Comprenderán que me llame muchísimo la atención un artículo de opinión que firma Nuria Martínez Chafino, presidenta de Nuevas Generaciones, titulado "El juego sucio de la oposición" y publicado en la edición impresa del periódico Escaparate. El artículo en general es un lamento sobre los defectos, que a juicio de su autora, tienen los partidos de la oposición. Se lamenta, por ejemplo, de que no haya "ni una palabra de reconocimiento o de agradecimiento ante tantísimos logros conseguidos gracias al incansable esfuerzo de nuestra Alcaldesa", a lo que se le podría replicar fácilmente diciendo que no hemos escuchado "ni una palabra de autocrítica, ni un sólo gesto de responsabilidad política ante tantos casos de presunta corrupción, cohecho, e imputaciones varias que han habido en el equipo de gobierno".
Pero lo que más me sorprende es la siguiente afirmación: "Llevándolo todo al terreno personal y no sabiendo diferenciar lo privado de lo público". Aquí es cuando creo que a la autora le traiciona el subconsciente o aplica aquella máxima de "digam per a que no mos diguen". No puedo admitir en absoluto esa acusación, precisamente en mi caso, cuando he ido con un cuidado exquisito para no hacer ni una sola alusión personal a ningún miembro del equipo de gobierno (ni de la lista que se presenta a las elecciones). Por no meterme, no me he metido ni siquiera con la famosa valla de la Alcaldesa.
1º) Destacar mi imputación en un Juzgado de Onteniente por un presunto delito de alzamiento de bienes y estafa (asunto relacionado exclusivamente con mi actividad profesional como abogado).
2º) Destacar que hubo que solicitar autorización judicial para acceder a la casita de mi esposa para inspeccionar unas obras (asunto exclusivamente privado concerniente a mi esposa).
Bien. Cuando aparezca el citado panfleto y pueda examinar su contenido os contaré algunos detalles muy "jugosos" relativos a ambas cuestiones. La Gaviota puede que le salga respondona a alguno/a.