Como el Pico de plata no aparecía cambié de técnica, me escondí yo detrás de unos arbustos sentándome en el suelo y en menos de 5 minutos dos de ellos se asomaron para cruzar, uno de izquierda a derecha y otro de derecha a izquierda.
Las fotos no tienen recorte, pueden apreciar lo dificultoso que resulta observarlos en su ambiente ya que cuentan con ventaja.
En el primer plano pueden ver las hojas desenfocadas de mi escondite.