Juana a los 12
Año:
2014
Fecha de estreno:
11 de Diciembre de 2015
Duración:
75 min
País:
Argentina
Director:
Martín Shanly
Reparto:
Javier Burin Heras, María Passo, María Inés Sancerni, Rosario Shanly
Distribuidora:
DIRE Films
Esa ola de geniales cineastas independientes que en los últimos años del siglo pasado fundaron lo que hoy conocemos a rasgos generales como “Nuevo Cine Argentino” (ya no tan nuevo, por cierto) atraviesa en nuestros días una notoria crisis. Saltando a los autores que han demostrado una búsqueda ambiciosa con cada película que filman (Lucrecia Martel, Lisandro Alonso, Matías Piñeyro, Mariano Llinás) o aquellos que sin renunciar de todo a los principios de sus antecesores prácticamente han fundado movimientos nuevos aún faltos de seguidores (el cine políticamente comprometido de Santiago Mitre o la experimentación con los géneros de Gabriel Medina); el nuevo cine argentino se caracteriza más por un endémico conformismo. Si los hijos del BAFICI alguna vez revolucionaron la forma de hacer cine en Argentina con esa mirada incisiva a la realidad social y con la casi renuncia a los elementos narrativos clásicos, hoy parecen estancados, no queriendo dejar de aferrarse a esos principios más por incapacidad que por ideales. De la mano de la nueva distribuidora DIRE Films, a partir del 11 de Diciembre podremos disfrutar de la ópera prima de un director, Martín Shanly, que con gran rebeldía se ha permitido experimentar sobre lo conocido sin renunciar a ese compromiso social, ni a la mirada cercana, que en estos años hizo tan especial al cine argentino independiente.
A primera vista, Juana a las 12 parece una película más del cine argentino reciente. Tenemos esa mirada prácticamente documental durante la casi totalidad de sus 75 min. de duración, que sigue a la niña durante un tramo de su vida escolar y familiar sin que parezca en la superficie pasar nada importante ni trascendental. Sin embargo pasan muchas cosas: se esconden en la cotidianidad los enormes problemas de Juana para socializar, enfrentada una suerte de discriminación por parte de sus compañeros y a la falta de contención por parte de la institución y de su madre, una mujer que parece creer una base económica sólida es lo único que necesita un niño para crecer sano y que los problemas de aprendizaje se solucionan aprendiendo la tabla del seis. En este punto detectamos el otro elemento que siempre acompaña a la generación de cineastas independientes, el compromiso social, ya que la mirada de Shanly es inmisericorde a la hora de cuestionar la inoperante presencia de las instituciones tradicionales para cumplir sus funciones aplicadas a individuos particulares. Un enfoque que la acerca mucho a la obra de Cantet, La Clase, aunque aquí desde una aproximación más psicológica, puesto que Juana es un personaje que sufre ser diferente desde un punto psíquico más que cultural.