Juana de arco contribuyó de forma decisiva a cambiar el rumbo de la guerra de los cien años, sostenida entre francia e inglaterra.
Nació en Domrémy-Francia, en 1412, en el seno de una familia campesina modesta. En su niñez tuvo un carácter piadoso y devoto. A la edad de 13 años declaró que podía oír la voz de Dios, quién la guiaba a ser buena y a cumplir sus deberes cristianos, esa misma voz le ordenó luego a liberar la ciudad de Orleans del asedio inglés, confesó además haber visto a San Miguel, a santa Catalina y a Santa Margarita, cuyas voces le acompañarían durante el resto de su vida.
Para aquel entonces se disputaba la corona del país. En 1428 Juana se trasladó a una de las plazas fuertes fieles del delfin Carlos, al fin de conseguir la autorización para unirse a éste y conducir el ejército, siendo rechazada. Unos meses después volvió a intentarlo y ésta vez se le permitió entrar. Carlos la hizo examinar por varios teólogos y poco después la autorizó a marchar a orleans al mando de cinco mil hombres.
El 8 de mayo de 1429, Juana consiguió levantar el asedio de la ciudad y aconsejo entonces a Carlos que partiese hacia Reims para su coronación y gracias a las victorias obtenidas por Juana, Carlos pudo ser coronado rey el 17 de julio de 1429.
Posteriormente, la actitud indecisa del monarca, desembocó en la derrota que tuvo lugar ese mismo año al intentar la toma de parís, meses mas tarde, Juana volvió a tomar la iniciativa y se dispuso a levantar el sitio de compiegne, donde fue capturada por los borgoñeses en 1430. Vendida después a los ingleses, fue trasladada a ruam para comparecer ante un tribunal, el propósito del juicio consistia en demostrar que las voces divinas que Juana afirmaba oír, eran en realidad de orígen diabólico, considerandola una bruja.
Fue amenazada a ser torturada si no decía la verdad, si no se retractaba a sus afirmaciones sería sentenciada a su ejecución. El 30 de mayo de 1431 a sus 19 años, fue quemada en la hoguera en la plaza de Ruán como culpable de herejía y hechicería. Años después la iglesia la canonizó en 1920, año en que Francia declaró su día , el 10 de Julio , fiesta nacional.