Juego de Tronos: segunda temporada. No me toques Desembarco

Publicado el 30 agosto 2014 por Criticasen8mm @Criticasen8mm


Hace poco os escribíamos acerca de la primera temporada de Juego de Tronos, esa serie que, de repente, inundó las redes y cada rincón de internet con críticas poco menos que excelentes. Una fábula que lleva ya un total de cuatro temporadas y que, por lo menos, va a durar otras dos más. En esta ocasión, y continuando con la primera entrada, vamos a ver cómo ha evolucionado la serie y sus tramas con la segunda temporada. Estos diez episodios, estrenados en 2012, supusieron un aumento considerable en el presupuesto de producción y una audiencia cada vez mayor.
ALERTA SPOILERS. A partir de aquí, cuidado con los Lannisters, amigo. ¿Pero cómo quedó la historia? Si andas algo perdido, ¿por qué no repasar el resumen de la temporada uno?
En esta ocasión, la cosa no empieza tan mal para los Stark. Robb va ganando la guerra y le ofrece al contrario la paz a cambio de la independencia del Norte. Este contrario no es otro que el abuelo del rey Joffrey; Tywin Lannister (Charles Dance) moviliza a su ejército para apoyar a su –por partida doble- nieto mayor. Robb, que no es tonto y sabe que un Lannister no se doblega así como así, manda a su madre a buscar el apoyo de Renly Baretheon (Gethin Anthony), hermano pequeño del anterior rey. Es curioso que Robb no quiera, en principio, el Trono de Hierro, y eso es lo que le ofrece a Renly. Por otro lado, está Theon Greyjoy (Alfie Allen), que no es un Stark pero vive con ellos, algo bastante confuso. Robb le considera su hermano y le manda a buscar una alianza de su padre, Balon Greyjoy (Patrick Malahide), con los Stark.
Cuando Catelyn Stark (Michelle Fairley) llega al campamento de Renly, conoce a una tal Brienne (Gwendoline Christie), una señora que es caballero y va un poco de feminazi por la vida. Brianne se convierte en la nueva escolta estrella del pretendiente al trono, pero no puede evitar que éste muera asesinado por una sombra oscura que pare Lady Melisandre (Carice van Houten), una bruja mala amante de su hermano Stannis Baratheon (Stephen Dillane), que también va detrás del Trono de Hierro. ¿Cómo justificas que una sombra ha matado a alguien? Brienne y Catelyn tienen que huir del lugar, como principales sospechosas del caso. En las Islas, Balon convence a su hijo para que traicione a los Stark e invade Invernalia. Y la poca simpatía que el personaje podría suscitar en la serie se esfuma de repente.

Todo el mundo quiere sentarse en el Trono de Hierro.

Pero Theon no es el único que se pasa a Robb por el Arco del Triunfo. Su madre, harta de esperar para volver a ver a sus hijas, ordena a Brienne que lleve a Jaime Lannister a Desembarco del Rey y allí lo intercambie por las chicas. En Invernalia las cosas van mal, pero al menos el joven Stark Brann logra escapar, y aunque Theon quiere quedarse como máximo dirigente, su hermana Yara (Gemma Whelan) va a buscarle y le recuerda que los Greyjoy son gentes de isla. ¿Y Arya? ¿Dónde está Arya? Pues gracias a un misterioso asesino llamado Jaqen H'ghar (Tom Wlaschiha) logra mantenerse a salvo y continuar su aventura por libre, supongo que intentando encontrar a alguien conocido. Todos los Stark desperdigados por Poniente y la pobre prácticamente sola sacándose las castañas del fuego. Sola del todo no, porque sorprendentemente se encuentra, cosas del destino, con el joven Gendry (Joe Dempsie), que resulta ser hijo bastardo –pero real- de Robert Baretheon. Ninguno de los dos todavía lo sabe, claro.En Desembarco del Rey empieza la fiesta. Los barcos de Stannis llegan para apoderarse de la capital, pero gracias a un plan de Tyrion la flota queda destruida y para cuando el ejército de los Baratheon consigue entrar en la fortaleza, aparecen las tropas de Tywin y los aplastan. Se trata de la gran batalla de la temporada, una temporada con mucha diplomacia y poca –menos- sangre.

Los barcos de Stannis Baratheon en llamas. Ríete tú de las Hogueras de San Juan.


Si habéis visto la serie y sois tan fans como yo de Daenerys os estaréis preguntando: ¡¿Y Daenerys qué?! Pues ya va, ya va. Uno de los puntos malos de Juego de Tronos es que tiene tantas tramas y tanto personaje que cada capítulo se encuentra cortado en trozos con un tiempo tan limitado que realmente no avanza ninguno nada. Daenerys llega a la ciudad de Qarth. En Essos, no existen reinos propiamente dichos: está la tribu de la que ella se convierte en reina o Khaleesi (como la llaman ellos) y algunas ciudades libres, reflejo de las ciudades-estado de la Antigua Grecia, como Qarth. Uno de sus dirigentes planea robarle los dragones, que tienen el tamaño de poco más de tres gallinas. No lo consigue y, algo enfadada, Daenerys libera a todos los esclavos de la ciudad, que en medio del desierto obviamente deciden acompañarla.

Por su parte, Jon Nieve se despista del resto de Guardianes en la nada y lejos del Muro, pero logra capturar a una de las “salvajes”, llamada Ygritte (Rose Leslie), con la que aparece una clara tensión sexual que seguro que se terminará resolviendo. Sin embargo Ygritte se la juega y le captura a él, llevándole al campamento de los salvajes. El resto de los Guardianes sufre peor suerte, sí, pues son atacados por los Caminantes Blancos, que terminan apareciendo en la serie al final de la temporada, sembrando al espectador de dudas, dejándolo expectante a la siguiente.

El rollito entre Jon e Ygritte da para novela venezolana.


Puede que la primera temporada dejase muy buen sabor de boca y que esto haya influido en que, una vez terminada la segunda, te plantees seriamente si ha pasado algo. Algo relevante. Mientras que hay capítulos que parece que estén de relleno y sean prescindibles, de repente en los últimos tres se acumula toda la emoción, la acción y también la información que hacen imposible no continuar con la tercera. Diez capítulos repletos de tensión, traición y cierta comodidad cuando ya, después de los diez anteriores, te adueñas de las historias y haces los problemas, las aspiraciones y los dilemas de los personajes un poco tuyos.