuando los Tudor la olvidaron, para luego reaparecer con Jacobo I.
En realidad la Carta Magna está algo así como “sobrevalorada”, pues fue escrita sin realizar grandes planes a futuro y terminó por ser considerada un documento base de la democracia en la historia. Por ejemplo algunos historiadores establecen que en la Carta Magna se dieron algunas referencias de la, entonces inexistente, ley del Habeas Corpus: “ningún hombre libre será encarcelado ni desterrado, ni castigado de ningún modo, si no es por el juicio legal de sus iguales y la ley del país”. Al parecer los barones de la época lo entendieron como la sencilla premisa de que un barón sólo podría ser juzgado por sus pares nobles, hombres libres por otros libres, y así. Con esto se intentó poner fin a los jueces del rey y su claro despotismo. Así se formó entonces un comité de 25 miembros, todos nobles barones, a excepción del alcalde de Londres, los cuales se encargarían de juzgar las quejas contra la Corona. El rey debía asegurarse que sus súbditos jurasen obediencia y respeto a estos 25 miembros. El comité, se encargaría de controlar al rey.
En resumen la Carta Magna exigía los siguientes puntos:
-Se respetarían libertades religiosas y/o políticas.
-Los 25 barones vendrían a conformar algo así como un Parlamento.
-Respecto al poder Judicial, se separó del monarca, por tanto ninguna persona sería enjuiciada arbitrariamente.
-La seguridad y algunos derechos se extendían hasta los plebeyos y pequeños burgueses, cuyos señores feudales no tenían en cuenta.
Aunque resulte paradójico, la Carta Magna fue un documento seriamente impopular o hasta desconocido, y no se tradujo al inglés hasta llegado el siglo XVI. Solamente cuando el rey firmó la carta se percató de lo que había sucedido, y se dice que estaba tan furioso que andaba en el suelo mordiendo pedazos de madera. Pero lo hecho, hecho estaba, y escribió al papa Inocencio III para comunicarle la buena nueva, aunque claro, había mucha hipocresía. Al menos, también se había reconciliado con la Iglesia.
Pero las cosas se complicaron para Juan, pues Felipe Augusto seguía siendo su mortal enemigo y lo acusó de asesino por haber acabo con Arturo. Felipe quería conquistar Inglaterra como Guillermo, y buscó coronar a su hijo Luis, casada con una sobrina de Juan Sin Tierra, en la isla. La sentencia de muerte por el homicidio perpetrado contra Arturo, había sido dictado antes del nacimiento del hijo de Juan, por tanto el heredero era Luis de Francia, según Felipe. Entonces el príncipe desembarcó en Kent en el año 1216 y persiguió al rey, siendo apoyado por muchos varones ingleses. Sin embargo, Juan sin Tierra ni siquiera tuvo que huir, porque el 19 de octubre de 1216 murió víctima de una indigestión de melocotones y sidra.