Juego de Tronos: primera temporada. Dando guerra desde el principio

Publicado el 27 agosto 2014 por Criticasen8mm @Criticasen8mm


Dos continentes, siete reinos, un solo rey. Esta es la espina dorsal del argumento de una de las series de televisión revelación de los últimos años. Con un Globo de oro (Peter Dinklage) y catorce premios Emmy a su espalda, la adaptación del libro Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin nos traslada magistralmente a un mundo de luces y sombras anclado en el medievo. Intrigas familiares, guerras dinásticas y un contubernio de leyendas y realidades hacen de Juego de Tronos una ventana a un universo propio de la Europa del siglo X que, poco a poco, se va llenando de elementos fantásticos, dragones y magia. ¿Pero de qué trata exactamente?

La serie, que sigue con cierta fidelidad al libro, nos presenta tres hilos argumentales que ocurren de manera simultánea en distintos puntos de un mundo ficticio formado por dos continentes, Poniente y Essos, separados por el llamado Mar Angosto.  Dos continentes por ahora, claro. Se trata de un mundo bastante peculiar, pues sus estaciones pueden durar años. Poniente, cuya forma recuerda claramente a Inglaterra, se encuentra dividido en siete reinos, cada uno con su respectiva Casa. La historia nos sitúa quince años después de que el actual rey, Robert Baratheon (Mark Addy), destronara a la familia anterior, los Targaryen, que conquistaron los siete reinos con ayuda de dragones.

Mapa de Poniente y emblemas, lemas y capitales de las diferentes Casas de Juego de Tronos

ALERTA SPOILER. ¿Necesitas un resumen de la primera temporada? A partir de este punto desentrañamos algunos de sus misterios más importantes.La primera de las tramas ocurre en Poniente, cuando Robert nombra a Lord Eddard Stark (Sean Bean) Mano del rey, puesto de máxima confianza del monarca. Los Stark son los señores del Norte, y Eddard debe dejar su casa y viajar a la capital, Desembarco del Rey, con sus hijas. Con la repentina muerte de Robert estalla la guerra por la sucesión y Lord Stark, que se entera de que los hijos del rey en realidad lo son de Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau), hermano de la reina, es acusado de traición y condenado a muerte. Joffrey (Jack Gleeson), el “hijo” mayor de Robert, se proclama rey y pretende casarse con la hija mayor de Eddard, Sansa (Sophie Turner). Arya (Maisie Williams), su otra hija, logra escapar y huye hacia el Norte. El valor y la astucia de la pequeña, sin duda protagonista, son uno de los puntos más interesantes de Juego de Tronos. Nadie se esperaba la muerte de Lord Stark, que en un principio parece un personaje bastante importante.
Mientras Eddard se encuentra cautivo, su hijo mayor, Robb (Richard Madden), reúne a sus tropas y parte hacia el sur para liberar a su padre y sus hermanas, dejando al mando del Norte al joven Bran (Isaac Hempstead-Wright). Durante su camino es nombrado Rey del Norte y logra capturar a Jaime Lannister. En Desembarco del Rey, la nueva Mano, el tercero de los hermanos Lannister Tyrion (Peter Dinklage), debe hacer frente a las locuras e impertinencias del joven rey Joffrey. La figura de Tyrion, siempre canalla, da el contrapunto gracioso a una serie tan dramática y con tal cantidad de muertos por minuto.

Por si no fuera poco la guerra interna que sufre Poniente, también se enfrenta a una amenaza externa. La segunda trama gira en torno al Muro, una construcción milenaria de doscientos metros de altura y medio kilómetro de largo que separa los siete reinos de una vasta tierra que, según la leyenda, pueblan los Otros, unos seres que acechan por las noches. El Muro, inspirado en el de Adriano en Inglaterra, está guardado por la Guardia de la Noche, una hermandad que sin el apoyo de las diferentes Casas tiene que conformarse con soldados que dejan mucho que desear, la mayoría convictos. Uno de los componentes de la Guardia es Jon Nieve (Kit Harington), hijo bastardo de Eddard Stark y otro de los grandes protagonistas de la serie. Termina adentrándose en terreno desconocido con otros Guardianes para explorar la tierra de las sombras. Es de esperar, claro, que se encuentren con los Otros, comience la fantasía y empiecen las irremediables comparaciones con El señor de los anillos.

Jon Nieve se postula, desde el minuto uno, como parte importante en la historia de Juego de Tronos

Por último, la tercera trama se traslada al vecino continente de Essos. Allí se encuentran los dos últimos Targaryen, los hermanos Daenerys (Emilia Clarke) y Viserys (Harry Lloyd). Éste, anhelando recuperar el Trono de Hierro para su Casa, no duda en casar a su hermana con un poderoso guerrero a cambio de su ejército. Tras las muertes de su hermano, de su esposo y tras perder a su futuro hijo, Daenerys se encuentra totalmente desamparada; hasta que al final se convierte en la madre de tres dragones. Daenerys es toda una diva de manual: su séquito, su temperamento apacible pero fuerte, sus dragones. Ojalá no se haga unos zapatos con ellos.
En definitiva, han pasado ya tres años desde que comenzara en Estados Unidos su andadura esta serie, creada por David Benioff y D. B. Weiss, y hoy sigue cosechando éxitos y grandes audiencias. Seguramente sea cuestión de calidad, a nivel interpretativo y de producción. Una calidad cara: solo la primera temporada costó un total de 60 millones de euros, de los cuales diez se usaron en el capítulo piloto. Numerosas quejas por el uso de violencia y sexo, explicitud que HBO, su cadena, no ha tardado en defender. Un sin fin de escenarios impresionantes y una historia repleta de intriga, pasión y sangre. Personajes enfrentados y otros que ya sabemos que se van a tener que enfrentar. Una primera temporada que sirve de magnífica introducción y que te termina conquistando.

¿Logrará Arya llegar a casa sana y salva? ¿Qué tal le irá a Jon Nieve en las inexploradas tierras más allá del Muro? Próximamente contaremos qué ocurre en la segunda.