Formó parte del Frente Popular de Judea, un grupo de intelectuales israelíes que se oponían regularmente al Imperio Romano cuando no estaban ocupados oponiéndose a otros grupos judíos.
Fue la primera testigo de la gran hazaña de Brian de Nazaret, que fue ni más ni menos escribir Romanes Eunt Domus Romani ite domun cien veces.
Cuando todos en la ciudad decidieron de repente que Brian era el Mesías, se enamoró de él. Brian intentó disuadir a la gente del pueblo de seguirlo a él o a cualquier otra persona, pero fue arrestado inmediatamente después.
Judit apeló a Poncio Pilato para que lo liberase. Él aceptó, pero Brian ya estaba siendo llevado a la crucifixión. Cuando llegó al lugar de la crucifixión, otro prisionero había sido liberado por error. Judith y los otros miembros del frente popular de Judea revelan que en lugar de rescatar a Brian, han decidido martirizarlo por su causa y lo dejan morir.
De todas formas, nada podía salvarlo de la crucifixión. Ni Frente Popular de Judea, ni El escuadrón suicida del Frente del Pueblo Judaico, ni su propia madre. Entonces, cuando todo parece que está podrido, qué queda reír y sonreír. La única solución es no ser un idiota adolorido y silbar para ver el lado bueno de la vida.
Eso sí, todos los componentes de FPJ salieron a escape. Compró una barba de contrabando y, tras asistir a una lapidación, huyó de Jerusalén gracias a un exleproso arrepentido por haber dejado de padecer lo que hasta entonces le daba trabajo.
Se hizo seguidora de la secta de La Calabaza de Brian tras rechazar la de La Secta de la sandalia y el cristianismo, una secta que adoraba a los gansos que por lo visto iban a heredar la tierra.
Vivió sus últimos días lavando calzones en Hispania hasta que un día le dio un corte de digestión y donde cayó se llamó Tierra de Fairy, lo que hoy se conoce como Villaariba y Villaabajo.
Y ya estaria... Difundid la palabra