Dicen que la ignorancia es atrevida y por eso, desde mi ignorancia total y absoluta, me atrevo a escribir estas líneas un poco como desfogue de las muchas cosas que vengo observando.
Soy una simple ama de casa que un día decidió abrir un blog, como quien abre la ventana de su cocina, para compartir sus recetas con el resto de los vecinos.Nunca se me ocurrió que mi afición me iba a solucionar la vida y lo sigo pensando. No pretendo vivir del blog, pero tampoco le hago ascos a las oportunidades que se me van presentando.Voy a pocos eventos, no porque no me gusten, sino porque mi economía no me lo permite. Ademas, una vez que declinas una invitación, normalmente no te vuelven a llamar. Como decía una famosa; "hay que estar en el candelabro".
Y si para que te inviten a un acto, tienes que subir 100 fotografías a las redes sociales, con un hashtag determinado para ser el trending topic del día, pues conmigo que no cuenten. Al final es como todo, un día revientan las redes y al día siguiente nadie habla del tema.
A mí me gusta ir por libre, que nadie me diga lo que tengo o no tengo que hacer. Y tampoco quiero que mis colegas que sí asisten a este tipo de eventos sientan que esta es una crítica, nada más lejos de la realidad. Yo doy mi opinión sin meterme en la vida de nadie.
Luego están aquellos que te llaman para programas de radio y/o televisión. Sólo te piden tu tiempo, tu cocina y tus recetas. A cambio te dan las gracias y a veces ni eso.
Yo participé todos los domingos durante dos años en un programa de radio, invité a numerosos bloggers para que nos contasen algo de sus páginas y sus recetas. Cubría media hora e incluso más tiempo en aquel programa. Tiempo que tenía que dedicar a buscar al invitado, contactar con el/ella. Sincronizar nuestros relojes y tener todo listo para la hora en que se emitía en directo. A cambio de que? de nada. Unicamente de la satisfacción de hacer algo que te gusta y compartirlo.
Y quienes son los beneficiados en estos casos? las cadenas? los que dirigen o presentan? Les estamos haciendo el trabajo por la cara, es lo que pienso.
Al principio piensas que es una manera de dar a conocer tu trabajo, que tendrás más visitas y que serás más reconocido. Ahora me doy cuenta de que el tiempo que invertí en aquello, lo pude dedicar quizás a cosas más importantes. Pero de los errores se aprende.
Reconozco que la culpa de que muchas compañías crean que los blogs somos como hermanitas de la caridad, la tenemos nosotros mismos. Durante años, hemos aceptado publicar reseñas por el plato de lentejas. Hemos contribuido (y me incluyo) a infravalorar nuestro potencial como plataforma publicitaria.
A lo largo de estos siete años que llevo con el blog, fueron muchas las empresas que me contactaron para que publicitase sus productos a través de él. Acepté y acepto siempre y cuando el producto me parezca adecuado y la contraprestación, bien sea económica o de otro tipo, merezca la pena. Pero que no pretendan enviarme dos bolsitas de té, por mucho packaging mono que traiga y que invierta una hora de mi tiempo en hablar sobre las infusiones.
En todas las reseñas que hago soy totalmente sincera. Cuando algo no me gusta, lo digo y punto. Que esa empresa o esa agencia de comunicación, no me va a enviar más producto? eso lo tengo claro. Pero la satisfacción que me queda de haber cumplido con la premisa que tengo por bandera; no me la quita nadie.
Perdonad que hoy no haya receta, tenía ganas de poner mis cartas sobre la mesa. De expresarme libremente, que para eso tengo esta ventana.Que nadie se equivoque, no estoy ni enfadada ni disgustada con nada ni nadie.
Unicamente me gustaría que la gente no se moviese por interés y si lo hace, que al menos lo disimule mejor.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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LA COCINA DE LECHUZA