Un lugar mini, pero mini en serio: tiene 5 mesas adentro y 2 afuera... y las mesas son para 2, máximo 3.
El primer descubrimiento lo hice en un desayuno de "negocios" con A. y C. Y después no pude dejar de volver un viernes gris, aburrido y pesado, a tomar el té.
El lugar ideal para días de sol o de estudio, ya que queda enfrente a una zona llena de plazas y plazoletas, y al costado de la Biblioteca Nacional.
A pesar de que su chef trabaja en televisión, el lugar es de lo más amistoso. Muchos habitués, mucha conversación de mesa a mesa (es mini!), mucho diálogo con esta cocinera de la tele...
Parece que estas tomando el té en el living de una casa, atendido por sus dueños, y con unas cositas de lo más frescas y ricas!
Un hallazgo en el laberinto de calles y plazoletas.