or you die. There is no middle ground.
Cersei Lannister
Anoche miré el tercer capitulo de la segunda temporada de ‘Juego de Tronos’: ‘What is dead may never die’, y no sin sorpresa, sigue dando vueltas en mi cabeza hasta hoy.
Es que pasa algo raro con Juego de Tronos: no me gusta.
En realidad lo que no me gusta es la historia; no me gusta nada, nada, nada la historia. Vale aclarar que soy muy ansiosa (suelo leer el final de las novelas de entrada) y he consultado varias wikis para saber cómo sigue el juego y cada vez me gusta menos... Pueden llamarme romántica, infantil o ingenua -o alguna cosa peor- pero una historia en la que no me puedo encariñar con ningún personaje porque en cualquier momento le cortan la cabeza, lo destripan o lo dejan ciego, no logra convencerme. Me gustan los finales felices; mea culpa
Eddard Stark
Y sin embargo, sigo enganchada y mirándo capítulo tras capítulo. Supongo que esahí donde se reconoce el genio de George R. R. Martin y la calidad de la excelente producción de HBO. Es un placer ver ‘Juego de Tronos’
Es un deleite ver las maquinaciones de Tyrion Lannister (¡qué buen actor que es Peter Dinklage!), seguir el camino de Arya Stark hacia el norte o ver a Daenerys Targaryen alimentar sus dragones.
Un ejemplo de la meticulosidad de Martin al momento de crear su universo es el ritual de ‘ahogamiento -bautismo’ de Theon Greyjoy en honor al Dios Ahogado, uno de los tantos dioses de Westeros o Invernalia. La plegaria: “Haz que tu siervo Theon vuelva a nacer del mar, como tú naciste. Bendícelo con la sal, bendícelo con la piedra, bendícelo con el acero. Lo que está muerto nunca puede morir, sino que se alza de nuevo, más duro y más fuerte” deja traslucir una dura religión bien pensada y sumamente apropiada para un pueblo que ‘no siembra’ sino que ‘toma’ -el lema de la Casa Greyjoy es: ‘We Do Not Sow’ (nosotros no sembramos), no debe haber palabras más adecuadas para gente que, supongo, se inspiró en los vikingos.
“A very small man can cast a very large shadow...
Lord Varys
Claro que no es lo único bien pensado: todos los pueblos, religiones y tradiciones que se nos presentan tienen el mismo grado de detallismo y autenticidad. Las locaciones son magníficas, tanto las reales como las imaginadas: las ciudades, los castillos, la Muralla... todos convencen y maravillan; los actores son buenos, con algunos destacados que casi encandilan (repito, ¡qué buen actor es Peter Dinklage!), y representan personajes complejos y humanos, aun en su crueldad/inhumanidad. El costo de producción se nota en todo momento y en cada detalle. HBO –y George R. R. Martin, por supuesto – ofrecen un producto de calidad, profundidad y fuerza... creo que hasta mi padre lo vería, ¡y eso que tiene dragones!!
Así que sí, me pasa algo raro con ‘Juego de Tronos’: no me gusta, pero no puedo dejar de verla. Además de romántica, infantil e ingenua, pueden llamarme incoherente.
EriSada