Bioware son unos cabrones ¿que por qué? porque da igual el tipo de juego que hagan, da igual que carezca de una trama de peso, no importa que los combates se hayan casualizado ni que tengas que comerte un número insufrible de tiempos de carga entre misión y misión… en las conversaciones son unos jodidos maestros y yo les amo.
Ante todo, la verdad: me horrorizó el primer Dragon Age (de consola), insufrible (para mí, ya digo que sé que tiene sus seguidores) estas conversaciones, que tan bien sabe poner Bioware sobre la mesa se despersonalizaron a cambio de un sistema de orígenes; pues no, está mucho mejor con voces, los protagonistas deben hablar (lo siento, Link, algún día saldrás de tu autismo… al menos ahora ya escribes con la derecha), tener expresiones faciales y no ser muñecos de cera que pasaban por ahí. En esta segunda parte, Bioware hace de manera maravillosa eso que hace mejor que nadie, mucho mejor que en Fallout o en Oblivion: permitirte decidir.
Dragon Age 2 es un juego grande y a la vez uno muy pequeñito; pequeñito porque está estructurado regular. Un mundo chiquitito (ou-ou-oooo) dividido en pequeñas zonas por las que hacer misiones del estilo de “vete al monte que mi hijo está tonto y se ha ido allí a acariciar a un hombre lobo” así, que sales de tu casa, escoges el monte en el mapa [tiempo de carga gordo] vas, solucionas el día, vuelves [tiempo de carga gordo] pero resulta que el niño se ha vuelto a escapar, así que vuelves al mapa, escoges una nueva zona [tiempo de carga gordo] arreglas el nuevo petate y ahora sí, de vuelta a hablar con la madre [tiempo de carga gordo] y recibes tu recompensa.
Esos [Tiempos de carga gordos] son jodidamente insufribles. Al ser zonas diseminadas en un mapa, cada lugar viene precedido por un loading… largo y tedioso que Bioware soluciona con sus consejos habituales cuando podía haber creado algo más dinámico. Sin tener ni idea de programación e incluso sin saber si esto es posible ¿por que no nos permiten estar en el menú de selección de inventario durante estos ratos muertos, con un vendedor con el que comerciar o encargarle recetas? o incluso un minijuego como en Bayonetta, sólo que adaptado a esto; por ejemplo: haz que tus magos disparen a unos objetivos móviles para levelear las magias o… no sé; si eres consciente de que hay tiempos de carga importantes, úsalos en tu favor
Pero, tal como empezaba este artículo, todo eso da igual cuando te encuentras con el niño tonto y el lobo (esta misión es inventada, no existe en el juego) y el niño te dice que ese lobo es su hermano, maldito por un mago. La madre te ha pagado para que le mates ya que ha asesinado a chorrocientos niños y el chaval te dice que no lo hagas porque el no tiene la culpa de ser así. Toca decidir, toca Bioware. Es ahí cuando todos los problemas del juego se esfuman, no importan lo más mínimo porque consiguen volver interesantísima la misión más anodina (todo ello acompañado, claro que sí, con las palabras de tu compañera pirata Isabella, con sus balones morenos y sus “Sí, TOOODO es como el sexo ¿Los zapatos? ¡¡Ooooh!! Ponerse bien los zapatos es como el sexo” ¿La lepra? ¡¡Ooooh!! Curarse la lepra es como el sexo”) y así sigues jugando aunque, ya digo, el juego está montado regular… pero es que uno se lo pasa tan bien en las charlas…
Con eso por delante, todo un señor +10, el resto del juego es, así a bocajarro, caminar y combatir. Los combates se hacen muy entretenidos y tienen su chicha, aunque de manera (altamente) moderada. Como bien apuntaba (es que todo lo hago bien XD ) en el artículo “Una puerta, una ratonera” , los enemigos carecen de inteligencia, son rematadamente idiotas. Hay dos tipos de rufianes: los que pegan de cerca y los que pegan de lejos. Los primeros tienen como modus operandi seguirte y pegarte, los otros quedarse quietos como estatuas y disparar, con esto en mente, uno no tiene problemas en hacerse unas rutinas básicas: mata a los que disparan de lejos primero, busca lugares estrechos para que todos te sigan y tus magos se los follen vivos (es decir, busca puertas) y si te enfrentas con bichos bien gordos, procura ser un perfecto señuelo para que te sigan (puedes dar vueltas, describiendo un donut, que sea ogro, dragón o Gabe Newell da igual, te seguirá mientras tus magos fríen vivo al bicho)
En principio diréis ¡Joer, pues vaya mierda! Pero qué va, se hace entretenido. Vale que se dan algunas situaciones raras, pero al ser el combate mucho más dinámico que la entrega anterior, así uno se puede permitir mandar a los magos a un sitio, escoger a un personaje y curarse… Vale, puede sonar un poco a perdonavidas y aquí debería estar poniendo a parir a Bioware por un combate sencillote… pero el asunto es que aunque tenga momentos cutres… ¡Mola!
Un argumento sin tanta epicidad, más ligero y basado en misiones muy bien resueltas, combates entretenidos y un interesante leveleo; pero ante todo muy buenos personajes e increíbles diálogos hacen de Dragon Age 2 un juego que te deja pensando en las decisiones que has tomado y sobretodo, viciante, siempre en busca de una nueva decisión moral (tengo ganas de probar el Mass Effect 3 para ver cómo acaban de evolucionar los diálogos). ¿Fallos? Tiempos de carga muy pesados que ponen demasiado en evidencia una mala estructura de juego. Un título que no es para nada perfecto, pero sí muy recomendable.
Valoración:
…Conversaciones y decisiones que te harán darle vueltas a la cabeza
…Siempre en busca de una nueva misión