Jueces-Mercenarios de fortuna

Publicado el 23 mayo 2016 por Cronicasbarbaras

Los soldados de fortuna eran aquellos que peleaban para lograr, más que una paga, el botín y la gloria de la batalla ganada, lo que en democracia son las prebendas del poder político.

Aquellos soldados se parecen a algunos jueces y magistrados que, una vez conocido el poder de dictar sentencias y, sobre todo, el de encarcelar, desean ocupar los tronos de los políticos, que son el Gran Capitán contemporáneo.

El juez político que se pone al servicio de un partido pierde la neutralidad que debería mantener en su carrera inicial, viciada además aquí por sus asociaciones progresistas o conservadoras, cuando no deberían permitirse esas parcialidades.

Pero ya en la política, lo que es intolerable y debería estar prohibido es que el exjuez vuelva a juzgar, y que incluso juzgue a su rival o enemigo, al que puede encarcelar impunemente.

Tras entrar en política y fracasar su deseo de ser ministro socialista, el entonces juez estrella Baltasar Garzón volvió a la magistratura y destapó dosieres que había escondido para cazar a sus rivales de partido, en lugar de que lo hicieran otros jueces; así se remachó la desconfianza ciudadana en la neutralidad judicial.

Es intolerable que la ley permite que los jueces puedan ir a la política y volver a juzgar causas desde sus prejuicios partidistas, e incluso llevar al banquillo a sus contendientes más odiados.

Estamos en una España de grandes pasiones ideológicas, fruto nefasto de Zapatero, que ocultó a su abuelo franquista y resucitó el guerracivilismo con su “Soy rojo, nieto de fusilado antifranquista”.

Los soldados de fortuna se llaman hoy mercenarios, y algunos jueces actúan como ellos entrando y saliendo de las batallas políticas para escapar del necesario anonimato y extraer su botín de poder, popularidad y gloria.

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SALAS