Juegos inolvidables: Especial MMORPGs

Publicado el 04 junio 2013 por 99redpotions @99RedPotions
De vez en cuando, entre juego y juego, ignorando completamente la lista de pendientes, me lio la manta a la cabeza y le echo un ojo a algún MMORPG. me engaño a mi mismo,me digo: "bueno, este tiene buena pinta, pero no tienes tiempo para jugar...pero échale un ojo a las clases disponibles, a ver que tal". Un rato después me estoy haciendo una cuenta, pensando un nombre y un trasfondo para mi nuevo personaje y deseoso de que se terminen de bajar las quinientas actualizaciones. Y después de eso: vicio, horas y horas perdidas, y al final, casi siempre, decepción.

Como todo rolero que se precie, la idea de un mundo persistente en el que crear un personaje, mejorarlo y vivir aventuras en compañía de otros personajes me la ponía de cemento. Recuerdo ver con mucha ilusión los primeros avances en el tema, querer jugar a Everquest con locura y envidiar a todo aquel con una conexión a Internet "estable" porque podían disfrutar de Ultima Online. Curioso recordar lo que pensaba en es época, y contrastarlo con la cruda realidad de los últimos años: De la fantasía húmeda de un friki cualquiera, hemos pasado a un negocio de millones de dólares que atrapa a muchas personas y las aleja un poquito de su vida cotidiana. Un negocio que a veces roza lo amoral, y que se aprovecha de gente débil (y algo tonta también), les saca los cuartos y les da siempre un poquito más de lo que quieren cada vez, no sea que lo tengan todo y dejen de jugar...
Por supuesto, hay jugadores de todo tipo, y una MMORPG puede ser algo maravilloso si se saben medir los tiempos y se pone un poco el freno. Yo puedo decir que alguna vez he perdido los papeles, pero a día de hoy, he encontrado ese equilibrio entre diversión y vicio que me permite disfrutar de este tipo de productos a mi manera. Eso si, me ha costado unos cuantos juegos.
Ragnarok OnlineMi primera experiencia en esto de los juegos online llegó casi de casualidad. No tenía ni idea de la existencia de este robatiempos koreano, y empecé a jugar casi sin darme cuenta, por hacerle un favor a un conocido. Dos años después, estaba al frente de una Guild de casi cien personas, jugando demasiadas horas al día y demasiado implicado a todos los niveles. El juego en sí no era gran cosa: gráficos cutrecillos, colores pastel, y mucho mucho farmeo. Aun así, me atrapé hasta límites insospechados. Tenía mucho tiempo libre por aquella época, y pasé demasiado en este juego, viajando de server pirata en server pirata, y volviendo a empezar tantas otras veces. Al final, agobiado por tantas movidas dentro de un maldito juego, lo dejé de golpe, de un día para otro, y nunca más le he vuelto a dar. Me dicen que ahora han sacado la segunda parte, pero, después de la experiencia con el primero...ni con un palo.
World of WarcraftSería imposible haber pasado por varios MMORPGs sin al menos haber probado al rey de reyes, al menos en cuanto a número de jugadores. Después de jugar al Ragnarok Online, World of Warcraft fue un soplo de aire fresco, una grata experiencia y un montón de ratos divertidos...al menos hasta que llevé a mi primer personaje al nivel máximo. A partir de ahí, el juego de Blizzard enseña su verdadera cara, y no es precisamente una cara bonita: farmeo, itemización, y muchas horas de repetición para conseguir unas metas que siempre acaban siendo insuficientes. Recuerdo llegar un día de trabajar, ponerme a jugar para hacer las quests diarias de turno y decirme a mí mismo: "Esto es trabajo, no diversión". A partir de esta experiencia, siempre he intentado jugar a este tipo de juegos hasta que dejen de divertirme, o, por lo menos, hasta que me de cuenta de que no me estoy divirtiendo. Que a veces es difícil.
Age of Conan
Yo ya había decidido que eso de los MMORPGs no era para mí, cuando se cruzó en mi camino Age of Conan. A priori, tenía muchas cosas que lo diferenciaban de los demás, y que me llamaban poderosamente la atención: Un enfoque más maduro, una ambientación interesante, un sistema de combate distinto, alejado del spameo de skills habitual, y , por qué no decirlo, tetas graficazos. A día de hoy, el juego de Funcom es quizá uno de los mejores a los que he jugado, pero en el tiempo en el que lo jugué tenía muchos problemas que hicieron que fuera agonizando, hasta cambiar su modelo al maldito Free to Play, que lo cambió todo: El juego tenía millones de bugs que lo hacían insufrible, era tremendamente exigente a nivel gráfico, y encima carecía de contenido de calidad para jugadores de alto nivel. 
Después del cambio de modelo, parece que han solucionado esto, eso si, a costa de hacerlo bastante parecido a la competencia: Fuera contenido adulto, fuera sexo y violencia, y dentro sets de armadura ridículos para ser mejor en Pvp y tener a la gente eternamente ocupada. Seguro que les va mejor, pero a mí, así, ya no me recuperan.
Aion

Demasiado farmer y, sobre todo, demasiado gayer. Ningún occidental puede durar mucho en un juego así, y yo no fui una excepción.
Warhammer Online

Otra vez me atraparon por la ambientación, y otra vez salí escaldado y lo dejé más pronto que tarde. Un ropg online basado en Warhammer Fantasy llama a cualquiera, pero en este caso el hype duró poco: Warhammer Online trataba de parecerse demasiado al todopoderoso WoW, y eso se notaba a cada paso. Para colmo, la única cosa en la que se diferenciaba de él, el Pvp masivo, estaba roto, y se reducía a una especie de batiburrillo de jugadores en el que cada uno spameaba su mejor habilidad lo más fuerte que podía hasta que uno de los dos mogollones se reducía. Ni la promesa de los desarrolladores de que eso iba a cambiar ni el contenido adicional que fueron introduciendo me hizo picar.
Star Wars: The Old Republic

Tenía muchas expectativas puestas en la primera incursión en el mundillo online de los chicos de Bioware. Y más aun viniendo del mundo expandido de Star Wars, que tantas alegrías me ha dado en forma de Knights of the Old Republic 1 y 2. Pero claro, transformar un rpg centrado en la historia en un MMORPG tiene muchos riesgos, y aquí me temo que se quedaron a medias: Ni es un bueno juego de un jugador, ni es un buen mundo online, al menos por ahora. Eso sí, la historia de mi Sith me tuvo enganchado bastantes horas, y puedo decir que, en general, mi experiencia mientras avanzaba en el modo campaña fue satisfactoria, aunque un poco descafeinada. Al terminar la historia de mi personaje, no vi motivo suficiente para seguir jugando, y eso que ya se avecinaba el cambio a Free to Play, que según leo le ha dado vidilla a un juego que agonizaba porque intentó llegar demasiado alto. 
Guild Wars 2

Y llegamos al día de hoy, y al vicio que tengo ahora entre manos. Guild Wars 2 tiene muchas cosas que le diferencian del resto, y una en especial que hizo que me decidiera a probarlo: La ausencia de cuotas. No me exige fidelidad, ni tengo que estar pensando en lo que estoy pagando sin jugar...simplemente juego. Quizá por eso lo estoy disfrutando tanto ahora mismo, aunque seguro que el juego en sí también tiene bastante culpa: Nada de quests, un sistema muy variado de combate y, sobre todo, la sensación de que el mundo en el que juegas está vivo y reacciona ante tus actos. 
Es muy gratificante que te premien por explorar e investigar en vez de por farmear, y que muchas veces desencadenes eventos que afectan a todo el mapa porque simplemente querías ver que había "dentro de esa cueva". A falta de echarle más horas, el juego de NCSOFT es lo más parecido a lo que tenía yo por MMORPG antes de darme de bruces con la realidad. Es bonito ver que al menos alguien se encarga de revolucionar el género, y de llevarlo, aunque sea un poquito, a lo que debería haber sido desde un principio.