HipoPopoPotayTamo(Ramón Rodríguez)
Había una vez un rey llamado Juanqui el Campechano. Le gustaba mucho escaparse de palacio por las noches, montar en moto y hacer discursos de Navidad como un loco.Juanqui, se casó con una reina de sangre real, llamada Sofi y tuvieron tres hijos, no más. Durante muchos años fueron felices, o eso parecía ser. Hasta que los niños fueron mayores, y en ranas se convirtieron al crecer.La mayor, se casó con un esquiador, al que le gustaba mucho caerse de narices sobre la nieve.La mediana, se casó con un nadador mago, al que le encantaba hacer desparecer el dinero.El pequeño, se casó con una presentadora de televisión, que adoraba esculpirse la cara a golpes, sin ton ni son.Cuenta la historia, que el pobre Juanqui, triste por su situación familiar, decidió hacer un viaje por África; cruzar el mar. En lugar de maleta, llevaba escopeta y al primer elefante que le molestó ¡PUM,PUM,PUM!...le hizo cosquillas con una bala y del 4x4 el rey se cayó. Cojito se quedó.Desde entonces Juanqui el Cojo (para los amigos), siempre estaba malito. De hospital en hospital privado iba, porque en los públicos no le quitaban la pupa.¡Pobre Juanqui!, tanto cojeaba, que en su yate por Mallorca ya no navegaba. En una depresión cayó y por fin se decidió. -Estoy tan mayorcito, que le voy a dejar el reino a mi hijo menor. Porque una reina, no es de honor.A partir de aquel día, de nuevo la historia se repetía. Su hijo el reinado tomó y colorín colorado este cuento nunca terminó.
Aviso: Cualquier semejanza con la realidad, es pura coincidencia