Judas Priest & Whitesnake – 25/09/2011

Publicado el 27 septiembre 2011 por Sergio_sosa @sergio_sosa

Escrito por Carlos Manuel Albornoz Ríos

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Twitter: @Sanantta

5 de marzo de 2009. Veía a Iron Maiden y salía del concierto diciendo que ese había sido el mejor show que había visto en mi vida. 17 de abril de 2009. Veía a Kiss y era ESE el mejor show que había visto en mi vida. 25 de septiembre de 2011. Veía a Judas Priest junto con Whitesnake y esa experiencia me cambió todos los paradigmas relacionados a lo que un buen show es.

Desde el momento en que anunciaran la presentación en Venezuela, en mayo de 2011, comenzó lo que sería la larga y lenta cuenta regresiva, que supe aprovechar para no escuchar más música que las respectivas discografías como preparación para la gran fecha.

La mañana del domingo 25 de septiembre nos ofreció mucha lluvia; era como si los Dioses del Metal, los del cielo, estuvieran probando nuestra dedicación y devoción para con ellos. De hecho, cuando llegamos al estacionamiento del CCCT todavía lloviznaba, pero como a eso de las 2 pm los venerados dioses se apiadaron de sus fieles y apaciguaron el clima y nos permitieron disfrutar, secos, de los otros Dioses del Metal, los de la Tierra.

La espera en la cola se hizo bastante amena, simplemente por el hecho de que era el CCCT y había dónde comprar refrigerios… Vamos, no sé a quién engaño, refrigerios no, cervezas, ¿está bien? También, debido a que todos los que estábamos en la cola teníamos un objetivo común, las conversaciones sobre quién es el baterista de tal banda, o en qué año salió aquel álbum, hicieron que nuestra estadía en la cola fuese más llevadera.

Una de las muchas cosas que me gustó de la organización de Profit, que no se ve jamás con Evenpro, fue que una vez abierto el acceso del público al recinto, el show comenzó prácticamente de inmediato, así que a eso de las 6 de la tarde comenzamos a escuchar los primeros acordes de nuestra querida banda venezolana: Resistencia. No pude dejar de alegrarme al enterarme que Resistencia sería el representante venezolano, pero después de escuchar la fuerza y la calidad que mostraron en escena, esa alegría se multiplicó por mil. Un pequeño contratiempo técnico quiso arruinar la presentación, pero supieron aprovechar la parada para ofrecernos un solo de guitarra ejecutado magistralmente. Cerrando el set con ‘Muerto en Vida’, se subió al escenario Paul Gillman para acompañar en las voces, lo cual, como pueden suponer, pasó sin pena ni gloria. Resistencia demostró el domingo, como lo han hecho cientos de músicos venezolanos, que Venezuela tiene talento de sobra para exportar.

A eso de las 7 de la noche, y luego de una media hora, salieron al escenario el señor David Coverdale y compañía. Tengo que decir que si sólo hubiese sido Whitesnake, yo habría ido de igual manera y habría disfrutado el concierto de igual manera. ¿Cómo iba a haber dudas de lo que nos esperaba con Whitesnake? Ya los había visto en DVD, y sabía lo que iban a tocar porque había visto es setlist con anterioridad, pero cuando comenzaron a tocar ‘Best Years’ se me olvidó donde estaba; sólo el hecho de ver salir a Coverdale, seguido de Doug Aldrich y Reb Beach en las guitarras, Brian Tichy en la batería, Michael Devin en el bajo, y Brian Ruedy en los teclados, fue un momento inolvidable. Coverdale pareciera no ponerse viejo, y su voz estuvo a la altura, al igual que la dupla Aldrich-Beach, quienes manejaron las seis cuerdas de sus respectivas guitarras como los maestros que son. Luego vinieron ‘Give Me All Your Love’ y ‘Love Ain’t No Stranger’, para a continuación regalarnos con una de sus más conocidas, la balada ‘Is This Love’. ‘Steal Your Heart Away’, una de las más esperadas por mí, fue la primera de su más reciente álbum, a la cual siguieron ‘Forevermore’, que da título al álbum, ‘Love Will Set You Free’, con un solo de batería excepcional por parte de Tichy, y otra de sus más conocidas, ‘Here I Go Again’, para finalizar con ‘Still of the Night’, otra de las más esperadas por mí. Lo mejor fue que no todo había terminado porque después de unos minutos fuera del escenario volvieron para la sorpresa de la noche: ‘Burn’, de su primer álbum con Deep Purple, se tocaba en suelo venezolano. Verdaderamente Whitesnake entregó la vida para contentar a su público, y el setlist me gustó mucho aunque faltaron dos que estuvieron extrañamente ausentes: ‘Ain’t No Love in the Heart of the City’ y ‘Fool for Your Loving’.

A las 8:45 empezaba la verdadera fiesta: Judas Priest se subía al escenario con ‘Battle Hymn’ como fondo para dar luz verde un show que sé que quedará en la memoria y en los corazones por siempre. Rob Halford, Glenn Tipton, Ian Hill, Scott Travis y el recién reclutado Richie Faulkner, en sustitución de K.K. Downing, estaban por fin tocando para el público venezolano, el Bravo Pueblo que tanto esperó para que esto sucediera. Aunque muchos años han pasado desde aquel ‘Rocka Rolla’ de 1974, Rob Halford sigue siendo el cantante más potente del rock; su voz llenaba cada espacio del recinto, haciendo que nuestros corazones latieran más rápidamente. Los solos de Tipton y Faulkner fueron asesinos, y la sección rítmica, responsabilidad de Hill en el bajo y Travis tras los tambores, fue simplemente perfecta.

El setlist estuvo impecable, y así como prometiera Glenn Tipton antes de comenzar la gira, incluyeron por lo menos un tema de cada uno de sus álbumes. Las dos primeras fueron ‘Rapid Fire’ y ‘Metal Gods’ de su álbum clásico de 1980 ‘British Steel’ a las que siguieron ‘Heading Out to the Highway’, ‘Judas Rising’ y ‘Starbreaker’, luego de las cuales vino lo que sería la primera prueba al rendimiento de Rob Halford: ‘Victim of Changes’; debo decir que esta también fue una prueba para nuestro rendimiento cardíaco, porque cuando llegó el momento del acostumbrado grito, cerca del final del tema, estoy seguro de que muchos corazones amenazaron con salirse por la boca de sus propietarios, el mío incluido, por supuesto. Esto fue simplemente impresionante; es increíble que eso sea un ser humano. ‘Never Satisfied’ dio paso a ‘Diamonds & Rust’ de Joan Baez, tocada mitad en versión acústica y mitad en versión original, y luego ‘Prophecy’, ‘Night Crawler’ y ‘Turbo Lover’ cada una de las cuales tuvo un telón alusivo al álbum de procedencia. Una de las más esperadas por mí fue ‘Beyond the Realms of Death’ a la que le siguieron ‘The Sentinel’ y ‘Blood Red Skies’. ‘The Green Manalishi’, originalmente de Fleetwood Mac, vino después, pero con un pequeño vacío, ya que el grito de Halford hacia el final del tema no estuvo completo, la mayor parte la hizo el público antes de que él hiciera el último. El telón de fondo mostrando una mano sosteniendo una hojilla dio la entrada a ‘Breaking the Law’ en donde Halford permitió que fuese el público quien cantara toda la canción, y luego de un mini solo de batería, Scott Travis dio inicio a la que sería la última de esta primera parte, ‘Painkiller’.

Por supuesto, esto no se quedaría así, faltaba el acostumbrado encore; después de tocar ‘The Hellion/Electric Eye’ se escuchó un sonido que muchos estábamos esperando: el rugido de la moto en la que Halford acostumbra a salir antes de ‘Hell Bent for Leather’, y lo que hizo este señor luego nos sacó unas cuantas lagrimitas: arropado con nuestro tricolor nacional salió a cantar ‘You’ve Got Another Thing Coming’. ¡Qué honor! De hecho, escribiendo esto, tengo un nudo en la garganta al acordarme de este bello momento. La última del show fue ‘Living After Midnight’ que al ritmo de “tu-pra-tutu-pra” hacía brincar a todos y cada uno de los que presenciamos tan mágica noche.

Es ahora momento de quitarme el sombrero y descubrir mi cabeza ante la humildad y la caballerosidad que todos esos músicos, internacionalmente conocidos, demostraron en escena. ¡Gracias Resistencia! ¡Gracias Whitesnake! ¡Gracias Judas Priest! ¡Gracias al Padre por permitirme encarnar en tan maravillosa era! El vacío que ahora siento por no estar viéndolos otra vez se llena por los recuerdos y la felicidad por haber estado allí.