Es en estas etapas donde se dan los cambios más significativos del desarrollo, de 1 a 2 años los niños y niñas ya pueden dar sus primeros pasos, comienzan a explorar el mundo.
Para estimular esta etapa se deberá:
- Facilitar puntos de apoyo: mesas, estantes, sillas...
- Incentivar los juegos de arrastre: las sillas, las mesas, etc.
- Promover los juegos de hacer torres y tirarlas.
- Ayudar en los juegos de hacer y deshacer: montones de cosas, fichas, que caigan sonando, que invadan el suelo.
- Desplazar cochecitos por distintas superficies, inclinarlas y jugar a quién hace que lleguen más lejos.
- Lanzar botando pelotas y que las devuelvan.
- Realizar juegos de cambiar las cosas de lugar, de un lado a otro y de ida y vuelta.
- Desarrollar juegos de eco: los familiares pronuncian palabras y los hijos hacen eco.
- Incluir cuentos con títeres, con objetos, con personajes, o tan solo su lectura dramatizada.
- Participar en sus carreras y, a veces no siempre, ganarles.
- Perseguirles con cualquier motivo y amenazar con cosquillas, con apretones, pero nunca con comernos a nadie, ya que puede provocarles temor.
- Juegos de que se escondan e ir a encontrarles. Los escondites les gustan mucho.
- Los juegos de madre: pío, pío.
- Juegos en grupo: a la zapatilla por detrás.
- Juegos de rompecabezas. Se debe plantear por turnos: los niños colocan una ficha y luego el educador.
- Juego de la oca con el educador.
- Juegos con animales (muñecos) o siluetas recortadas: una zona de la clase es una granja. A los muñecos se les ata un hilo o cuerda para que cuando sea el momento del recreo, los saquen al patio a pasear.
- Juegos de palabras ecolalias, repeticiones; se incorpora la memorización de canciones.
- Canciones rimadas "La tía Mónica".
Gracias a este tipo de juegos los niños desarrollan su imaginación, permitiendo al adulto participar desde una perspectiva externa.