Juego de Tronos 4x10. Los Niños

Publicado el 19 junio 2014 por Amaya Muñoz Azanza @AmayaMAzanza
    Y ya está, éste ha sido el final de la cuarta temporada de Juego de Tronos. Después de un episodio especial como lo fue el noveno, que transcurrió en un único escenario, quedaban muchas tramas por cerrar. Afortunadamente el episodio de esta semana ha tenido metraje extra, durando 66 minutos en lugar de los 50 de media de cada capítulo. Y bastante han hecho a pesar de la cantidad de material que les quedaba por afrontar.    El episodio comienza con Jon Nieve yendo al encuentro de Mance Rayder. La conversación entre ellos es bastante tensa aunque amigable. Destacables los brindis por Ygritte, Grenn y Mag, rey de los gigantes, que murió en el túnel. El rey de más allá del Muro propone un trato, es todo lo que desea. Se acerca el invierno y con él el mayor de los peligros que acecha Poniente. Tan solo quiere que la Guardia abra las puertas del Muro para que los pueblos libres puedan resguardase tras de él. La escena se ve interrumpida por una aparición inesperada: la del ejército de Stannis Baratheon.   Mance es tomado prisionero y los cuerpos de los caídos quemados. En esta escena nos presentan la primera vez que Jon Nieve ve a la Sacerdotisa Roja a través del fuego. Prometedor.    Emotivo también en este frente ha sido el momento que ha seguido a las palabras de Tormund a Jon sobre Ygritte. Ella pertenece al norte verdadero, así lo entiende también Jon, que se dirige con el cuerpo de la muchacha al bosque para dejarla yacer sobre una pira funeraria.    Queda claro que Dany no es una gran reina por el momento pero se está esforzando. Sin embargo las cosas no van de acuerdo a sus planes. La lección que ha recibido en el pasado episodio es que no puede imponer su planteamiento del mundo. No todas las personas querrán o podrán adaptarse a sus nuevas normas. La abolición de la esclavitud que Daenerys defiende implica la libertad para que cada ciudadano elija su destino y así tiene que aceptarlo.   Para empeorar las cosas sus dragones están creciendo y sin nadie que pueda realmente enseñarles cómo comportarse no hacen más que seguir sus instintos. Una niña pequeña es la última víctima de un desaparecido Drogon. El dolor del padre cala en la Madre de Dragones que decide, muy a su pesar y con gran sufrimiento, encadenar en las catacumbas a Viserion y Rhaegal.     En las tierras del Valle dos tramas convergen. Brienne de Tarth finalmente encuentra a Arya Stark. Pero El Perro no confía en ella ni en sus intenciones y la desafía por la custodia de la pequeña Stark. La lucha entre ellos es oscura por el comportamiento de los contrincantes pero la coreografía es buena, con los movimientos de cada personaje definidos acorde a sus caracteres. La violencia de la lucha contrasta con el hermoso paisaje en el que se desarrolla el enfrentamiento, que en varias escenas, sobre todas las aéreas, roba el protagonismo del momento.    En cierto punto Brienne se pone muy violenta y arranca parte de la oreja de El Perro de un mordisco para, acto seguido, tirarle por un barranco. Brienne gana. Pero Arya se ha escondido, no quiere ir con ella, no se fía y no es de extrañar.   A pesar de que tanto Brienne como Podrick la buscan por los alrededores no pueden encontrarla. Arya ha ido en busca de un moribundo Perro, al que roba el dinero y se niega a rematar, a pesar de los requerimientos de éste. La niña Stark se está volviendo muy sombría. Su llegada al puerto de Salinas y la utilización de la moneda que Jaqen H´gar le dio en su momento junto con la frase “Valar Morghulis”, ligan su futuro a la ciudad de Braavos y a lo que allí pueda encontrar.    Brandon Stark está a punto de llegar a su objetivo cuando son atacados por esqueletos vivientes. Por suerte contaban con el poder de cambiapieles de Brandon y la habilidad de Meera. Pero lo que los ha salvado ha sido la magia de Los Niños, seres más antiguos que los primeros hombres. Aunque Jojen ha caído sabemos que lo ha hecho conscientemente, conociendo el destino que le aguardaba. Me ha sorprendido, sin embargo, el poco efecto que ha causado su muerte tanto en su hermana como en Bran. Ni siquiera un lamento, ni una lágrima por su pérdida. Sus reacciones me han descolocado un poco quitando aún más verosimilitud a una escena que abraza el aspecto más fantástico de la serie.   El encuentro de Bran con el cuervo de tres ojos plantea innumerables interrogantes, acompañados de fascinación, sobre el futuro de los supervivientes. Es una historia bizarra pero una de las más intrigantes.    En Desembarco del Rey los Lannister están lidiando con más drama del que una familia normal es capaz de soportar, pero es que ellos no son una familia normal. El personaje de Cersei hace una desesperada declaración de intenciones a su padre, Tywin, confesando el incesto y la paternidad de Jaime de todos sus hijos. Si fuera necesario revelará el secreto pero nada ni nadie va a apartarla de su hijo Tommen. La reconciliación con su hermano-amante cierra una trama que ha tenido muchas idas y venidas durante la temporada. Cersei afianza su posición y asegura a sus aliados. Antes ya había autorizado la reanimación de un agonizante (debido a la lanza envenenada de Oberyn Martell) Gregor Clegane, para cerciorase de contar con su asesino particular.    El último segmento del episodio ha sido emocionante aunque haya resultado algo acelerado. Jaime, ayudado por Varys, libera a Tyrion de su prisión ante su inminente ejecución. Las motivaciones del mayor de los Lannister, sobre todo después de haber hecho las paces con Cersei, son discutibles pero las aceptamos por el amor fraternal que le profesa a su hermano pequeño.    Lo que nos resulta más confuso es la razón por la que Tyrion decide poner en peligro su huida, y con ello su vida, y se dirige a los aposentos de su padre, la Mano del Rey. Allí encuentra a la mujer que amaba, y que él creía le correspondía, en la cama de su padre, llamándole “león”, de forma cariñosa tal y como le llamaba a él. La traición ha sido completa. La sorpresa de Shae al encontrase a Tyrion ha seguido al desconcierto que me ha supuesto el ataque de la chica a su antiguo amante. Que Tyrion la mate en defensa propia resta intensidad al hecho de asesinar al amor de su vida.    Roto, toma uno de los juguetes preferidos de su fallecido sobrino Joffrey, su ballesta, y se dirige en busca de su padre, al que encuentra en la letrina.    La conversación entre el patriarca Lannister y su maltratado hijo es intensa. Tywin le habla con el tono de superioridad que regala a todo el mundo, no pudiendo ni imaginar que sus desprecios vayan a tener por fin el castigo que merecen. Casi impasible, incapaz de sentir más dolor, Tyrion Lannister acaba con la vida de su padre y torturador. Después escapa escondido como carga en un barco cuyo destino desconocemos. Pero sus actos no van a tener consecuencias solo para él. Las campanas tañen alertando de que algo ha ocurrido. Varys, que guiaba a Tyrion en su escapada, se ve obligado a acompañarle en su destierro, viéndose inevitablemente envuelto en sus actos.     Juego de tronos se ha despedido a lo grande, con un episodio lleno de buenos momentos y sobre todo muy intenso, donde la pausa del capítulo anterior ha servido para que se reúnan momentos dramáticos de alto calado con un terreno propicio para futuras tramas, a cada cual más interesante.    Hasta el año que viene. ¿Vuestras opiniones?     Y ya está, éste ha sido el final de la cuarta temporada de Juego de Tronos. Después de un episodio especial como lo fue el noveno, que transcurrió en un único escenario, quedaban muchas tramas por cerrar. Afortunadamente el episodio de esta semana ha tenido metraje extra, durando 66 minutos en lugar de los 50 de media de cada capítulo. Y bastante han hecho a pesar de la cantidad de material que les quedaba por afrontar.    El episodio comienza con Jon Nieve yendo al encuentro de Mance Rayder. La conversación entre ellos es bastante tensa aunque amigable. Destacables los brindis por Ygritte, Grenn y Mag, rey de los gigantes, que murió en el túnel. El rey de más allá del Muro propone un trato, es todo lo que desea. Se acerca el invierno y con él el mayor de los peligros que acecha Poniente. Tan solo quiere que la Guardia abra las puertas del Muro para que los pueblos libres puedan resguardase tras de él. La escena se ve interrumpida por una aparición inesperada: la del ejército de Stannis Baratheon.   Mance es tomado prisionero y los cuerpos de los caídos quemados. En esta escena nos presentan la primera vez que Jon Nieve ve a la Sacerdotisa Roja a través del fuego. Prometedor.    Emotivo también en este frente ha sido el momento que ha seguido a las palabras de Tormund a Jon sobre Ygritte. Ella pertenece al norte verdadero, así lo entiende también Jon, que se dirige con el cuerpo de la muchacha al bosque para dejarla yacer sobre una pira funeraria.    Queda claro que Dany no es una gran reina por el momento pero se está esforzando. Sin embargo las cosas no van de acuerdo a sus planes. La lección que ha recibido en el pasado episodio es que no puede imponer su planteamiento del mundo. No todas las personas querrán o podrán adaptarse a sus nuevas normas. La abolición de la esclavitud que Daenerys defiende implica la libertad para que cada ciudadano elija su destino y así tiene que aceptarlo.   Para empeorar las cosas sus dragones están creciendo y sin nadie que pueda realmente enseñarles cómo comportarse no hacen más que seguir sus instintos. Una niña pequeña es la última víctima de un desaparecido Drogon. El dolor del padre cala en la Madre de Dragones que decide, muy a su pesar y con gran sufrimiento, encadenar en las catacumbas a Viserion y Rhaegal.     En las tierras del Valle dos tramas convergen. Brienne de Tarth finalmente encuentra a Arya Stark. Pero El Perro no confía en ella ni en sus intenciones y la desafía por la custodia de la pequeña Stark. La lucha entre ellos es oscura por el comportamiento de los contrincantes pero la coreografía es buena, con los movimientos de cada personaje definidos acorde a sus caracteres. La violencia de la lucha contrasta con el hermoso paisaje en el que se desarrolla el enfrentamiento, que en varias escenas, sobre todas las aéreas, roba el protagonismo del momento.    En cierto punto Brienne se pone muy violenta y arranca parte de la oreja de El Perro de un mordisco para, acto seguido, tirarle por un barranco. Brienne gana. Pero Arya se ha escondido, no quiere ir con ella, no se fía y no es de extrañar.   A pesar de que tanto Brienne como Podrick la buscan por los alrededores no pueden encontrarla. Arya ha ido en busca de un moribundo Perro, al que roba el dinero y se niega a rematar, a pesar de los requerimientos de éste. La niña Stark se está volviendo muy sombría. Su llegada al puerto de Salinas y la utilización de la moneda que Jaqen H´gar le dio en su momento junto con la frase “Valar Morghulis”, ligan su futuro a la ciudad de Braavos y a lo que allí pueda encontrar.    Brandon Stark está a punto de llegar a su objetivo cuando son atacados por esqueletos vivientes. Por suerte contaban con el poder de cambiapieles de Brandon y la habilidad de Meera. Pero lo que los ha salvado ha sido la magia de Los Niños, seres más antiguos que los primeros hombres. Aunque Jojen ha caído sabemos que lo ha hecho conscientemente, conociendo el destino que le aguardaba. Me ha sorprendido, sin embargo, el poco efecto que ha causado su muerte tanto en su hermana como en Bran. Ni siquiera un lamento, ni una lágrima por su pérdida. Sus reacciones me han descolocado un poco quitando aún más verosimilitud a una escena que abraza el aspecto más fantástico de la serie.   El encuentro de Bran con el cuervo de tres ojos plantea innumerables interrogantes, acompañados de fascinación, sobre el futuro de los supervivientes. Es una historia bizarra pero una de las más intrigantes.    En Desembarco del Rey los Lannister están lidiando con más drama del que una familia normal es capaz de soportar, pero es que ellos no son una familia normal. El personaje de Cersei hace una desesperada declaración de intenciones a su padre, Tywin, confesando el incesto y la paternidad de Jaime de todos sus hijos. Si fuera necesario revelará el secreto pero nada ni nadie va a apartarla de su hijo Tommen. La reconciliación con su hermano-amante cierra una trama que ha tenido muchas idas y venidas durante la temporada. Cersei afianza su posición y asegura a sus aliados. Antes ya había autorizado la reanimación de un agonizante (debido a la lanza envenenada de Oberyn Martell) Gregor Clegane, para cerciorase de contar con su asesino particular.    El último segmento del episodio ha sido emocionante aunque haya resultado algo acelerado. Jaime, ayudado por Varys, libera a Tyrion de su prisión ante su inminente ejecución. Las motivaciones del mayor de los Lannister, sobre todo después de haber hecho las paces con Cersei, son discutibles pero las aceptamos por el amor fraternal que le profesa a su hermano pequeño.    Lo que nos resulta más confuso es la razón por la que Tyrion decide poner en peligro su huida, y con ello su vida, y se dirige a los aposentos de su padre, la Mano del Rey. Allí encuentra a la mujer que amaba, y que él creía le correspondía, en la cama de su padre, llamándole “león”, de forma cariñosa tal y como le llamaba a él. La traición ha sido completa. La sorpresa de Shae al encontrase a Tyrion ha seguido al desconcierto que me ha supuesto el ataque de la chica a su antiguo amante. Que Tyrion la mate en defensa propia resta intensidad al hecho de asesinar al amor de su vida.    Roto, toma uno de los juguetes preferidos de su fallecido sobrino Joffrey, su ballesta, y se dirige en busca de su padre, al que encuentra en la letrina.    La conversación entre el patriarca Lannister y su maltratado hijo es intensa. Tywin le habla con el tono de superioridad que regala a todo el mundo, no pudiendo ni imaginar que sus desprecios vayan a tener por fin el castigo que merecen. Casi impasible, incapaz de sentir más dolor, Tyrion Lannister acaba con la vida de su padre y torturador. Después escapa escondido como carga en un barco cuyo destino desconocemos. Pero sus actos no van a tener consecuencias solo para él. Las campanas tañen alertando de que algo ha ocurrido. Varys, que guiaba a Tyrion en su escapada, se ve obligado a acompañarle en su destierro, viéndose inevitablemente envuelto en sus actos.     Juego de tronos se ha despedido a lo grande, con un episodio lleno de buenos momentos y sobre todo muy intenso, donde la pausa del capítulo anterior ha servido para que se reúnan momentos dramáticos de alto calado con un terreno propicio para futuras tramas, a cada cual más interesante.    Hasta el año que viene. ¿Vuestras opiniones?