“A pintá, a pintá”, le oyes decir con esa vocecita a la que sabes que no vas a poder resistirte…
En vista de esta adoración por los colores que no negaré haberle metido por los ojos, y por eso de que no daba abasto recogiendo cartones lo suficientemente grandes para sus dotes artísticas expansivas con la pintura de dedos, decidí improvisar un nuevo lienzo que nos diera satisfacción a ambas en esta versión de uno de los juegos infantiles que más se disfrutan (pintar sin parar para ella, pintar con seguridad para mí).
Podría parecer que está en cursillo de cocina, pero no… podría parecer que estamos a punto de comernos unas sardinillas asadas en un chiringuito junto al mar… pero no. En realidad es un mantel de papel (rollo de 10 metros), de esos que puedes encontrar en cualquier supermercado si es que no te pilla cerca Ikea para hacerte con el suyo y que te asegura tener una remesa de papel lo suficientemente grande a un precio muy chiquitito.
Unas pinzas lo fijan a la mesa… vamos, lo que yo llamaría estar en el primer escalón de Pinterest (por abajo), pero salir airosa del paso como “mamásoluciónamelotó”. Emma usa los rotuladores de Alpino Baby porque son ahora mismo el material para pintar que más le gusta. Le encanta el movimiento que dan sus garabatos y lo bien que se ve el dibujo (mejor que los lápices y ceras) Estos son recomendables a partir de 18 meses, se lavan muy bien y tienen una punta redondeada bajita para mayor seguridad (mi hijo mayor decía que si ya los había roto todos porque creía que las había metido dada la presión al dibujar)
Le encanta pintar y le encanta colocar los rotuladores “en cila” (en fila). Y a mí, que soy muy ñoña con todo lo que rodea a la sencilla genialidad de los niños, me gusta observarla ahí en su pequeñez tan grandiosa. Sin duda este tipo de actividades infantiles se saborean.
¿Tocamos las mates en el siguiente juego? ¡Os esperamos! Mientras tanto podéis encontrarnos en…