"La música, la que a mí me interesaba, una fácilmente conceptualizable, que conectaba con la pintura, el teatro, la danza, y no sé si a propósito, o inconscientemente, buscaba que mis composiciones entrasen en los cuadros de los artistas a los que conocía, con los que trabé buena relación y que eran casi todos escultores minimalistas, es decir, no solo Richard, también Donald Judd, Sol LeWitt, Robert Morris o Carl Andre, era a ellos a quienes se refería el concepto minimalismo, y no a los músicos como yo, o Terry Riley o La Monte Young, la idea de "música minimalista" fue algo que vino después" (dice Philip Glass)
(proporcionada por la propia editorial Anagrama)
El Museo Reina Sofía prepara las exposiciones con las que va a inaugurar la pinacoteca en 1987. Para ello encarga a Richard Serra, el escultor vivo más influyente del momento, la creación de una de sus gigantescas obras. La pieza se exhibe durante unos meses y después se almacena en una nave custodiada por una empresa especializada en arte. Años después, el museo quiere recuperarla, pero entonces la pieza ha desaparecido. Nadie sabe cómo lo ha hecho, ni en qué momento, ni a manos de quién. En 2006 la noticia salta a la prensa y se convierte en un auténtico escándalo internacional. ¿Cómo se le ha podido perder la pista a semejante obra? Es lo que se pregunta el escritor Juan Tallón en su nueva novela: 'Obra maestra'. Un libro que recorre todas las hipótesis posibles de la mano de 72 voces que permiten al lector adentrarse en una historia absolutamente fascinante y real.
A mí, si soy sincero, aunque considero que es un producto original, me ha parecido algo tediosa en algunos momentos. Seguramente la razón estribe en que las interioridades del mundo del arte no es algo que me interese especialmente. A esto, insisto, quiero añadir la profusión de nombres propios de artistas, críticos de arte, periodistas especializados de aquí y de fuera que por su cantidad me han llegado a abrumar y a desenganchar incluso de la propia trama novelesca. Una trama novelesca, por otra parte, que no me ha sorprendido nada pues el autor no deja lugar a suspense alguno. Sin lugar a dudas Juan Tallón cifra todo el éxito y bondad de la novela al modo constructivo utilizado en ella. Aquí sí que resulta innovador y sorprendente. En pocas palabras lo que hace Tallón es lanzar sobre la mesa de su despacho de escritor toda la documentación que a lo largo de trece años ha ido recopilando con la idea de producir este libro. En lugar de acudir a la linealidad discursiva, el escritor desordena los testimonios, colocando siempre las palabras de quien en negrita conocemos nombre y fecha en primera persona. Es pues la novela un ejercicio literario de perspectivismo, de avance en búsqueda de la verdad a través de la focalización que de un mismo hecho tienen unos y otros. De la suma de todos los testimonios aquí recogidos -incluidos los del propio escultor y redactor de la novela- nacerá la verdad. Se supone.
Finalizada la lectura de Obra maestra leo algunas reseñas sobre el libro y dejo por allí y acullá comentarios acerca de las opiniones vertidas por los reseñistas. Evidentemente lo que expreso en ellos no difiere mucho de lo dicho hasta aquí en esta reseña: que me ha resultado algo tediosa en varios momentos; que en otros me ha entretenido; que el sobreabundante e incesante número de nombres propios me ha parecido innecesario; que el exceso de todo me hacía desconectar de la trama...
Insisto en que sobre todo me ha parecido un trabajo más propio de un periodista -Juan Tallón lo es profesionalmente- que está preparando un concienzudo reportaje de investigación. Es en este orden de cosas en el que, en sentido intencionadamente desviado, utilizo la expresión thriller: el autor provoca en el espectador una cierta expectación al inicio cuando leemos que una escultura de 38 toneladas de peso ha desaparecido y nadie sabe qué habrá ocurrido con ella. Sí, esto podría anunciar una especie de thriller; pero hay que admitir que de serlo, sería un thriller de escaso -por no decir nulo- suspense dado que casi casi desde el principio, al estar tan apegado a la realidad, sabemos cómo el Mº Reina Sofía logró salir del entuerto. En cuanto a qué ocurrió con la escultura robada se lanzan suposiciones muy verosímiles que no es cosa de desvelar aquí para no matar el interés del posible lector.
Creo que la maestría literaria la deposita Juan Tallón en la estructura constructiva que elige para Obra maestra. No sé si era necesario tanto vaivén adelante-atrás, pero bueno, vale, está bien. Las interioridades del mundo creativo -literario y escultórico-, el proceso constructivo de una obra, las conexiones de la obra de arte con el mundo real... son ciertamente reflexiones interesantes. Pero...
La obra está bien escrita. En ella observamos cómo el autor se las ingenia la mar de bien para pescar cuanta ayuda ministerial pueda salir [es una pequeña maldad mía, jé, jé...]; también hace repaso de las corruptelas que existen en el mundo del arte, reflexiona sobre qué es eso que se denomina obra de arte, etc. Me ha gustado, sobre todo en las últimas 40 ó 50 páginas, el humor que destilan algunas intervenciones ("Había podido acabar Cinco moscas azules y había empezado a leer un libro de Jiménez Losantos, con eso lo digo todo."). Pero, insisto, me parece que es tan real, tan real, que no ha conseguido excitarme especialmente. Creo que el que una novela sea de no-ficción no excluye un mayor ejercicio imaginativo.
A propósito de lo dicho en el cierre del párrafo anterior el mismísimo escritor en entrevista realizada por Juan Cruz en El Periódico el pasado 4 de febrero de 2022 [ enlace a la entrevista] reflexiona sobre la relación estrecha que existe entre la realidad y la ficción, cómo ficcionaliza el mundo real y al tiempo convierte en reales a personajes de ficción como el de la terrorista de ETA que preparó el atentado a una obra de Richard Serra en la inauguración del Guggenheim de Bilbao. Quisiera destacar de tan interesante conversación entre el crítico literario y el escritor algunas frases:
- "Se me ocurrió en 2009. Fue el intento de comprender cómo había pasado algo tan asombroso: la desaparición de una escultura enorme y muy pesada. ¡Qué asombro! Fue un suspiro hacia adentro. ¡Pero no encontraba el modo de contarla, Juan! Y, a lo largo de los años, me limitaba a compilar información y luego a recabar testimonios. Un día encontré el modo de narrar y entonces ya todo fue más o menos rápido."
- "Yo creo ficciones pero quiero que se puedan leer como historias reales. Simplemente hay que buscar la fórmula que conecte lo que has inventado con la vida real. Siempre mezclo realidad y ficción con el propósito de que la gente crea que ocurrió así, que simplemente cuento lo que pasó en realidad o rescato las cosas de la memoria."
" ¿Aquí hay personajes de ficción que son reales? " (pregunta de Juan Cruz)
"Exacto. Hay personajes reales de los que yo invento su testimonio, pero intentando mantenerme más o menos fiel a lo que dijeron para mantener la verisimilitud de la historia. Y después hay personajes completamente inventados, que no existieron. Pero que son auténticos." (respuesta de Juan Tallón)
En definitiva, Obra maestra es un libro bien escrito en el que Juan Tallón riza el rizo de la composición buscando una manera distinta de relatar siguiendo su constante propósito de nunca repetirse. Creo que lo logra. Pero a mí no ha logrado emocionarme. Está bien escrito. Y ya.