Las personas que me conocen saben del tiempo que le
he dedicado a la universidad y lo que he “trabajado” por ella, por lo que la
conozco bien, sé como funcionan las universidades en España y como se
organizan. De hecho en Desde el Caballo de las Tendillas hemos hablado muchas veces sobre la universidad. Por eso me preocupo mucho por lo que
ocurre en la universidad española e intento estar informado y me entristecen
muchas noticias que leo.Entre ellas la que se publicaba ayer, y es que la
Universidad de Zaragoza ha decidido cancelar la apertura del curso académico,
al que iba a asistir el Príncipe de Asturias y el Ministro de Educación, José Ignacio
Wert, "ante la certidumbre de alteraciones en el mismo, que pudieran desencadenar
incidentes de mayor gravedad".
Y es que se habían anunciado varias concentraciones de protesta por parte de
diversos colectivos. Pero la Universidad de Zaragoza en su comunicado añade
que “no estamos para celebraciones” en un momento en el que las políticas del
ministro Wert “suponen un serio deterioro de la educación
pública y de la investigación científica, además de fomentar la desigualdad y
el retroceso social”.Por lo que queda claro que esta actitud del Rector
de la Universidad de Zaragoza tiene su origen en motivaciones políticas (o
político-sociales), pero no en el “miedo” de que se pudieran producir
altercados que pudieran afectar al orden público. Una vez más una universidad
jugando a hacer política, a boicotear a un miembro del Gobierno.En opinión de muchos miembros de la comunidad
universitaria las políticas de recortes del actual Gobierno han sido muy negativas
para las universidades; y puede ser verdad. Pero, ¿por qué no aprovecha el
Rector de la Universidad de Zaragoza para decírselo en la cara al Ministro? A
lo mejor porque el Sr. Wert, que no se calla una, también le podría poner la
cara colorada al Excelentísimo y Magnífico Sr. Rector, porque la Universidad de
Zaragoza, como todas las demás universidades públicas de este País, seguro que
es un ejemplo de mala organización, de despilfarro y de nido de enchufados.